La inédita colocación de deuda en pesos que realizará el Tesoro hoy en el mercado internacional persigue un objetivo muy claro: acumular dólares para enfrentar los fuertes vencimientos de deuda que se avecinan en julio.
En el arranque de ese mes habrá que pagar USD 4.500 millones en concepto de vencimientos de capital e intereses de bonos que en mayor medida se encuentran en manos de inversores privados. Por lo tanto, la idea es fortalecer las reservas del BCRA y armar un colchón de recursos para hacer frente al pago que será dentro de 45 días.
Para eso, se optó por ofrecer un Bonte 2030, un título nominado en pesos para inversores extranjeros que solo podrá ser suscripto en dólares. Esta colocación implicaría un incremento de USD 1.000 millones en el nivel de reservas del BCRA.
Hace ya varias semanas que desde el equipo económico habían aclarado que la acumulación de reservas no tendría lugar comprando dólares, al menos la cotización toque el piso de la banda. Sin embargo, por ahora este escenario está lejos, ya que la actual cotización de $1.170 se mantiene alejada de los $ 1.000.
Por lo tanto, la apuesta de Luis “Toto” Caputo es que la acumulación de dólares se produzca por ingresos a través de la cuenta capital. La emisión de deuda por parte del Gobierno es una posibilidad. También los bonos que colocan las empresas en el mercado internacional pueden ser un vehículo para conseguir divisas.
Además, también se mencionó la posibilidad de acordar un repo, o sea un préstamo garantizado con bonos, con bancos internacionales luego de la operación que se había cerrado en febrero.
La apuesta de Luis “Toto” Caputo es que la acumulación de dólares se produzca por ingresos a través de la cuenta capital
Son todas opciones posibles mientras se avanza hacia el objetivo mayor, que es una baja del riesgo país a un nivel que permita conseguir financiamiento en dólares con emisiones de deuda. Con un nivel de 650 puntos básicos esto es imposible, ya que habría que colocar bonos a una tasa superior al 11% anual en dólares.
No es casual que los bonos dolarizados hayan reaccionado ayer de manera muy favorable, ante la apertura de una nueva fuente de financiamiento. Las subas fueron de hasta 1,5% y resultaron más significativas en los de mayor duración. En la medida que el Gobierno consiga nuevas colocaciones fortalecerá más el nivel de reservas y eso es una buena noticia para los tenedores de bonos. Es decir, tienen mayor probabilidad de pago.
En referencia al nuevo título en pesos, ayer hubo distintas compulsas entre los chats de traders del mercado local para determinar cuál será finalmente la tasa. Esa es justamente la variable que se licita mañana.
De acuerdo a las expectativas entre bancos y Alycs, la tasa se ubicaría entre el 20% y el 25% anual en pesos. Se trata de un rendimiento mucho menor al que actualmente ofrecen las LECAP, que están arriba del 40%.
El motivo para conseguir una tasa mucho menor es que a mediano plazo se espera una inflación mucho más baja. Según los economistas y las consultoras que analiza el Central para el Relevamiento de Expectativas de Mercado, para fines del año próximo la inflación ya debería estar corriendo a un ritmo menor al 10% anual.
En ese escenario, las tasas deberían colapsar también al tiempo que se aseguraría la estabilidad del tipo de cambio oficial.
Se optó por ofrecer un Bonte 2030, un título nominado en pesos para inversores extranjeros que solo podrá ser suscripto en dólares
El resultado de la licitación de hoy reflejará ese nivel de expectativas de los inversores extranjeros. Una tasa inferior al 20% anual en pesos implicaría un enorme respaldo y buenas expectativas sobre la marcha de la economía. Y si supera el 25% implicaría un comportamiento cauteloso pero igual positivo.