El aire fino de Salta abraza a Florencia Peña cada vez que escapa del tumulto de la ciudad. Esta vez, lo hizo con un gesto simple y poderoso: compartió en sus redes una serie de videos que dejaron a todos sin palabras, mostrando la vista panorámica desde la galería de su casa que comparte con su marido Ramiro Ponce de León y sus hijos, en medio del monte salteño. Las imágenes recorren el corazón de ese refugio envuelto en vegetación agreste y colinas suaves. ¿Qué es lo que vuelve tan magnético ese instante? ¿Es la calma que se respira? ¿O la certeza de que allí, entre el aire frío y las montañas inmóviles, la vida toma otro ritmo?
La casona, ubicada lejos del ruido y el vértigo, se revela como un universo propio. El diseño acompaña: muebles de madera, un estilo sencillo y una galería donde la prioridad parece ser mirar, dejarse llevar. Sobre el suelo, un sillón grande, una mesa rústica, unas plantas. Nada sobra. De inmediato uno imagina el calor que destilan de las cosas bien elegidas, la pausa como acto cotidiano.
Pero algo reina por encima de todo: la piscina rectangular, ubicada al borde exacto de la galería, donde el agua parece engullir las montañas, duplicarlas, inventar un horizonte propio. Ese espejo líquido, al ras del suelo, hipnotiza y completa la postal. El paisaje se funde allí, y por un momento el monte, la casa y el cielo parecen un solo escenario. ¿Quién no quisiera perderse ahí, aunque sea por un instante?
“Nuestro paraíso”, describió Flor Peña sobre las imágenes, además de “Mi lugar en el mundo”, junto a un escueto #casita y el clásico #SaltalaLinda. Palabras mínimas, pero suficientes para sellar el pacto con esa provincia que ya siente en la piel. Con cada publicación, con cada visita, la actriz anuncia su amor por el lugar donde encontró su refugio junto a su familia y ese propósito simple: desconectarse, sumergirse en el verde, disfrutar la naturaleza.
No es la primera vez que la actriz permite asomarse a ese mundo de colinas y pastos resecos. Ya antes, sus seguidores habían conocido algunos rincones de la propiedad, pero esta vez, el furor no tardó: “Hace mucho que no venía a mi casita de Salta, qué hermosa que está. Además, el día está precioso; hace frío, pero está hermosísimo”, confesaba meses atrás, evocando cuánto extrañaba ese sitio.
La historia detrás de esa casona también tiene su pulso. Florencia y Ramiro Ponce de León, su marido nacido en la región, compraron la propiedad hace años y la remodelaron a su antojo. La idea original, contó la artista, fue aprovecharla en los pocos días libres como una tabla de salvación: allí se reúne con los íntimos, deja afuera el ritmo de los rodajes y el teatro para entregarse a la tranquilidad.
De hecho, cabe recordar que ese paisaje fue el elegido al momento de casarse en el año 2022. La conductora y el abogado dieron el sí en el marco de un maravilloso entorno natural y en compañía de los más íntimos. Todo se desarrolló en Tolombón, una localidad a 11 kilómetros de Cafayate. Entre familiares, amigos, y un pequeño grupo de famosos, que completaron alrededor de 170 invitados firmaron ante una jueza de paz que llevó al lugar las actas a través de las fueron declarados “marido y mujer”.
Flor repite en cada viaje el mismo ritual: pausa la agenda, cruza los kilómetros necesarios, y se reencuentra con ese remanso. Y cada vez que lo comparte, invita a soñar con una vida en contacto con la naturaleza, sin filtros. Es su manera de decir: aquí, lejos de todo, más cerca de lo más importante.