
El presente de L-Gante está marcado por turbulencias personales, conflictos legales y una lucha constante por recuperar aquello que considera propio. Mientras intenta dejar atrás la guerra judicial y mediática con su histórico representante, Maxi El Brother, el cantante de cumbia vuelve a enfrentarse a una decepción que deja al descubierto la vulnerabilidad detrás del personaje. Entre denuncias por manejos irregulares y reclamos millonarios, esta vez la decepción tiene nombre propio: la esperanza truncada de formar un hogar para él y su hija, tras sentirse engañado y excluido de la casa que había soñado y por la que tanto trabajó.
La bronca y el dolor de L-Gante se hicieron públicos primero en una publicación de Facebook que el músico luego decidió borrar. No obstante, el texto fue capturado por seguidores, entre ellos la cuenta de Gossipeame, y se viralizó en segundos. En el mensaje, el cantante expresó su desencanto y su hastío ante un nuevo golpe recibido en el plano personal. “He perdido mucho tiempo con gente que no tiene corazón, que no sabe de valor… que jamás podrán decir que tienen palabra. Y a cuantos conocí de esos que se quiebran por un par de billetes”, escribió, dejando traslucir el nivel de decepción por el comportamiento de personas cercanas.
Fue más allá al expresar el dolor que le generó la situación. “A mí me enseñaron que la plata va y viene. Y lo que no vuelve es la paz para aquellos que traicionan. Jugaron con mi esfuerzo, con mi tiempo, con la ilusión de un pibe que apostó todo a un sueño y logró llegar”, relató. La publicación resonó con el recorrido de L-Gante, que forjó su carrera desde abajo, y acepta los golpes con cierta filosofía pero señalando la responsabilidad de quienes, según denuncia, lo defraudaron.

El mensaje más fuerte y personal estuvo dirigido a aquellos que, según explica, lo estafaron prometiéndole una propiedad para él y su hija que finalmente no le entregaron. “Pero algo que no voy a perdonar es que hayan jugado con la ilusión mía y de mi hija, haciéndonos esperar una casa que atrasaban a propósito y se la hayan terminado quedando”, confesó el músico. “Les deseo suerte, porque les va a costar ser felices”, lanzó, marcando distancia y dejando en claro la magnitud de la herida.
Esta nueva arista se suma a la crisis abierta con su exrepresentante. A fines de octubre, L-Gante habló sobre el tema en una entrevista en Los Profesionales de Siempre (El Nueve). “Eso es lo que siempre salgo a respaldar y salgo el día a día. No solo por mí, sino por mi hija, mi familia y el hogar que me merezco”, explicó el cantante, decidido a defender su espacio y su patrimonio. El foco de la disputa ya no es solo mediática: las diferencias sobre el pago a la madre de su hija y el reclamo de una cifra millonaria volvieron intransitables los intentos de acuerdo. “Esperemos que se resuelva, que tenga un registro de todo lo que fue, una explicación, respuestas… El millón y medio de dólares obviamente lo voy a reclamar, aunque sea mi parte. Tengo las herramientas necesarias para volver a hacer dinero cuando se me cante”, sentenció.
Sin embargo, más allá del plano económico y profesional, L-Gante dejó en claro que el dolor real se vincula con la destrucción de sueños personales: “Lo que sí me interesa mucho, que es el jugar con la ilusión de la gente, es la casa en construcción dentro del country San Eliseo que yo estaba esperando tanto porque me rompí la cabeza y el lomo, pero todavía no la tengo”. Repitió además que a pesar de todo lo vivido, nunca dejó de trabajar: “Nunca frené de trabajar”.
Para quienes lo siguen desde sus inicios, el reclamo de L-Gante es más que un episodio judicial: es la voz de un joven que, a puro esfuerzo y en medio de la adversidad, intenta proteger y construir un futuro para él y su hija. La decepción, las traiciones y los conflictos se entremezclan con el mensaje final de perseverancia y lucha, en medio de un presente difícil, donde lo personal y lo profesional chocan y ponen a prueba los sueños más verdaderos.