La activista sueca Greta Thunberg informó este domingo que el próximo 31 de agosto zarpará desde España una nueva flotilla con destino a la Franja de Gaza, con el objetivo de entregar ayuda humanitaria y desafiar el bloqueo impuesto por Israel. El anuncio, difundido en su cuenta de Instagram, precisa que la operación se llevará a cabo en coordinación con otras embarcaciones que partirán el 4 de septiembre desde Túnez y diversos puertos internacionales.
“El 31 de agosto lanzamos el mayor intento de romper el asedio ilegal israelí sobre Gaza con decenas de barcos que navegan desde España. Nos reuniremos con docenas más el 4 de septiembre navegando desde Túnez y otros puertos”, afirmó Thunberg en su publicación, en la que aparecen también otros activistas propalestinos.
La campaña asociada a la iniciativa indicó que la acción marítima irá acompañada de una movilización global en “más de 44 países con manifestaciones simultáneas y acciones para romper la complicidad en solidaridad con el pueblo palestino”.
Thunberg ya había participado en junio en un intento similar como parte de la llamada Flotilla de la Libertad, que busca llevar asistencia al enclave palestino. El 8 de junio, el barco Madleen, en el que viajaba junto a otros 11 activistas, fue interceptado por el Ejército israelí antes de llegar a Gaza.
En ese episodio, cuatro de los ocupantes, incluida Thunberg, aceptaron ser deportados tras la intercepción. Los otros ocho rehusaron firmar la deportación voluntaria, por lo que fueron detenidos y presentados ante un tribunal para la ratificación de las órdenes de expulsión. Según la legislación israelí, una persona con orden de deportación puede ser retenida durante 72 horas o más antes de su expulsión.
Los abogados que representaron a los activistas denunciaron que las autoridades israelíes “interceptaron y se apoderaron por la fuerza” del Madleen y “detuvieron a los voluntarios, violando su voluntad y sus derechos fundamentales conforme al derecho internacional”.
La Flotilla de la Libertad, integrada por organizaciones y voluntarios internacionales, ha llevado a cabo varios intentos de romper el bloqueo marítimo impuesto por Israel a Gaza, vigente desde 2007. Las autoridades israelíes sostienen que la medida busca impedir el ingreso de armas y materiales de uso militar, mientras que las organizaciones humanitarias denuncian que el cerco ha provocado una crisis alimentaria y sanitaria en el territorio.
Otro de los barcos de la flotilla, el Handala, fue interceptado el 27 de julio. Según relató entonces la diputada franco-sueca en el Parlamento Europeo Emma Fourreau, que viajaba a bordo, el abordaje se produjo a 115 kilómetros de la costa de Gaza. Fourreau señaló en la red social X que, como medida de seguridad, la tripulación arrojó sus teléfonos al mar antes de que soldados israelíes subieran a la nave.
De acuerdo con la organización de la flotilla, el Handala transportaba “un envío de ayuda humanitaria crítica para los palestinos en Gaza que incluía leche de fórmula para bebés, pañales, comida y medicamentos”. La carga, según el comunicado, “era exclusivamente civil y no militar, con el objetivo de ser distribuida directamente a una población que enfrenta una hambruna deliberada y un colapso médico bajo el bloqueo ilegal de Israel”.
El nuevo intento anunciado por Thunberg se plantea como el “mayor” realizado hasta la fecha, tanto por el número de embarcaciones como por la coordinación internacional. La estrategia busca visibilizar la situación en Gaza a través de una acción simultánea en el mar y en tierra, con la participación de activistas, organizaciones de derechos humanos y movimientos de solidaridad en distintos continentes.
El inicio de la operación desde España y Túnez responde, según los organizadores, a criterios logísticos y políticos. La ubicación geográfica permitiría un despliegue más amplio en el Mediterráneo, mientras que la implicación de múltiples puertos pretende enviar un mensaje de presión internacional frente al bloqueo.
La situación humanitaria en Gaza ha sido calificada por organismos internacionales como crítica. Naciones Unidas y diversas ONG han advertido sobre la escasez de alimentos, medicinas y suministros básicos, agravada por las restricciones al ingreso de bienes y la destrucción de infraestructura sanitaria.
Con esta nueva flotilla, los organizadores esperan atraer la atención internacional hacia la crisis y poner a prueba la respuesta de Israel ante un convoy de mayor escala. Thunberg y los demás participantes sostienen que la acción tiene un carácter no violento y busca exclusivamente entregar ayuda humanitaria y romper el aislamiento del enclave palestino.
(Con información de EFE)