JP Morgan reportó que la inflación en Argentina retomó en abril una trayectoria descendente, tras un repunte en marzo. La variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de 2,78% mensual, ligeramente por debajo de la estimación interna del banco, que proyectaba un 2,9%, y bastante por debajo del consenso de Bloomberg, que preveía un 3,2%. Este nuevo dato redujo la inflación interanual a 47,3%, frente al 55,9% observado en marzo.
El informe atribuyó la desaceleración al impacto de la “evolución del marco macro-financiero” que el gobierno implementó en abril. Bajo ese marco, las autoridades eliminaron el deslizamiento cambiario del 1%, unificaron los tipos de cambio y eliminaron los controles de capital para individuos. Esta serie de reformas, que JP Morgan denominó “Cruzar el Rubicón”, no generó, según el informe, un impacto inflacionario significativo en el corto plazo.
El banco también confirmó su proyección de inflación para diciembre de 2025 en 26% interanual, y estimó que la inflación mensual bajará al rango del 2% en los próximos meses. En concreto, el informe adelantó que la inflación de mayo se estaría ubicando en 2,2% mensual, y que es probable que el índice mensual se sitúe por debajo del 2% durante el tercer trimestre del año.
El análisis técnico mostró que el núcleo del IPC registró un incremento mensual de 3,2%, lo que representó 2,2 puntos porcentuales de la inflación total del mes. Esta suba fue consistente con la proyección de JP Morgan y mantuvo el mismo nivel que en marzo. Dado que este núcleo incluye la mayoría de los precios de los alimentos, salvo frutas y verduras, el banco utilizó un indicador alternativo: el “core ex food” o núcleo sin alimentos. Este índice mostró una variación mensual de 3,0%, muy similar al promedio trimestral anterior de 2,6%.
En cuanto a los precios estacionales, estos se movieron un 1,9% mensual, una marcada desaceleración frente al 8,4% registrado en marzo. Por su parte, los precios regulados crecieron un 1,8% en abril, moderados por menores incrementos en tarifas de servicios públicos.
El reporte también incluyó una estimación desestacionalizada de la inflación mensual, para aislar los efectos estacionales y obtener una mejor lectura del impulso inflacionario. Esta medida mostró que el ritmo trimestral anualizado se ubicó en 31,8%, un alza explicada por la aceleración de marzo, aunque todavía por debajo del 34,8% registrado en diciembre de 2024. En comparación, un año antes, ese mismo indicador alcanzaba el 218% anualizado.
JP Morgan desagregó además el índice núcleo sin alimentos entre bienes y servicios. Detectó que la inflación de bienes núcleo se aceleró durante los últimos dos meses, lo que vinculó a la incertidumbre por los cambios en la política económica y al efecto inmediato de la unificación cambiaria. A pesar de esto, el impulso inflacionario de los bienes núcleo se situó en 17,9% anualizado, y el informe anticipó una desaceleración a medida que se reduzca la volatilidad cambiaria y se avancen medidas como la reducción de aranceles a celulares, televisores y equipos tecnológicos.
En contraste, la inflación de servicios núcleo, menos vinculada al tipo de cambio y más relacionada con salarios y actividad económica, se mantuvo más persistente al alza, y mostró una dinámica más rígida a la baja.
El informe presentó una tabla detallada con la evolución de los principales rubros del IPC. El rubro de alimentos y bebidas no alcohólicas, que representa el 26,9% del índice, subió 2,9% en abril, con una contribución de 0,9 puntos porcentuales a la inflación general. La indumentaria creció un 3,8%, mientras que restaurantes y hoteles avanzaron un 4,1%. En contraste, el ítem vivienda y servicios básicos aumentó 1,9%, en línea con la contención de tarifas.
Otros rubros con incrementos fueron comunicaciones (2,8%), recreación y cultura (4,0%) y educación (2,5%). Este último había registrado un salto del 21,6% en marzo, lo que había contribuido notablemente a la suba de ese mes. En abril, su aporte fue marginal.
El banco también destacó que la inflación medida en servicios se ubicó en 3,0% mensual, mientras que la de bienes fue de 2,7%, reflejando una convergencia de ambos componentes hacia niveles más bajos.
Según el análisis del banco, la combinación de factores técnicos y reformas estructurales permitió encauzar la inflación hacia una senda más moderada, sin provocar un desborde de precios en el corto plazo. Entre los datos más relevantes, el informe remarcó que el impulso inflacionario del IPC núcleo se mantuvo estable en 35,1% anualizado, mientras que el de su versión sin alimentos fue de 30,9%.
JP Morgan reiteró que prevé una desinflación sostenida en los próximos meses, en un contexto de apertura comercial progresiva y reducción de impuestos a las importaciones. En esa línea, subrayó la importancia de monitorear el comportamiento de los precios de servicios, cuya dinámica continúa determinada por factores internos más rígidos.