India se consolida como exportador clave de talento ejecutivo, con once CEOs en la lista Fortune 500 y una capitalización bursátil conjunta de USD 6,5 billones.

La presencia de directores ejecutivos indios en empresas de Estados Unidos se ha intensificado, consolidando la adaptación y la perseverancia como herramientas de liderazgo efectivas en el siglo XXI. India se posiciona hoy como uno de los mayores exportadores de talento empresarial, transformando la composición de las juntas directivas en corporaciones multinacionales.

Satya Nadella en Microsoft, Sundar Pichai en Google, Leena Nair en Chanel y Raj Subramaniam en FedEx ilustran esta tendencia. Hasta 2023, Laxman Narasimhan encabezó Starbucks. Según Newsweek, la última lista Fortune 500 incluye once compañías con CEOs de origen indio, quienes gestionan una capitalización bursátil conjunta que supera los USD 6,5 billones. Este avance responde a cambios históricos que han colocado a India en el centro de la economía mundial.

Un estudio conjunto de Newsweek y la consultora ghSMART, basado en la evaluación de 30.000 altos ejecutivos, identifica rasgos distintivos en el liderazgo indio. Los líderes indios son cinco veces más proclives a asumir riesgos calculados y casi seis veces más propensos a afrontar retos en comparación con sus pares internacionales. También destacan por su resiliencia, orientación a procesos y extraordinaria capacidad de adaptación proactiva, considerada como uno de los mejores predictores de éxito en la alta gestión. La evolución de este liderazgo se articula en cuatro etapas definidas.

El CEO de Google, Sundar Pichai (REUTERS)

Primera ola: excelencia técnica y migración

La primera ola surgió tras la independencia india en 1947, con la excelencia técnica como vehículo de movilidad social. El Indian Institute of Technology (IIT) se estableció como un semillero de ingenieros y científicos. La apertura migratoria en Estados Unidos en 1965 ofreció nuevas opciones para estos talentos. Raj Gupta, egresado de IIT Bombay y Cornell, llegó al país en 1969 con ocho dólares y una sólida formación. La tasa de admisión en IIT, entre 0,5 % y 2 %, superaba la selectividad de la Ivy League. Gupta desempeñó trece cargos en tres continentes y tuvo diecisiete jefes directos antes de alcanzar la dirección ejecutiva de Rohm and Haas en 1999.

El sistema educativo indio, caracterizado por una competencia intensa y una fuerte orientación hacia ingeniería y medicina, creó una auténtica cantera de talento. Raghu Raghuram, ex CEO de VMware, lo expresó así: “Eras ingeniero, médico o nadie. El sistema no estaba diseñado para todos”. Escuelas como Hyderabad Public School formaron figuras como Nadella, Shantanu Narayen (Adobe), Ajay Banga (Banco Mundial) y Prem Watsa. Incluso quienes no ingresaron al IIT, como Nadella, demostraron que el éxito global depende de la capacidad para reinventarse y aprovechar oportunidades más allá de los exámenes.

El sistema educativo indio y la migración tras 1965 impulsaron la primera ola de líderes técnicos en empresas multinacionales mediante instituciones como el Instituto Indio de Tecnología (IIT)

Segunda ola: disrupción tecnológica y adaptación

Coincidiendo con la revolución tecnológica de los años 90, la agilidad, la innovación y la transformación sustituyeron la antigua estabilidad corporativa. Los ejecutivos indios, procedentes de un país con más de 1.400 millones de habitantes y mil seiscientas lenguas y dialectos, se especializaron en entornos de incertidumbre. Ravi Kumar, CEO de Cognizant, afirmó: “Si conduces un coche en la India, puedes conducir en cualquier parte del mundo”. La improvisación—llamada jugaad—se convirtió en ventaja estratégica. Según ghSMART, estos líderes presentan casi seis veces más probabilidades de sobresalir en aceptación de desafíos y un 43% más de fortaleza relativa en adaptabilidad.

El perfil de Jay Chaudhry, fundador de Zscaler, simboliza esta etapa. Tras servir en la Fuerza Aérea india, fundó varias empresas millonarias en Silicon Valley hasta consolidar una compañía valorada en USD 45.000 millones. La transición de funciones técnicas a la dirección estratégica se observa también en Nadella y Pichai, hoy responsables de la transformación de Microsoft y Google. Según ghSMART, estos líderes sobresalen un 15% más en toma de decisiones rápidas y contundentes, atributo clave en contextos de alta volatilidad.

Jay Chaudhry, fundador de Zscaler

Tercera ola: liderazgo en marcas globales

La tercera etapa se consolida cuando las multinacionales buscan líderes preparados para gestionar contextos culturales complejos. Leena Nair, tras tres décadas en Unilever, asumió en 2022 la dirección de Chanel. “Si alguien me hubiera dicho que haría lo que hago hoy, no lo habría creído”, relató Nair a The Wall Street Journal. Su paso de los bienes de consumo masivo a una firma de lujo demuestra la capacidad de adaptar una gestión analítica y narrativa a espacios donde la imagen y la colaboración son esenciales.

La gestión de la diversidad y la construcción de alianzas se convirtieron en competencias diferenciales. Para Raghuram: “En la carrera humana, solo logras que un gran grupo haga algo si cuentas una historia. Es una habilidad adquirida, no enseñada en las escuelas”. Según ghSMART, los CEOs indios demuestran un 1,4 veces más orientación al cliente, aplicando análisis sistemático en lugar de confiar únicamente en la intuición cultural. Equilibrar los intereses de juntas, empleados, clientes y comunidades se volvió fundamental, desplazando la figura del líder carismático solitario.

Leena Nair, CEO de Chanel, y Bruno Pavlovsky, presidente de moda en Chanel, llegan para asistir a una cena de estado en honor del rey Carlos y la reina Camila de Gran Bretaña en el Palacio de Versalles. (REUTERS)

Cuarta ola: creación de riqueza en la India

En la cuarta ola, el talento indio invirtió en construir riqueza en su país. Tras la liberalización económica de 1991 y el final del “License Raj”, el capital de riesgo pasó de casi inexistente en el año 2000 a USD 38.500 millones en 2021. Sridhar Vembu, doctor en ingeniería eléctrica por Princeton, prefirió fundar Zoho Corporation en una aldea de Tamil Nadu antes que aceptar ofertas de Wall Street o Silicon Valley; la empresa está valorada actualmente en USD 5.850 millones. Sachin y Binny Bansal renunciaron a Amazon en Seattle para fundar Flipkart con USD 10.000 y la vendieron a Walmart por USD 16.000 millones. Harshil Mathur y Shashank Kumar, de Razorpay, alcanzaron los USD 1.000 millones de patrimonio antes de cumplir 33 años.

Estos empresarios poseen credenciales internacionales, detectan problemas locales como oportunidades de negocio y entienden el ascenso de la India. Implementaron modelos como el pago contra entrega de Flipkart y la integración bancaria de Razorpay, atendiendo realidades culturales ajenas a los manuales occidentales. Adaptación, visión y respuesta a las necesidades locales explican su éxito.

La cuarta ola destaca la creación de riqueza en la India, con emprendedores que fundan empresas valoradas en miles de millones de dólares como Corporción Zoho

Un nuevo paradigma en el liderazgo empresarial

El impacto de los líderes indios ha redefinido la percepción y la praxis del liderazgo corporativo. Eric Garcetti, ex embajador estadounidense en la India, ironizó: “Antes se decía que no podías ser CEO en Estados Unidos si eras indio; ahora el chiste es que no puedes ser CEO en Estados Unidos si no eres indio”. Más allá de la broma, esta transformación marca un cambio profundo: la excelencia operativa, la construcción paciente de consensos y la asignación estratégica de recursos han sustituido la gestión carismática y el enfoque cortoplacista. La próxima generación tiene el desafío de mantener la ventaja global y reproducir las condiciones que originaron este fenómeno.