Jorge “Tuto” Quiroga, ex mandatario boliviano y actual candidato presidencial por la Alianza Libre, elevó este lunes el tono de la campaña al exigir la suspensión inmediata de los contratos firmados por el gobierno de Luis Arce con empresas de China y Rusia para explotar los yacimientos de litio. A la vez, lanzó duras acusaciones contra el dictador venezolano Nicolás Maduro, a quien calificó de “jefe de un conglomerado criminal mafioso”.
Los acuerdos en disputa, firmados en 2024, incluyen un contrato con la rusa Uranium One para instalar una planta de extracción con capacidad de 14.000 toneladas anuales, y un convenio con la china CBC —filial de CATL, la mayor productora mundial de baterías— para levantar dos instalaciones con una producción conjunta de 35.000 toneladas por año. El monto total ronda los 2.000 millones de dólares, actualmente bajo consideración del Congreso.
Quiroga fue tajante: “Los contratos que firmó el presidente Luis Arce y todo lo que han hecho no tiene ningún reconocimiento de parte nuestra. Párenlos, no se van a aprobar y el Congreso no va a aprobar esos contratos”, declaró a la agencia AFP.
El ex mandatario, que ya gobernó entre 2001 y 2002, acusó además al oficialismo de ignorar la voz de las comunidades de Potosí, la región donde se encuentra el Salar de Uyuni, considerado el mayor depósito de litio del planeta. “La selección de las dos empresas extranjeras se hizo a espaldas de Potosí”, afirmó, en alusión a las demandas históricas de ese departamento por mayor participación en las ganancias de los recursos naturales.
Las tensiones políticas han agrietado al Movimiento al Socialismo (MAS), dividido entre leales a Arce y seguidores de Evo Morales. La disputa interna ha trabado la aprobación legislativa de los contratos y podría prolongarse en los próximos meses. La pugna refleja una grieta más amplia en torno a la política de recursos estratégicos, con sectores que ven en la apertura a China y Rusia una amenaza de dependencia.
El gobierno insiste en que Bolivia posee 23 millones de toneladas de recursos de litio identificados, aunque aún no ha especificado cuántas de ellas son reservas efectivamente explotables. El dato ha sido utilizado para presentar al país como líder mundial en el mineral clave para la transición energética, pero expertos recuerdan que la dificultad técnica de extraer litio en salmueras de alta complejidad limita el atractivo inmediato de la región.
La controversia con Beijing y Moscú se da en un contexto global donde ambos países buscan asegurar acceso a minerales estratégicos. China controla actualmente más del 70% de la capacidad mundial de producción de baterías, y empresas estatales rusas han incursionado en América Latina como parte de la estrategia geopolítica del Kremlin para diversificar su influencia. Para sectores críticos, los contratos en Bolivia son parte de esa expansión.
Quiroga, sin embargo, prometió un viraje radical. De ser electo, aseguró que impulsará una ley de recursos evaporíticos y que su política exterior privilegiará “tratados bilaterales de protección de inversiones” y “acuerdos de libre comercio” sometidos a arbitrajes internacionales, en clara señal de acercamiento a Occidente.
Maduro, jefe criminal
El candidato también encendió la polémica regional con declaraciones dirigidas a Venezuela. En la misma entrevista con AFP, arremetió contra Nicolás Maduro: “Es jefe de un conglomerado criminal mafioso que se ha robado la presidencia de Venezuela”. Y agregó: “Está muerto de miedo porque le han puesto una recompensa”.
Estados Unidos ofrece actualmente 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro, a quien acusa de liderar el llamado Cartel de los Soles, una red de narcotráfico vinculada a oficiales militares venezolanos. Washington clasifica a esa organización como terrorista y ha endurecido sanciones en su contra desde 2020.
Quiroga fue más allá y llamó directamente “al pueblo y a las Fuerzas Armadas” de Venezuela a no ser “cómplices de un cartel de narcotraficantes”. Consultado sobre la presencia de buques de guerra estadounidenses frente a las costas de Caracas, evitó comentar sobre una eventual invasión, pero insistió: “Lo que hago es pedir a todas las fuerzas del orden de Venezuela que se pongan del lado de la democracia”.
Sus palabras marcan un quiebre con la política exterior de los últimos 20 años en Bolivia, período durante el cual el MAS gobernó de forma ininterrumpida y se alineó con el chavismo, Cuba y Nicaragua. “Me jacto de nunca haber reconocido el gobierno de Maduro”, enfatizó Quiroga, subrayando una línea de confrontación con los regímenes autoritarios de la región.
Las acusaciones contra Maduro llegan mientras la campaña boliviana entra en su tramo decisivo: el próximo 19 de octubre, Quiroga se enfrentará en segunda vuelta al candidato Rodrigo Paz. Ambos buscan capitalizar el desgaste del MAS, que atraviesa su momento más frágil desde la llegada de Evo Morales al poder en 2006.