La acusación del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre que la India revende el petróleo ruso “con grandes ganancias”, ha puesto el foco sobre un sistema, conocido como la “laguna de la refinería”, que permite que el crudo del Kremlin siga llegando a Europa a través de una puerta trasera india.
Trump afirmó que la India no solo compra masivas cantidades de crudo ruso, sino que lo revende, poniendo sobre la mesa una verdad a medias.
El sistema se sustenta en una compleja arquitectura comercial con varias claves:
La “laguna de la refinería”: ¿cómo funciona?
La India no revende el crudo directamente, sino que lo procesa y exporta como productos refinados (diésel, gasolina, combustible de aviación), un negocio que se ha disparado desde 2022 y que ha generado enormes beneficios para sus refinerías.
El mecanismo es legal y se basa en las “normas de origen” del comercio internacional.
Las sanciones impuestas por la UE y el G7 tras la invasión de Ucrania se aplican al petróleo crudo de origen ruso, pero no a los productos petrolíferos que han sido procesados en un tercer país.
Una vez que el crudo es transformado en diésel en una refinería india, el producto resultante se considera legalmente “Hecho en la India” y, por tanto, puede ser vendido y exportado a Europa o a otros países sin violar formalmente las sanciones.
¿Cuál es la magnitud de este comercio?
Desde 2022, la India ha pasado de importar menos del 2% de su petróleo desde Rusia a más de un tercio, convirtiéndose en su principal cliente marítimo.
Paralelamente, las exportaciones indias de productos refinados a Europa se han disparado, convirtiendo a la India en uno de los principales proveedores de diésel del continente, superando a socios tradicionales como Arabia Saudí.
Los datos: un comercio que se ha disparado
Las cifras concretas, analizadas por agencias de seguimiento de materias primas como Kpler, indican que antes de la guerra de Ucrania las exportaciones de productos refinados como el diésel desde la India a Europa eran residuales.
Sin embargo, para mediados de 2024, la India ya se había convertido en el principal proveedor de diésel de Europa, llegando a exportar picos de más de 230.000 barriles diarios.
La postura de la India: pragmatismo legalista
La India defiende esta práctica con un argumento legalista que establece que las normas de la UE prohíben la entrada de crudo ruso, pero no de productos refinados de terceros países.
“El crudo ruso es transformado sustancialmente en un tercer país y ya no es técnicamente ruso”, afirmó Jaishankar, resumiendo la lógica que sustenta esta arquitectura comercial.
El dilema de Occidente: pragmatismo o hipocresía
Aunque públicamente critican a la India, los gobiernos occidentales son conscientes de esta laguna, aparentemente la toleran de forma tácita.
Las enormes refinerías indias, como la de Jamnagar, compran crudo ruso con grandes descuentos y venden productos refinados a precio de mercado, obteniendo márgenes de beneficio históricos.
En la práctica, la India se ha convertido en un centro neurálgico del refino y la redistribución de energía a nivel mundial, aumentando su peso e influencia en el tablero geopolítico.
(Con información de EFE)