Se acerca el Día del Padre y los sentimientos movilizan especialmente a José María Muscari. La vida del coreógrafo dio un vuelco definitivo a finales del 2023, cuando inició el proceso de adopción de Lucio. Desde entonces, su vida se repartió entre el teatro y el vínculo con el adolescente, que crece cada día y se resignifica en días como estos.
Durante su visita a Desayuno Americano, donde daba una nota por los seis años de su creación Sex, fue sorprendido por un mensaje de su hijo que provocó un momento muy emotivo en la mañana de América. “Feliz día, viejo. Te quería agradecer por todo lo que hacés por mí, porque siempre estás cuando te necesite, aunque te salga un laburo, aunque tengas que hacer alguna nota o lo que sea, siempre estás», relató el adolescente en un video grabado que se proyectó a pantalla partida. “Gracias, viejo”, cerró, y las lágrimas a esa altura brotaban del rostro del coreógrafo.
“No lo esperaba, no puedo acreditar lo que acabo de ver porque Lucio es anti cámara. O sea, es un adolescente”, reaccionó Muscari, buscando las palabras justas entre la emoción y las lágrimas. “Escucharlo es muy movilizante, yo lo amo y creo que tengo un hijo mágico. No me podría haber pasado algo mejor que el hijo que me tocó. Es extraordinario como persona, sus sentimientos, su forma cotidiana de ser mi hijo y de completar el vínculo que vamos armando todos los días”, destacó.
En el programa que conduce Pamela David quisieron saber cómo se fue dando el vínculo con Lucio, que ya lleva un año y medio. “Fue muy fluido, y creo que tuvo mucho que ver que Lucio eligió ser parte de esta familia y yo elegí que él forme parte de mi familia. Nadie nos obligó, nos elegimos, sabemos que nos tenemos y ahora hay que ponerle trabajo”, finalizó.
Crónica de una adopción impensada
El vínculo entre el director teatral y el adolescente correntino se apoyó en un proceso cargado de emociones y desafíos personales. Todo comenzó cuando Muscari, durante unas vacaciones, vio en su teléfono el video viral en el que Lucio, de entonces 15 años, pedía integrarse a una familia. Sin dudarlo, el coreógrafo completó el formulario de postulación casi al borde del cierre, a pesar de los prejuicios y las dudas iniciales: él era soltero, gay, vivía en Buenos Aires y Lucio en Corrientes, además de que el chico mencionaba su deseo de una “mamá”.
Muscari no se dejó vencer por esos prejuicios. Tres meses después, la noticia llegó: la adopción se concretó y, desde entonces, Lucio y su padre comparten su hogar en Buenos Aires y son testigos de la construcción espejada de la paternidad.
El 19 de marzo de 2025, Lucio celebró su cumpleaños número 17, el segundo junto a Muscari como familia. La jornada se caracterizó por la calidez y el esmero en cada detalle. Desde la mañana, el adolescente recibió sorpresas pensadas especialmente para él. Entre los regalos se contaban una botella de gaseosa de edición limitada, una remera de Eminem, una fibra óptica para optimizar su conexión a internet y un nuevo celular, elementos alineados con sus gustos y necesidades.
No faltaron las cajas de chocolates ni la carta escrita a mano por su familia, gestos que buscaron transmitirle afecto y contención en un día señalado. Esa noche, Lucio optó por acostarse temprano, anticipando su rutina escolar del día siguiente.
El desayuno también fue especial: antes de ir al colegio, padre e hijo compartieron una mesa con un obsequio muy esperado, una gift card para adquirir una consola de videojuegos, una de las grandes pasiones del joven.
Por la tarde, la casa de Muscari se llenó de la algarabía de los amigos de Lucio, que disfrutaron una merienda con juegos y actividades basadas en realidad virtual. La celebración no solo reflejó la integración de Lucio en su nuevo entorno, sino también el lazo que ambos construyeron desde que el joven fue adoptado. Y que se sigue renovando minuto a minuto.