Si bien todo parecía encaminado para Tamara Báez, lo cierto es que en las últimas horas sufrió un duro revés. Acostumbrada a utilizar sus redes sociales como una fuente de ingresos y de visibilidad, la influencer se llevó una sorpresa cuando se dio cuenta de que le habían cerrado su cuenta principal de Instagram, donde acumulaba una importante comunidad de seguidores. Aunque contaba con una cuenta secundaria, poco después descubrió que también había sido suspendida. Angustiada, recurrió a sus seguidores para compartir su malestar y comenzar una nueva etapa.
“Hola, acá yo nuevamente, arrancamos de cero”, escribió Tamara en el primer posteo de su nuevo perfil en Instagram, bajo el usuario @tamarabez13. En ese espacio, que ya supera los 21 mil seguidores, la influencer retomó el contacto con su público y expresó su deseo de seguir adelante. La publicación fue acompañada por cientos de comentarios de apoyo. “Siempre tan hermosa”; “Te vamos a seguir acá y en todas las cuentas que te hagas”; “Quieren bajarte y no saben cómo hacerlo”; “Acá estamos para vos, reina”; “Quieren apagar tu brillo y no pueden”; “Te tienen envidia”, fueron solo algunos de los mensajes que recibió.
Además, Tamara se sinceró a través de sus historias. “Arrancamos de cero por sexta vez, siempre lo mismo. Creo que estoy acostumbrada a que me cierren todas las cuentas”, dijo. Su tono fue de resignación, pero también de agradecimiento: junto al mensaje compartió capturas de algunas de las respuestas que recibió por parte de sus seguidores. “No importa Tami, te voy a seguir en todas”, le escribió una fanática. Ella respondió con gratitud: “Las amo. Gracias por darme tanto amor”.
El cierre de sus cuentas representa una pérdida significativa, no solo en términos de visibilidad, sino también a nivel económico. Las redes sociales no son solamente una ventana para mostrar aspectos de su vida personal, sino que constituyen una de sus principales fuentes de trabajo. Desde hace tiempo, Tamara trabaja como influencer y realiza colaboraciones con marcas, promocionando productos, servicios y emprendimientos a través de sus posteos y videos. Por eso, cada cierre implica una interrupción en su actividad laboral y una merma directa en sus ingresos.
Antes de que se suspendiera su cuenta secundaria, Tamara había manifestado su angustia en una publicación. “Estoy triste sin mi otra cuenta”, escribió en una historia, acompañada por la imagen de una copa con bebida y un emoji de tristeza. Esa cuenta contaba con más de 500 mil seguidores y era, hasta ese momento, su canal principal de comunicación con el público.
No es la primera vez que la joven enfrenta una situación similar. Desde que comenzó a hacerse conocida, se vio obligada reabrir y reconfigurar su presencia en redes en varias oportunidades. Ya había perdido una cuenta anterior meses atrás, y luego intentó sostener su actividad desde otros perfiles, hasta que también estos fueron dados de baja.
A pesar de estos obstáculos, Báez mantiene una relación cercana y sostenida con sus seguidores, quienes la apoyan en cada paso. Su vínculo con el público comenzó en los tiempos en que su relación con L-Gante, referente de la cumbia 420, la posicionó como figura pública. Desde entonces, supo construir su propio camino en redes sociales, compartir su día a día como madre de Jamaica y desarrollar una carrera como influencer.
Ahora, con su nuevo perfil en funcionamiento, Tamara enfrenta el desafío de volver a empezar. Sin embargo, la fidelidad de su comunidad virtual parece ser un respaldo firme ante las dificultades. Y no se rinde, ya que deja en claro que regresa más fuerte que nunca y como ella misma lo dijo, ya está acostumbrada.