Durante mayo de 2025, la actividad metalúrgica registró una suba interanual del 1,6%, mientras que en la comparación con abril anotó una baja del 1,1%, según datos del Departamento de Estudios Económicos de ADIMRA. El crecimiento interanual se comparó con un mes de 2024 particularmente débil, en el que la caída había sido del 17,6%, por lo cual el resultado fue considerado débil incluso en términos relativos. En tanto, la contracción mensual respondió al freno en el movimiento económico que se observó hacia fines de abril ante la inminente salida del cepo cambiario.
En el acumulado de los primeros cinco meses del año, la industria metalúrgica exhibió un crecimiento del 3,3% en comparación con igual período de 2024. Sin embargo, el nivel de actividad se ubicó 11,7% por debajo del promedio de 2023 y 14,5% por debajo de los picos históricos, lo que confirmó la persistencia de una tendencia contractiva en términos generales.
En lo que respecta al uso de la capacidad instalada, la industria operó en mayo con un nivel del 46,6%, uno de los más bajos de los que se tenga registro. La variación representó un aumento de 2,6 puntos porcentuales respecto al mismo mes del año pasado, pero no modificó el hecho de que el sector permaneció ampliamente por debajo de su potencial productivo.
El análisis sectorial reveló un panorama heterogéneo. El segmento de Maquinaria Agrícola creció 14,1% interanual, mientras que Carrocerías y Remolques se expandió 12,7% en el mismo período. Ambos rubros moderaron su ritmo respecto a abril, pero continuaron siendo los principales motores de la actividad en aquellas provincias con fuerte impronta agroindustrial. El resto del entramado metalúrgico mostró un retroceso interanual del 0,6%, a pesar de partir de una base de comparación significativamente baja.
Entre los sectores más comprometidos se destacó Fundición, que registró una caída del 14,7%, lo que consolidó su posición como uno de los más afectados por la recesión industrial. La contracción acumulada se extendió en el tiempo y dejó al segmento en niveles mínimos de actividad. Le siguieron los fabricantes de Autopartes, con un retroceso del 2,3%, y el rubro de Bienes de Capital, que tras un leve repunte en abril volvió a mostrar una variación negativa del 2,1%.
Otros rubros, como Equipos y Aparatos Eléctricos (3,9%), Equipamiento Médico (2,8%) y Otros Productos de Metal (1,5%), evidenciaron leves mejoras interanuales, en línea con un proceso de recuperación gradual iniciado a fines de 2024. Sin embargo, su incidencia en el nivel general fue limitada frente al peso de los sectores en retroceso.
Según el informe de ADIMRA, “la actividad metalúrgica continúa sin demostrar avances significativos”, en un contexto en el que “las importaciones crecen a un ritmo promedio mensual del 4,9%”. El presidente de la entidad, Elio Del Re, remarcó que “en particular, las de bienes de capital alcanzan valores récord, contrastando con una industria local que evidencia estancamiento y retroceso en ese mismo segmento”. A su vez, señaló que “todos los países desarrollados cuentan con una industria metalúrgica fuerte, y Argentina no puede ser la excepción”.
La dinámica observada a nivel regional confirmó una evolución dispar. Santa Fe y Córdoba encabezaron los registros con alzas interanuales del 3,8% y 3,5% respectivamente, impulsadas por la producción de maquinaria agrícola. En tanto, Mendoza subió 2,1%, Entre Ríos 0,8% y Buenos Aires apenas 0,5%. En todos los casos se verificó una desaceleración respecto de abril, lo que sumó señales de enfriamiento para los próximos meses.
Pese al retroceso en la actividad, el nivel de empleo en el sector no reflejó todavía una contracción de similar magnitud. Según el informe de ADIMRA, el empleo metalúrgico mostró una caída interanual del 1,9%, pero permaneció estable respecto a abril, lo que podría vincularse con cierta inercia en las decisiones de contratación en un contexto de alta incertidumbre.
Por otro lado, las exportaciones de productos metalúrgicos totalizaron 476 millones de dólares en abril, último mes con datos disponibles, lo que representó un incremento interanual del 7,4%. Este desempeño se apoyó en la recuperación de ciertos mercados externos y en la devaluación acumulada del tipo de cambio oficial durante el primer trimestre del año. No obstante, la balanza comercial del sector mostró un creciente deterioro por el avance de las importaciones.
En ese sentido, las compras externas de bienes metalúrgicos aumentaron un 29,4% interanual en abril, con subas significativas en la importación de bienes de capital, que alcanzaron niveles récord. En la comparación mensual, se observó un crecimiento promedio sostenido del 4,9% desde junio de 2024, mes en el que se verificó el piso en la caída de las compras al exterior.
De acuerdo con los informes de la entidad empresaria, este fenómeno evidenció una mayor presión sobre la industria local, que perdió participación frente a la oferta importada en varios segmentos de alta complejidad técnica. El proceso, combinado con la baja utilización de capacidad instalada y la persistencia de restricciones internas, limitó las posibilidades de una reactivación genuina.
En particular, los sectores más afectados por el avance de las importaciones fueron los fabricantes de bienes de capital y partes para maquinaria, donde las empresas enfrentaron una competencia creciente en precios y plazos de entrega. Estas condiciones se agravaron por el encarecimiento del crédito local, la caída de los pedidos internos y la incertidumbre regulatoria.
El informe de ADIMRA remarcó también que, más allá de algunos signos de mejora en ciertos nichos productivos, “el repunte continúa siendo muy heterogéneo” y no alcanza a consolidar una trayectoria de recuperación para el conjunto del sector. La persistencia de un escenario de estancamiento macroeconómico, con baja inversión pública e incertidumbre sobre la demanda interna, condicionó la capacidad de planificación de largo plazo de las empresas.
Además, los costos de producción, tanto en insumos como en servicios, continuaron en niveles elevados, sin un correlato claro en precios de venta al mercado local o externo. Esto afectó los márgenes operativos de las firmas más pequeñas y medianas, que componen el núcleo del entramado metalúrgico argentino.
El documento elaborado por la entidad industrial concluyó que, en ausencia de medidas de estímulo específicas, el proceso de reactivación del sector se mantendrá condicionado por factores estructurales y coyunturales que limitan su competitividad y capacidad de crecimiento sostenido.