
Al menos diez personas murieron en la región sudanesa de Darfur, en el oeste del país, tras un ataque efectuado por un avión no tripulado contra un mercado concurrido, según informaron organizaciones civiles locales. El bombardeo tuvo lugar en la localidad de Malha, en el estado de Darfur Norte, una zona severamente afectada por la expansión del conflicto armado.
El ataque alcanzó el mercado de Al Hara, donde se encontraban decenas de civiles realizando compras, y provocó incendios en varios puestos, además de importantes daños materiales. El Consejo de Salas de Emergencia de Darfur Norte, una red civil que documenta el impacto del conflicto, confirmó las víctimas mortales, aunque no precisó el origen del dron ni a qué bando pertenecía, de acuerdo con información publicada por Sudan Tribune.
Malha se encuentra a unos 210 kilómetros al norte de Al Fasher, la capital de Darfur Norte, cuya caída en manos de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) el pasado 26 de octubre marcó un punto de inflexión en la guerra de Sudán. La ciudad había sido el último bastión del Ejército regular en toda la región de Darfur.
La toma de Al Fasher fue precedida por más de un año y medio de asedio, durante el cual la población quedó prácticamente aislada de la ayuda humanitaria. Naciones Unidas declaró en ese periodo una situación de hambruna, mientras se multiplicaban las denuncias de abusos contra civiles, saqueos y ataques indiscriminados.

El impacto humanitario de la caída de la ciudad se refleja en el desplazamiento masivo de la población. Según datos publicados este domingo por la Organización Internacional para las Migraciones, al menos 107.294 personas huyeron de Al Fasher entre el 26 de octubre y el 8 de diciembre, forzadas por los combates y la inseguridad.
De acuerdo con el informe de la agencia de la ONU, el 72 % de los desplazados permanece en aldeas rurales situadas al oeste y al norte de Al Fasher, muchas de ellas con recursos extremadamente limitados y acceso precario a alimentos, agua y atención médica. La OIM advirtió además que una parte significativa de la población civil sigue atrapada en la ciudad y sus alrededores.
Solo un 8 % de quienes huyeron logró llegar a Tawila y a otros municipios de Darfur Norte, mientras que el 19 % se dispersó por otros estados sudaneses, incluidos Darfur Central, Darfur Oriental, Darfur Occidental, Jartum y el estado del Mar Rojo. La fragmentación del desplazamiento complica aún más la respuesta humanitaria, ya desbordada por la magnitud de la crisis.
La violencia en Al Fasher no es un episodio aislado. La OIM ha documentado al menos 142 “incidentes” que provocaron desplazamientos en la ciudad desde abril de 2023, de los cuales 122 están directamente vinculados a enfrentamientos entre las FAR y las fuerzas armadas sudanesas.
La captura de Al Fasher consolidó el control casi total de Darfur por parte de las paramilitares, que ahora concentran su ofensiva en la vecina región de Kordofán, una zona estratégica que podría abrirles el acceso al norte y al este del país. El Ejército sudanés intenta contener ese avance en medio de una clara desventaja territorial.
La guerra en Sudán, iniciada en abril de 2023, ha dejado decenas de miles de muertos y más de 13 millones de desplazados, mientras más de la mitad de la población enfrenta niveles agudos de inseguridad alimentaria, según datos de Naciones Unidas. El ataque con drones en Malha se suma a una secuencia de violencia que sigue golpeando a la población civil y profundiza una crisis humanitaria sin señales claras de contención.