
“La experiencia de la transición a la democracia en Argentina no estaba previamente escrita ni tenía un curso inevitable. Fue un camino que recorrimos tramo a tramo, abriéndonos paso en territorios desconocidos“. Esto escribe Horacio Jaunarena, exministro de Defensa de Raúl Alfonsín y figura clave en el regreso de la democracia. Lo hace en su libro La casa está en orden, que se acaba de reeditar en formato digital -se puede leer gratuitamente en Bajalibros- y se presenta este miércoles a las 16 en el Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI)”.
El encuentro, en el que Jaunarena tendrá un lugar central, está organizado por el Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos (ISIAE) del CARI. Se desarrollará en formato híbrido: presencial en la sede del CARI (Uruguay 1037, 1° piso, Ciudad de Buenos Aires) y virtual vía Zoom.
El acto también contará con palabras de apertura de Francisco de Santibañes, presidente del CARI, y será presentado por Fabián Calle, director del ISIAE. Participarán además Jesús Rodríguez, economista y dirigente de la Unión Cívica Radical, y Mateo Hadad, director de Bajalibros-Infobae. El cierre estará a cargo del propio Calle.

Horacio Jaunarena lideró la cartera de Defensa durante los años de la recuperación democrática y su libro reconstruye debates internos del gabinete, negociaciones frente a las Fuerzas Armadas y los desafíos de consolidar las instituciones civiles. Según información de Infobae, el autor describe en detalle su encuentro con Aldo Rico en la sublevación carapintada de Campo de Mayo. Cinco demandas le hizo Rico. Jaunarena contó su respuesta: A la primera. no; a la segunda, no; a la tercera, no, a la cuarta, no y a la quinta, no”.
El relato pone especial atención a las tensiones entre la exigencia de justicia por los crímenes de la represión y la presión ejercida por los sectores militares, marcando cómo esa pugna atravesó la transición hacia la democracia en Argentina. En el libro, Jaunarena detalla desde dentro episodios centrales como los juicios a las Juntas Militares.
Escribe: “La llamada Ley de Punto Final era un fracaso absoluto y había producido los efectos exactamente inversos a los esperados. El gobierno pagó un enorme costo político con una normativa que, lejos de serenar los ánimos y encauzar las causas judiciales, reavivó los malestares y colocó la situación en un lugar peor del que estaba antes de su sanción”.
Este miércoles, en el CARI, contará pormenores y responderá preguntas.