Los precios de los alimentos se dispararon en el último año en Bolivia. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), en un año subieron en 31,48%, el nivel más alto registrado en los últimos 15 años.
El reporte muestra que la inflación acumulada en el primer semestre del año llegó al 15,53% y duplicó la previsión del Gobierno para todo el año. Adicionalmente, solo en junio se registró una variación de precios del 5,21%, la más elevada en los últimos 40 años para ese mes. “Este nivel supera incluso las tasas anuales registradas entre 1991 y 2024, lo que marca un deterioro sin precedentes del poder adquisitivo de las familias bolivianas”, señala una publicación de Brújula Digital.
El director del INE, Humberto Arandia, explicó que los bloqueos realizados durante 14 días por los seguidores del ex presidente Evo Morales (2006-2019) en rechazo a su inhabilitación electoral incidieron en el alza de precios del último mes. “Toda la inflación a junio puede ser explicada por los bloqueos”, manifestó y agregó que en la medida en la que no haya cortes de carreteras, se regularice el suministro de combustible y baje la cotización del dólar paralelo, el precio los alimentos tenderá a disminuir.
Los bolivianos enfrentan desde hace dos años un incremento sostenido de los precios debido a la crisis económica que atraviesa el país por la debacle de la industria petrolera, que era su principal fuente de ingresos. En el primer trimestre de 2023, la población empezó a sentir la desaceleración de la economía por la escasez de dólares, que ha provocado periodos prolongados de desabastecimiento de combustible y ha encarecido el costo de vida.
Para contener el alza de los precios y garantizar el abastecimiento del mercado interno, el Gobierno dispuso vetos temporales a las exportaciones de algunos productos como el aceite de soya y la carne, y reforzó los controles para evitar el agio y la especulación. Sin embargo, los precios en general se han mantenido en ascenso.
El 2024 cerró con una inflación de casi el 10% y para este año se calculó 7,5% pero este porcentaje fue duplicado a mitad de año, lo que hace prever una tendencia inflacionaria alta para los próximos meses.
Las proyecciones de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) no son alentadoras para el país. A través de un informe publicado en mayo, señaló que las medidas económicas actuales son insostenibles y que el país se arriesga a enfrentar un ajuste desordenado con fuertes consecuencias sociales y económicas.
El organismo internacional sugirió a las autoridades bolivianas adoptar cambios urgentes en su modelo económico, principalmente realizar un ajuste fiscal gradual y una devaluación inicial del tipo de cambio para restablecer la estabilidad macroeconómica.
El Gobierno de Arce insiste en la aprobación de créditos internacionales en la Asamblea Legislativa para aumentar sus reservas y poder cubrir la demanda de carburantes y pagar la deuda externa hasta fin de año, para lo que requiere cerca de 2600 millones de dólares.
La situación económica del país ha aumentado las protestas de varios sectores y el descontento contra el Gobierno, llegando a pedir incluso la renuncia del presidente Arce a cuatro meses de la conclusión de su mandato.
Bolivia celebrará elecciones generales el 17 de agosto en las que 7,5 millones de bolivianos elegirán presidente, vicepresidente y representantes para el Órgano Legislativo.