El cardenal peruano Juan Luis Cipriani, sancionado por el Vaticano por una denuncia de abuso sexual, reapareció públicamente este miércoles en la Basílica de San Pedro, durante el primer día de exposición del cuerpo del papa Francisco, cuyo funeral se realizará este sábado.

Según las imágenes de la transmisión en directo de Vatican News, Cipriani acudió con uno de sus asistentes, poco después del mediodía (hora peruana), y fue captado rezando en silencio frente al féretro del pontífice argentino, quien en vida le impuso una sanción canónica con restricciones a su actividad pública, lugar de residencia y uso de insignias religiosas.

Con los brazos cruzados, el purpurado permaneció casi 15 minutos en una de las bancas de la Basílica, por donde ya habían pasado más de 20.000 fieles, antes de retirarse. En enero pasado, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, confirmó las medidas en su contra e indicó que el decreto fue firmado por el pontífice y aceptado por él mismo.

Pese a la sanción vigente, Cipriani tiene previsto participar en las reuniones previas al cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, aunque no podrá votar en la elección, ya que supera los 80 años, edad límite establecida para participar con derecho a voto en ese proceso.

Juan Luis Cipriani se retira después de orar ante el féretro del papa Francisco

En diálogo con RPP, el padre Guillermo Inca, secretario general de la Conferencia Episcopal Peruana, detalló previamente que estas congregaciones iniciales son espacios de diálogo y reflexión, en los que los cardenales tienen la oportunidad de expresar sus opiniones y contribuir a definir el perfil que debería tener el próximo pontífice.

Señaló que se trata de “reuniones fundamentales para establecer las bases del proceso de elección”, ya que permiten identificar las características y habilidades consideradas esenciales para el liderazgo de la Iglesia en el contexto actual.

“Como todos los cardenales, tiene la posibilidad de llegar a las primeras congregaciones. Puede aportar, buscar diálogos, opinar… lo que se busca en estas congregaciones es un perfil de qué cualidades debe tener el próximo paso, y ya después los que eligen tomarán una conversación más profunda, con mucha oración para elegir al próximo pontífice», mencionó en la emisora.

Perú tiene seis purpurados, tres de los cuales (Juan Gualberto Guevara, Juan Landázuri y Augusto Vargas) ya están fallecidos. Cipriani y Pedro Barreto no pueden participar del voto para el sucesor de Francisco porque ya superaron los 80 años. Solo el cardenal Carlos Castillo, de 75 años, podrá hacerlo.

La denuncia

A fines de enero, El País reveló que en 2018, la víctima de Cipriani escribió una carta al papa en la que denunció los abusos que sufrió en 1983, cuando tenía entre 16 y 17 años. El diario español, que citó fuentes eclesiásticas en Lima y al propio denunciante –quien pidió permanecer en el anonimato y cuya edad es 58 años–, señaló que no era la primera vez que se presentaban acusaciones de este tipo contra el purpurado, exarzobispo de Lima y miembro del Opus Dei.

Las fuentes consultadas por El País confirmaron que ya existía una denuncia previa en 2002. Cipriani, en una carta, relató los hechos relacionados con su expulsión, cuando se le impusieron “una serie de penas” que limitaron su ministerio sacerdotal, se le asignó una “residencia estable fuera del Perú” y se le pidió que “guardara silencio”.

No obstante, denunció que estas medidas dispuestas por Francisco se tomaron “sin haber sido escuchado, sin saber más y sin que se abriera un proceso”. De igual modo, negó tajantemente las acusaciones de pederastia. “No he cometido ningún delito, ni he abusado sexualmente de nadie, ni en 1983 ni después”, afirmó, antes de narrar que, en febrero de 2020, tras una audiencia con el pontífice, este le permitió “reanudar” sus tareas pastorales.

Desde entonces, sus únicos pronunciamientos han sido a través de cartas, una de las cuales envió a la Conferencia Episcopal local para cuestionar el apoyo que le brindaron a la decisión del pontífice y al denunciante.