En el marco de la Operación “León Ascendente”, el ejército de Israel anunció este sábado que, hasta el momento, fueron abatidos más de 20 comandantes iraníes, incluidos principales responsables del aparato de inteligencia y de misiles del régimen de Teherán.
“Desde el inicio de la operación (el viernes), más de 20 comandantes del aparato de seguridad del régimen iraní han sido eliminados”, afirmó el ejército en un comunicado, en el que nombró a varios altos mandos del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica y de las fuerzas armadas.
El ataque, liderado por la Fuerza Aérea Israelí y respaldado por información de inteligencia precisa, tuvo como blanco figuras clave en la estructura de mando de las fuerzas armadas iraníes y la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC, por sus siglas en inglés).
El primer golpe de esta operación ocurrió durante la madrugada pasada, cuando aviones de combate israelíes ejecutaron ataques selectivos tras una labor de inteligencia liderada por la Dirección de Inteligencia de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Entre los fallecidos se cuenta Gholam-Reza Marhabi, jefe de la Dirección de Inteligencia del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, considerado hasta el momento de su muerte como el oficial de inteligencia más relevante del régimen.
Marhabi tenía bajo su responsabilidad la supervisión de los análisis situacionales y la planificación operativa del ejército iraní.
Durante el último año, desempeñó un papel crucial en la preparación y ejecución de operaciones militares e inteligencia contra Israel, consolidándose como una figura respetada en el círculo cercano del régimen y manteniendo una estrecha relación con el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Mohammad Hossein Bagheri.
Junto a Marhabi, en el ataque israelí también murió Bagheri, quien lideraba el arsenal de misiles superficie-superficie del IRGC. Esta fuerza representa uno de los principales recursos ofensivos de la república islámica y se considera una de las herramientas más significativas en la proyección del poder militar iraní en la región.
Bagheri era responsable de la mayor parte de las capacidades de misiles de largo alcance y de crucero, utilizados por Irán en operaciones previas contra Israel, tanto en abril como en octubre de 2024. Su eliminación se produjo en un cuartel subterráneo ubicado en Teherán, junto a otros altos funcionarios, entre quienes se encontraba Amir Ali Hajizadeh, comandante de la Fuerza Aérea de la Guardia Revolucionaria.
Las autoridades israelíes afirman que el alcance de la operación excede a los dos altos mandos y engloba a más de una veintena de figuras clave del aparato de seguridad iraní, con responsabilidad tanto en la inteligencia militar como en la planificación y uso de sistemas de misiles de largo alcance.
El régimen de los ayatolás reconoció la muerte de varios altos mandos militares, entre ellos el máximo responsable de la Guardia Revolucionaria, Hosein Salami. El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Khamenei, designó ya al sustituto de Salami, Mohamad Pakpur, hasta ahora comandante de las Fuerzas de Tierra.
En el plano internacional, la comunidad de inteligencia y la diplomacia se mantienen a la expectativa de las reacciones iraníes. Diversos expertos advierten sobre el potencial impacto de estas muertes en la cadena de mando y la moral de las fuerzas armadas iraníes, así como la posibilidad de represalias, tanto directas como a través de aliados en conflictos regionales.
A la espera de movimientos del régimen de Teherán, la Operación “León Ascendente” marca un giro en los métodos de guerra entre Israel e Irán, y supone una demostración de la capacidad de la inteligencia militar israelí para penetrar y desmantelar las redes más protegidas del aparato de seguridad iraní. La eliminación de figuras centrales en la doctrina, planificación y ejecución de la política militar persa abre interrogantes sobre la capacidad de respuesta del régimen y los eventuales escenarios a corto y mediano plazo en la región.