Los juguetes económicos y de bajo precio encabezaron el volumen de ventas en un mercado en retracción (Adrián Escandar)

Las ventas de juguetes durante la campaña de Navidad 2023 en Argentina registraron una caída del 6,9% en unidades respecto al año anterior, según la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ). El organismo atribuyó el retroceso a un consumo más cauteloso, la restricción presupuestaria de los hogares y decisiones de compra marcadas por la racionalidad. Aunque diciembre mostró cierto repunte en el ritmo comercial, la expectativa del sector está puesta en la próxima celebración de Reyes Magos como posible impulso.

Hoy, el 70% de los productos y las ventas del mercado local corresponden a importados.

El presidente de la CAIJ, Matías Furió, destacó que, pese al resultado negativo, diciembre superó las previsiones si se las compara con noviembre, mes en el que se había registrado una caída intensa.

“En los días previos a Nochebuena se notó una mejora en la actividad, aunque no alcanzó para compensar la baja del Día del Niño ni los fuertes retrocesos de los meses anteriores”, afirmó Furió.

Por qué cayó el consumo

La CAIJ identificó que las promociones, los descuentos y las opciones de financiamiento resultaron claves para sostener parte de la actividad, sobre todo en compras de último momento.

La baja de tasas de interés dispuesta por políticas macroeconómicas del Gobierno Nacional favoreció tanto a consumidores como a comercios, que pudieron ofrecer cuotas sin interés. Como resultado, las tarjetas de crédito, billeteras virtuales y otros medios electrónicos concentraron cerca del 95% de las transacciones, con una presencia prácticamente nula del efectivo.

Las ventas online, que representan aproximadamente el 25% del mercado, mantuvieron un volumen estable en comparación con el año anterior, sin mostrar crecimiento, de acuerdo con la CAIJ.

Esta estabilidad se vio parcialmente afectada por la expansión de plataformas internacionales como Temu y Amazon, que restaron dinamismo a los operadores locales. Por el contrario, el canal físico tradicional experimentó una baja cercana al 10% en relación con 2022, lo cual fue determinante para el resultado global del sector.

Así, el ticket promedio varió según el tipo de canal de venta: en jugueterías de barrio se ubicó en torno a $19.000 por juguete, en supermercados rondó los $10.000 y en cadenas especializadas ascendió a aproximadamente $45.000. Este comportamiento refleja una clara preferencia por productos de precio bajo y medio, tendencia que condicionó la estrategia comercial del sector.

Nacional e importado

El mercado mostró diferencias marcadas: el juguete nacional logró muy buen desempeño, impulsado por precios estables y una relación precio-calidad acorde al poder adquisitivo de las familias. En contraste, los productos importados sufrieron una sobreoferta que derivó en precios fluctuantes y desalineados con la realidad del mercado argentino. Muchas veces, un mismo artículo fue ofrecido con valores muy dispares por distintos importadores, lo que generó confusión y desconfianza entre los consumidores.

Entre los rubros más demandados se encuentran los juguetes didácticos para primera infancia

La CAIJ señaló que los juguetes económicos y de bajo precio encabezaron el volumen de ventas en un mercado en retracción, mientras que los productos de alto valor, especialmente aquellos asociados a licencias, películas y grandes marcas, registraron baja rotación. El mayor flujo de compras se observó en categorías que combinan valor lúdico, durabilidad, precio accesible y uso compartido.

Entre los rubros más demandados se encuentran los juguetes didácticos para primera infancia, artículos para el aire libre, juegos de mesa familiares, sets de manualidades y muñecas. También se destacó el crecimiento en la búsqueda y venta de peluches interactivos y juguetes tecnológicos simples.

Los rubros más dinámicos fueron:

  • Primera infancia (hasta 4 años): Didácticos, apilables, encastres, autitos y juguetes sensoriales de Megaprice, Antex, Duravit, Evamagic y Bimbi, con alta participación de producción nacional y demanda sostenida.
  • Aire libre, playa y pileta: Lanzaaguas de Chikitoys, flota flotas, baldecitos y juegos para arena de Megaprice, Duravit y Chichess. También se destacaron los toboganes de Vegui, las pelotas de TurbyToy y los pata-patas y triciclos de Rondi, Biemme y Unibike. Dentro de los productos importados, los inflables concentraron buena parte de la demanda.
  • Juegos de mesa familiares: Entre los más elegidos por su valor educativo y social, con fuerte presencia de la industria nacional, destacándose marcas como Ruibal, Top Toys y Plastigal.
  • Creativos y de manualidades: Sets de masas y actividades sin pantallas, como Chikimasa, Smooshi y Antex, junto con kits de arte y manualidades de Juliana, muy demandados dentro del segmento de menor ticket.

Los productos de licencias internacionales y artículos premium —como Playmobil, LEGO, Cry Babies, Barbie, autos y motos a batería— concentraron especialmente la demanda en tiendas online del exterior, afectando al comercio electrónico argentino.

Seguridad del producto y controles en el sector

En el capítulo de seguridad, la CAIJ puso en valor el trabajo de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial, que, ante denuncias del sector, aplicó las primeras sanciones a importadores que comercializaban juguetes sin certificación y retiró del mercado un producto que superaba los niveles sonoros permitidos para bebés. El conjunto de multas superó los $100 millones e incluyó la baja de publicaciones digitales y la posibilidad de bloqueo fiscal a reincidentes. Matías Furió remarcó que la cámara continuará con la vigilancia de la cadena de comercialización y resaltó la importancia de adquirir juguetes certificados en comercios formales.

Con la llegada de Reyes Magos, la Cámara Argentina de la Industria del Juguete reiteró el valor de priorizar juguetes seguros y adecuados, disponibles en tiendas que cumplen plenamente con las normas de señalización y protección del consumidor infantil.