En su visita a Otro Día Perdido, el programa que conduce Mario Pergolini por Eltrece, Florencia Peña volvió a emocionarse al hablar de la muerte de su padre, ocurrida hace más de cinco años. La actriz y conductora profundizó sobre el vínculo que mantiene con él desde entonces, a través de una práctica espiritual conocida como registros akáshicos, que según explicó, le permite conectarse con quienes ya no están en el plano físico. “Hablo con mi papá que está en otra dimensión, pero eso es para otra nota”, comentó, debido a la importancia que le da al tema en su vida.
La intérprete relató cómo esa forma de comunicación se volvió parte de su vida cotidiana, incluso antes del fallecimiento de su papá. “Hace tiempo que trabajo con los registros, y a veces lo hago asistida por una guía espiritual o médium. Es una terapia que me ayudó mucho”, dijo. Con la voz quebrada, compartió detalles de una de las sesiones más impactantes que vivió. “Quien me abrió en ese momento los registros me dice: ‘acá hay una persona que tiene un suéter en los hombros’. Mi papá se los ponía así. Después me dice ‘es medio pelado’. Mi papá era medio pelado. Y me está diciendo que te sigue cuidando”.
Ese momento, según su testimonio, la marcó profundamente. No esperaba encontrarse con su padre en ese plano. “Apareció como uno de mis guías”, explicó. El reconocimiento de su figura a través de símbolos personales, como el suéter sobre los hombros, consiguió que la actriz lo viva como un mensaje directo. “Sentí su presencia. Fue claro. Él sigue cerca de mí”.
En ese mismo sentido, recordó cómo esta búsqueda comenzó durante la enfermedad terminal que su padre enfrentó durante casi tres años. Julio Peña fue diagnosticado con cáncer de páncreas en junio de 2018 y falleció en abril de 2020, durante la fase uno del aislamiento por la pandemia. “Fue difícil porque no teníamos a nuestros afectos acompañándonos. Pero su entorno más chiquito, nosotros, estuvimos ahí”, expresó.
La experiencia con los registros akáshicos no quedó circunscripta a su proceso personal. Tiempo después, decidió invitar a su madre, Norma, a participar de una sesión. En ese entonces, durante su participación en el ciclo PH: Podemos Hablar, relató que su madre atravesaba un duelo profundo tras haber compartido más de 50 años de vida en pareja. “Fue como si le hubieran extirpado una parte de su ser”, contó.
Según manifestó, la resistencia inicial de Norma fue vencida por el deseo de reencontrarse con Julio, aunque fuera desde otro plano. “Cuando ella abre los registros, lo primero que me dice es ‘acá está tu papá’”, recordó. En esa sesión conjunta, surgieron detalles imposibles de conocer para alguien externo, y que, según Florencia, confirman la veracidad de lo experimentado.
Durante el intercambio espiritual, la médium transmitió un pedido que Julio le hizo a Norma: sacar las cenizas del dormitorio y llevarlas a hacer un último paseo en bicicleta, como solían hacer juntos en Córdoba. También le habló de una manta roja con la que él se abrigaba cuando tenía frío y que ella solía acercarle. “Le dijo que cuando lo necesite, se tape con la manta, porque él iba a estar ahí”, relató entre lágrimas.
“Mi mamá no podía parar de llorar. Fue un shock. Fue como si la presencia de mi papá la envolviera otra vez”, describió. Y añadió que a partir de ese momento, su madre comenzó a sentirse distinta: “Mi mamá está mejor desde ese día. Encontró algo parecido a la sanación”.
Más allá del escepticismo que puede generar, Florencia asegura que no intenta convencer ni predicar. Se limita a contar lo que vivió y lo que le permitió acompañar su proceso de duelo. “No es fácil perder a alguien tan importante. Pero yo encontré una forma de seguir hablándole, de sentir que no se fue del todo”, expresó.
A lo largo de la charla con Pergolini, la actriz afirmó que su experiencia es personal y subjetiva. Sin embargo, sus palabras interpelaron a quienes alguna vez buscaron sentido a una ausencia. “La muerte no te roba el amor. El amor queda, se transforma, sigue”.