El gobernador de San Pablo, Tarcísio de Freitas, declaró este viernes como testigo en el juicio por golpismo contra el ex mandatario brasileño Jair Bolsonaro y aseguró que “jamás” escuchó del militar retirado alguna mención a una posible “ruptura democrática” en Brasil.
Freitas, quien fue ministro de Infraestructura durante la gestión de Bolsonaro (2019-2023), testificó ante la Primera Sala del Supremo, que juzga a Bolsonaro y treinta de sus más cercanos colaboradores por un supuesto plan para impedir la toma de posesión del actual mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva, tras las elecciones de 2022.
El gobernador dijo que, después de los comicios en que Bolsonaro perdió frente a Lula, visitó varias veces al capitán en retiro y siempre lo vio “triste y resignado”, así como “preocupado” por “el futuro del país” con el gobierno elegido en las urnas.
Freitas fue citado como testigo por la defensa de Bolsonaro, con quien mantiene una muy estrecha relación política y de amistad desde hace años.
De hecho, es barajado como posible candidato presidencial de la derecha brasileña para el año próximo en representación de Bolsonaro, quien no podrá postularse pues fue inhabilitado por la Justicia debido a abusos de poder político y económico en los que incurrió en la campaña de 2022.
Según la acusación formulada por la Fiscalía, tras esas elecciones, Bolsonaro y su entorno íntimo tejieron diversos planes para impedir que Lula asumiera el poder.
La conspiración habría desembocado en la asonada del 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, cuando miles de bolsonaristas destrozaron las sedes del Supremo, el Congreso y la Presidencia con la intención de incitar una intervención militar que derrocara al nuevo Gobierno.
Los planes golpistas fueron confirmados en parte ante la Primera Sala del Supremo por el general Marco Antonio Freire Gomes, entonces comandante del Ejército, quien declaró que Bolsonaro llegó a reunir a los jefes militares y planteó la posibilidad de impedir la investidura de Lula.
“Expuse la importancia de evaluar todas las consecuencias”, dijo Freire Gomes, quien agregó que además le aclaró a Bolsonaro que “no tendría apoyo” de las Fuerzas Armadas y que, si insistiera en su tesis golpista, “podría ser encuadrado jurídicamente”.
Esa reunión fue confirmada también por el ex jefe de la Fuerza Aérea Carlos Baptista Júnior, quien aseguró ante el tribunal que, en diciembre de 2022 y aún en su condición de jefe de Estado, Bolsonaro le presentó a los militares unas “propuestas” que “atentaban contra el régimen democrático”.
La Primera Sala de la Corte Suprema terminará de escuchar a los testigos de acusación y defensa la próxima semana, tras lo cual deberá fijar una fecha para comenzar los interrogatorios al propio Bolsonaro y a los otros treinta imputados en el proceso.
Bolsonaro se expone a penas de unos 40 años de prisión por los delitos de intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho e intento de golpe de Estado, entre otros.
Las audiencias están presididas por el juez del caso, Alexandre de Moraes, considerado un enemigo político del bolsonarismo. Se espera que el juicio finalice en los próximos meses.
(Con información de AFP y EFE)