María Graciela Iturbide, considerada una de las más importantes fotógrafas vivas del mundo, ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes. “Dueña de una mirada innovadora y dotada de una extraordinaria profundidad artística, la lente de Iturbide ha retratado la naturaleza humana a través de fotografías cargadas de simbolismo, que crean un mundo propio: desde lo primitivo a lo contemporáneo; desde la crudeza de la realidad social hasta la magia espontánea del instante”, expresó el jurado integrado por Claude Bussac, Oliver Díaz Suárez, Josep Maria Flotats i Picas, Maribel López Zambrana, Joan Matabosch Grifoll, Isabel Muñoz Villalonga, María Pagés Madrigal, Christina Rosenvinge Hepworth, Teresa Sapey y Carlos Urroz Arancibia, presidido por Miguel Zugaza Miranda.
“La obra de Graciela Iturbide, en blanco y negro, combina lo documental con un sentido poético de la imagen. A través de su cámara capta la vida cotidiana de México, con una mirada profunda, respetuosa y evocadora. Sus imágenes no solo muestran lo que ve, sino también lo que siente. Cada fotografía tiene una carga emocional y cultural que nos invita a mirar más allá de lo visible.
Iturbide, de 83 años, ha creado una obra intensa y singular, fundamental para comprender la evolución de la fotografía en México y en el resto de América Latina. Ha expuesto sus fotografías en el Centro Georges Pompidou, en París; el Museo de la Fotografía de Hokaido, en Japón; y el Museo de Arte Moderno de San Francisco, en Estados Unidos, entre otros.
Quién es Graciela Iturbide
Graciela Iturbide nació el 16 de mayo de 1942 en México DF, la mayor de 13 hermanos. Alumna del también mexicano Manuel Álvarez Bravo y nieta del héroe de la revolución Agustín de Iturbide, ha destacado especialmente por la fotografía de costumbres populares.
Empezó a estudiar en 1969 en el Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC) para dedicarse al cine, pero pronto la atrajo la fotografía. Entre 1970 y 1971 trabajó como asistente de Álvarez Bravo, acompañándolo en viajes a través de México. A principios de los 70 también viajó por Latinoamérica, en particular a Cuba y Panamá.
La muerte de su hija de 6 años la hizo abandonar el cine y dedicarse por completo a la fotografía, en una obra con influencias de su mentor Bravo. Además de documentar la vida mexicana, sus obras narran historias donde se entremezclan lo indígena y lo poscolonial, lo que la fotógrafa ha llamado el “tempo mexicano”, aunque siempre “alejadas de la magia o el surrealismo”, conceptos de los que huye Iturbide.
Ingresó en la Academia de las Artes en México en 2014 con el discurso titulado La poesía de la fotografía. En 2018 se publicó la novela gráfica Iguana Lady, escrita por Isabel Quintero e ilustrada por Zeke Peña, recogiendo la biografía de Iturbide y su producción fotográfica de casi cinco décadas, iniciada en 1979, cuando retrató a los seris, un pueblo indígena y nómada del desierto de Sonora casi desaparecido.
De hecho, una de sus imágenes más impactantes es Nuestra Señora de las Iguanas (1979), para la que una mujer posó con iguanas que portaba sobre su cabeza en un mercado de Juchitán. Apasionada por el blanco y negro, también inmortalizó, por encargo del artista Francisco Toledo, el pueblo de Juchitán, parte de la cultura zapoteca en Oaxaca, tras la que publicaría el libro Juchitán de las mujeres (1989), junto a la Premio Cervantes 2013, la también mexicana Elena Poniatowska.
Ha expuesto individualmente en el Centre Pompidou (1982), el San Francisco Museum of Modern Art (1990), el Philadelphia Museum of Art (1997), el Paul Getty Museum (2007), la Fundación MAPFRE, en Madrid (2009), el Photography Museum Winterthur (2009) y la Barbican Art Gallery (2012), entre otros.
También recibió el Grand Prix Mois de la Photo en París (1988), el International Gran Prize de Hokkaido en Japón (1990), el Premio Nacional de Ciencias y Artes de Ciudad de México (2008) y el Premio mundial Sony 2021.
Posee asimismo el Premio W. Eugene Smith Memorial Foundation 1987; el Grand Prize Mois de la Photo 1988; la Guggenheim Fellowship por el proyecto ‘Fiesta y Muerte’ 1988; el Hugo Erfurth Award, Leverkusen, 1989; o el International Grand Prize Hokkaido, Japón, 1990.
Fuente: EFE