Cada domingo, Juana Viale no simplemente entra en escena, sino que la domina. El estudio de Almorzando con Juana (El Trece) se convierte en un teatro íntimo donde ella es protagonista absoluta. Desde la música que la acompaña hasta el primer plano que la recibe, todo gira en torno a su irrupción. Esos pocos segundos donde avanza segura, con el vestido como bandera, se han transformado en un ritual: el momento en el que su look se convierte en tema de conversación, tendencia y, muchas veces, en manifiesto. Y este fin de semana no fue la excepción. Fiel a su estilo, Juana eligió un impactante diseño de Gino Bogani, se calzó su outfit, alzó el mentón y se apropió del estudio como si fuera una pasarela.
“¡Buenas, hola, hola! Miren qué gataza estoy vestida hoy… ¡Una leoparda patagónica!”, lanzó apenas apareció en cámara, enfundada en un diseño espectacular de Bogani. “Les quiero mostrar este vestido espectacular. Es de terciopelo labrado sobre gasa animal print. Es una línea al cuerpo y es drapeado. Sobre la falda al diez con escote y borde. Unas mangas con unos paillettes… ¡Qué laburo, Bogani, qué maravilla, ¿quién pudiera? Yo que lo tengo puesto”, exclamó, fiel a su tono desenfadado y lúdico.
El peinado estuvo a cargo de Juan Fojo, quien eligió un rodete bajo prolijo, clásico y efectivo para dejar lucir los hombros y el diseño del vestido. El maquillaje, obra de Cris Sepúlveda, acompañó con una propuesta en tonos rosados que resaltaban sus facciones sin competir con el impacto del outfit: “Siempre en composé con el vestido, hicimos un rosado hermosísimo”, contó el equipo detrás de escena.
Pero esto no fue un hecho aislado. El domingo anterior, para dar la bienvenida al mes de junio, Juana también había marcado la agenda fashion. En esa oportunidad, eligió un look completamente distinto: más estructurado, más invernal, más teatral. Se despidió de las transparencias que venía usando en el otoño templado y dio paso a una silueta de líneas amplias, pensada para la ola polar que atraviesa el país.
“¿Qué pasó con el frío? Me hizo crecer el pelo. Volvió…”, dijo con ironía en aquella apertura, aludiendo a su melena larga y al giro estético. La protagonista del look fue una pollera campana de raso azul con estampa floral en tonos bordó y ocre. La parte interior, en cobre, asomaba en cada movimiento y aportaba profundidad al conjunto.
El resto del look incluía una blusa de mangas amplias, de aire romántico, y un top de micro paillettes que aportaba brillo sutil en determinados gestos o encuadres. La faja de terciopelo que marcaba la cintura sumaba textura y ayudaba a definir la silueta. Como broche final, un pañuelo al cuello integrado al diseño, uno de los sellos visuales que Juana incorporó con fuerza a lo largo de sus temporadas frente al programa. Además, el outfit se completó con joyas en tonos miel: aros, pulsera y collar, elegidos para sumar brillo sin competir con el protagonismo textil. En los pies, stilettos dorados, aunque casi imperceptibles por el largo de la pollera.
De esa manera, cada vez que posa ante las cámaras, Viale se roba la atención de su público dominical. Se vuelve en un personaje, uno que camina entre las luces del estudio como si fuera una pasarela, que se ríe de sí misma mientras cita a los grandes de la moda, que convierte cada look en una escena y cada escena en una declaración. Ya sea envuelta en terciopelo animal print o moviendo una falda de raso bordó como si flotara, su presencia marca el ritmo del programa.