El escenario profesional de L-Gante atraviesa uno de sus momentos más complejos y mediáticos. El referente de la cumbia 420 quedó en medio de una guerra legal y personal con su histórico representante, Maxi El Brother, por presuntos manejos irregulares relacionados con importantes sumas de dinero, contratos discográficos y derechos sobre su nombre artístico. En medio de rumores, idas y vueltas judiciales y notas cargadas de versiones cruzadas, el cantante decidió romper el silencio y contar su verdad, dejando al descubierto detalles del conflicto.
Las declaraciones más contundentes surgieron en un móvil con Los Profesionales de Siempre (El Nueve), donde el artista respondió sin rodeos a cada una de las polémicas que hoy encabezan los portales de espectáculos. En primer lugar, abordó el rumor que aseguraba que Maxi había registrado a su nombre la marca “L-Gante”. “Eso es completamente erróneo. Lo hice hace muy poco tiempo y esto fue algo que tuvo que ver con falta de atención”, explicó. Ni bien surgió el tema en pantalla chica, el artista redobló la apuesta y envió un mensaje específico para Florencia de la V, que también había hablado del tema: “Acá va a salir hablando Cipolla, Merlo, Juan Pérez, pero estoy al tanto. Es mío, completamente”.
El enfrentamiento escaló especialmente por cuestiones económicas. El cantante reveló que “con la disquera firmé un contrato de tres millones de dólares y, hasta el día de hoy, se efectuó la baja de una suma del dinero que es la mitad de eso”. Cuando le preguntaron si había llegado a ver ese dinero, fue tajante: “La verdad que la respuesta para esa pregunta es muy vacía. Estamos intentando encargarnos de eso. Ese contrato y todo lo que sea dinero se gestionaba desde la sociedad de Maxi El Brother y Lourdes”. Así, dejó expuesto que la administración de sus finanzas estaba completamente en manos de su exmánager y su esposa.

La situación financiera repercutió, además, en su vida familiar. Según los panelistas del programa, la falta de control sobre los fondos también llegó a afectar el día a día de su hija Jamaica, fruto de su relación con Tamara Báez. Sin esquivar la consulta, L-Gante aseguró: “Eso es lo que siempre salgo a respaldar y salgo el día a día. No solo por mí, sino por mi hija, mi familia y el hogar que me merezco”. El conflicto sobre los pagos a la madre de su hija abrió una nueva arista: “Esperemos que se resuelva, que tenga un registro de todo lo que fue, una explicación, respuestas… El millón y medio de dólares obviamente lo voy a reclamar, aunque sea mi parte. Pero el dinero tengo las herramientas necesarias para volver a hacerlo cuando se me cante. Lo que sí me interesa mucho, que es el jugar con la ilusión de la gente, es la casa en construcción dentro del country San Eliseo que yo estaba esperando tanto porque me rompí la cabeza y el lomo, pero todavía no la tengo”. Subrayó: “Nunca frené de trabajar”.
Respecto al vínculo contractual con Maxi El Brother, aclaró: “Lo que ejecutamos a través de un oficio es una carta documento que anula todo tipo de gestión, administración sobre mis cuentas bancarias, todo lo que sean de esas cosas voy a ver de manejarlo con mi contador. Lo que más espero es poder continuar trabajando con normalidad”.
Al ser consultado sobre por qué confió en su exmánager y su entorno, L-Gante fue autocrítico: “Son momentos. Yo era muy joven cuando me agarró todo el impacto. Si yo era feliz, veía que todo marchaba bien. Pero después uno se va dando cuenta que uno requiere de mantenerse contento en cierto momento para avanzar con cada plan que haya y, quizás, me dejé llevar del confiar y volví a firmar otro contrato que no era el mismo que al anterior. Ahora, estamos trabajando para que se corte de la mejor manera”.

Sobre cuándo sintió que la relación profesional llegaba a su fin, el cantante fue claro: “El quiebre fue a lo largo de más de un año y meses. Yo venía analizando una situación en la que venía pensando todos los días en mi casa, o hablando conmigo frente al espejo: ‘Che, esto está funcionando mal… Esto no va más… ¿Por qué tengo que depender en ciertos temas de alguien que no me da una respuesta concreta?’. Las palabras que se dijeron no fueron las que se cumplieron. Entonces, el punto fue terminar con todo esto antes que lo haga la persona o mi mentalidad, o yo decaiga de una forma u otra prefiero finalizar con esas cosas”.
También fue directo cuando se le preguntó sobre versiones que decían que no tenía acceso a su propio dinero y debía recurrir a su exmánager por cualquier gasto: “Eso puede llegar a ser así porque gestionaban los cobros, se encargaban de mis cosas, pero no es que estuve tirado. Sí tuve complicaciones, ya que vengo de todo un año pagándole honorarios a abogados. Termino una de 100 millones y aparecía otra”.
Con su estilo frontal y sin vueltas, L-Gante desnudó la trastienda de un conflicto que no solo lo dañó económicamente, sino que marcó a fuego su confianza y dio lugar a una nueva etapa, en la que promete cuidar cada paso y cada contrato, apostando a recuperar el control sobre su música, su familia y su futuro.