En el set de Ahora Caigo (El Trece), la tensión de la trivia y los premios convive con los momentos insólitos que sólo puede regalar la espontaneidad televisiva. Bajo la conducción de Darío Barassi, el ciclo no solo celebra la agilidad mental de sus participantes, sino que también se convierte en una fuente inagotable de risas por los errores, confusiones y anécdotas inesperadas que surgen entre pregunta y pregunta. En la más reciente edición, una respuesta fallida sobre princesas de cuento derivó en una de las secuencias más desopilantes de la jornada.

La escena tuvo como protagonista a Luis, un concursante apurado por sumar puntos para continuar en la competencia. La consigna era de las más simples: se describía a una conocida figura de los clásicos de la infancia con la frase “Duerme un montón”. La respuesta parecía obvia, pero la presión del vivo le jugó una mala pasada. Sin dudar y antes que su contrincante, contestó: “Cenicienta”. Fue entonces cuando Barassi, fiel a su estilo, mostró toda su incredulidad y regaló un monólogo tan filoso como cómico.

“¡Sos bol… Bella durmiente, se llama una!”, le espetó el conductor al participante. Incapaz de procesar lo sucedido, repitió su asombro: “No, Luis, en serio. Es bella: Cenicienta; le gusta la nieve: Cenicienta… Sos bol…”. Pero si algo caracteriza a Barassi es esa capacidad de transformar cualquier error en oro televisivo, y enseguida llevó el humor a otro nivel: “Yo así no puedo”, protestó con teatralidad, mientras el estudio se llenaba de carcajadas. Buscando viralizar el blooper, apuntó a cámara con una consigna propia de las redes: “¿Quién va a ser meme?”, bromeó señalando a Luis. Y redobló la apuesta: “A toda la gente de redes sociales, mátenlo. Que sea gif, sea meme, que salga por todos lados, que nunca más pueda ir al club, que nunca más pueda salir a las calles de La Plata, que la novia lo deje”.

El conductor quedó descolocado ante la confusión del competidor

Lejos de incomodarse, y acompañado por la risa de su pareja en la tribuna, Luis intentó explicar su fallido con una tímida defensa: “Me apuré, me apuré”. Pero nada detuvo al conductor, que siguió ejemplificando, ahora con argumentos de peso: “Aparte ¿Cuándo duerme Cenicienta? ¿Si está todo el día con las hermanas limpiando todo, hermano?”. Para evitar dudas, continuó con su descripción: “Habla con los pájaros, no tiene un vestido para un casamiento. ¿Vos me estás jodiendo, Luis?”. El público seguía el ida y vuelta, alimentando un segmento que se fue ganando su lugar en el podio de los mejores bloopers del ciclo.

En busca de complicidad, Barassi interpeló a la novia del concursante: “Novia, ¿decís algo? Yo no lo puedo insultar. Insultálo vos”. Fiel al espíritu del momento, ella esquivó la polémica y respondió divertida: “No le puedo decir nada”. El conductor no perdió la oportunidad de repasar el error y, a su manera, seguir capitalizándolo: “Le gusta dormir… ¿La bella durmiente?, Cenicienta. Cenicienta, Luis…”.

Pero no fue la única perlita de la semana. Días atrás, Darío también protagonizó un momento inesperado cuando olfateó una posible tensión familiar en el programa. Todo comenzó cuando Belén, una participante, llegó al estudio acompañada por su madre y la consuegra. El detalle no pasó desapercibido para el conductor: “¿Cómo te llevás con su consuegra?”, preguntó mezclando picardía y curiosidad. La respuesta de la madre fue diplomática, pero la duda quedó planteada: “Nos llevamos, nos llevamos”. Barassi, perspicaz, buscó ir un poco más allá: “¿Pero qué tan mal es la cosa?”. La mujer se mantuvo en su postura, justificando la distancia con la frase: “Lo que pasa es que no nos vemos tanto”.

El aire se impregnó de una sutil incomodidad, hasta que la consuegra, con una sonrisa que buscaba disipar rumores, aportó: “Nos llevamos re bien. Sí, sí, nos llevamos bien”. El presentador, atento al juego, detectó la jugada y decidió desenmascararla: “¡Lo hiciste a propósito! ¿Me hiciste venir acá al p…? ¡Vos sabés cómo va a perder tu hija ahora! Sí, por culpa tuya”, lanzó entre risas y con esa mezcla de ironía y ternura que lo caracteriza.

El remate de la secuencia llegó con la frase definitiva: “Decí algo malo de ella”, propuso el animador en tono de broma. Pero la madre de Belén, fiel a su sinceridad y buen ánimo, cerró cualquier posible discordia familiar: “No, no tengo nada malo para decir. La quieren a mi hija, y eso es lo primero”. Con este gesto, el conductor retomó su rol y el show continuó, permitiendo que, una vez más, la vida real se cuele en medio del juego.