Este domingo, una vez más, Juana Viale demostró que la elegancia puede reinventarse sin perder autenticidad. Fiel a su estilo y a su mensaje, la conductora abrió una nueva emisión de Almorzando con Juana (El Trece) y volvió a convertir su entrada al estudio en una suerte de pasarela íntima, donde el vestuario no es solo apariencia, sino una declaración estética y ética. No se trató de un estreno, sino de una reaparición: eligió lucir el mismo vestido que semanas atrás había llevado en los Premios Martín Fierro de Teatro, reafirmando así su compromiso con la moda consciente y su alianza indiscutida con Gino Bogani, el diseñador que desde hace años le diseña piezas memorables.

Con su avasallante actitud, Juana hizo su aparición ante las cámaras del estudio. Envuelta en un vestido de terciopelo de seda chifón, en un tono que ella misma describió como “durazno rosado al diez”, Juana ingresó al centro de la habitación y captó todas las miradas. El modelo, con una banda que caía suavemente sobre sus hombros, evocaba el glamour clásico de otras épocas, pero con la frescura de la conducción actual. Ella misma se encargó de explicar la elección: “Es el vestido que usé en la noche de los galardones. Icónico, como el señor Bogani”, dijo con una sonrisa cómplice, dejando claro que las piezas únicas no son de usar y archivar, sino de repetir y resignificar.

Cada detalle del look acompañó esa misma línea estética. El peinado, obra de Cris Sepúlveda, fue un rodete bajo, sobrio y romántico, adornado con delicadas flores blancas que, según ella describió, seguían un estilo “a lo romano”. El maquillaje, realizado por Juan Fojo, sumó tonos rosados en los párpados y un delineado fino en negro, que realzaban su mirada sin competir con la sutileza del conjunto. Todo el look fue pensado como una composición armónica, donde ningún detalle quedó librado al azar.

El atuendo completo de la conductora para su programa dominical (Instagram)

La decisión de volver a usar el vestido no fue un gesto aislado en la pantalla chica. La semana anterior, Viale ya había sorprendido con otro atuendo firmado por Bogani, reafirmando su postura en favor del consumo responsable. Entonces, mientras bromeaba sobre las bajas temperaturas, aclaró: “¡Qué fresca que hace, por favor! Sacame la calefacción a la calle… No se puede el frío que hace. Todos pensaban que iba a traer el vestido del Martín Fierro de Teatro, Bogani, pero se lo traemos el próximo domingo. Ahora llevo uno que ya usé, nosotros marcamos tendencia: usamos lo que ya usamos”.

Durante aquella emisión de su ciclo, con la frescura que la caracteriza, describió con entusiasmo el diseño elegido: “Es un vestido de crepe de seda con flores de lamé realizado artesanalmente y bordado a mano con cristales, y mangas azabache. ¡Qué belleza es esto!”. Y, como suele hacer, vinculó la moda con figuras internacionales: “Para que no se olviden y piensen que todo pasa rápido, acá recordamos como las princesas, como la realeza, como Máxima, otra argentina como yo”.

El peinado y el maquillaje acompañaron a Juana ante las cámaras (Instagram)

En tiempos donde la novedad parece ser el único camino, la presentadora apuesta por otro relato: el de resignificar lo que ya fue, el de valorar el trabajo artesanal, el de desafiar la lógica del descarte rápido. Y lo hace con la misma elegancia con la que maneja cada conversación en su mesa, donde la espontaneidad convive con el refinamiento. Así, domingo tras domingo, la conductora confirma que su programa no solo es un espacio de entrevistas y gastronomía, sino también una vidriera donde el arte del buen vestir puede ser, a la vez, un acto de conciencia y de memoria cultural.