A sus 35 años, Facundo Bagnis vuelve a las canchas con renovadas energías y expectativas. Tras ocho meses alejado del tenis profesional debido a una lesión en la rodilla, el experimentado jugador argentino regresa a la competencia en el AAT Challenger Santander edición Tucumán con el deseo de recuperar su forma y demostrar que aún tiene mucho por ofrecer.
Con la templanza y la experiencia adquirida a lo largo de sus 18 años como profesional, el rosarino fue finalista en los torneos ATP 250 de Córdoba y Santiago, representó a la Selección Argentina de Tenis YPF en la Copa Davis y ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Toronto en 2015. Además, es el jugador en actividad con más títulos ATP Challenger, con 17. Esto lo convierte en el segundo argentino con más trofeos en esta categoría, solo detrás de Carlos Berlocq, quien posee 19. Actualmente, Charly también se encuentra en el certamen tucumano, pero como entrenador del ecuatoriano Álvaro Guillén Meza. Infobae tuvo la oportunidad de entrevistar a Bagnis en el Tucumán Lawn Tennis Club, horas antes de que ganara su primer partido tras un largo período fuera de las canchas.
El argentino ocupa el puesto 399 del ranking mundial. En 2016, llegó al escalón más alto de su carrera, cuando ocupó el escalón 55. Y días atrás, recibió una invitación de la organización para formar parte del cuadro principal del torneo en la provincia norteña.
“Las expectativas son bajas para estas semanas, porque ocho meses sin jugar es realmente mucho tiempo. Me di cuenta de esto al mirar desde afuera y, por suerte, cuando comencé a entrenar más intensamente, la rodilla me lo permitió. La vorágine de jugar un año completo, entrenar como lo hacemos y competir tanto, me hizo entender que hay un alto nivel de exigencia. Lo más normal es que el cuerpo comience a quejarse, al menos en las primeras semanas de competencia, porque estuvo fuera de esa rutina durante mucho tiempo y se desacostumbró totalmente”, contó el santafesino.
– ¿Cómo sobrellevaste el tiempo fuera de la competencia?
– Lo más difícil fue al principio, había tenido un 2024 increíble y todavía tenía la ilusión de poder volver en 2024. La lesión era chiquitita, los médicos decían que podía solucionarse rápido y yo todavía tenía esa esperanza de poder jugar un poco porque haciendo una última parte del año buena tenía muchas chances de volver al top 100. Empecé a entender que no iba a ser posible y que iba a tener que hacer ese duelo, porque la rodilla tenía para rato y no mejoraba. Después empecé a hacer otras cosas que habitualmente no hago, estar mucho más tiempo en casa, buscar otras distracciones, pasar tiempo con mi familia, con mi pueblo. Lo fui encarando de esa manera, fui escuchándome a ver qué me decía mi cabeza, mis sentimientos, si todavía tenían ganas y también fui pensando en el día de mañana. Así que sirvió, fue algo más de una carrera tan larga que pude vivir, nunca había atravesado una lesión, inclusive ni de tres semanas parado. Estos fueron ocho meses que ojalá queden en el recuerdo.
La carrera del zurdo rosarino, que fue criado en Armstrong, Santa Fe, fue repartida entre disputar torneos del circuito del ATP Tour y ATP Challenger. Su deseo es poder volver a jugar los grandes certámenes del circuito, pero entiende que la dificultad de la lesión de su rodilla hicieron que retroceda en el ranking ATP y tenga que volver a competir de cero en la segunda categoría del tenis.
Con la creciente organización de torneos profesionales en el país, los jugadores tienen la oportunidad de sumar la mayor cantidad de puntos cerca de sus hogares. En los primeros cuatro meses del año, se disputaron diez certámenes: el ATP 250 Argentina Open, el Challenger Rosario YPF, y los torneos organizados por la Asociación Argentina de Tenis, que incluyen los AAT Challenger Santander en sus ediciones de Tigre, Córdoba y Tucumán. Además, se llevaron a cabo los M25 en Yerba Buena, Villa María, Luján, Chacabuco, y dos W35 en Buenos Aires.
– ¿Cómo impacta en el jugador la cantidad de torneos que se organizan ahora en el país?
– Es buenísimo que se organicen tantos torneos en el país, en mis inicios como profesional eso no pasaba tanto. Argentina siempre fue sin duda una potencia mundial en el tenis y merece tener un montón de jugadores más en el circuito. Creo que va de la mano siempre de la economía del país, pero también se trata de poder hacer las cosas bien para tener la capacidad de tener torneos, la materia prima siempre sobró. Sin duda que de acá a diez años vamos a poder colmar el circuito, por así decirlo, tanto en hombres como en mujeres, lo celebro, la verdad que me pone muy contento y creo que también es importante estar agradecido y rescatarlo, no solo ir al torneo, jugar e irse, hay que involucrarse tanto en la Asociación Argentina de Tenis y en las federaciones del país, como entrenador o desde el lugar que sea. En mi caso siempre lo vi así, que el ex jugador le pueda devolver de alguna manera al tenis lo que el tenis le dio a ese jugador, no importa si fueron dos y vos devolvés tres o si fue uno y vos devolvés cero, pero de alguna manera hay que involucrarse para que el que viene atrás lo pueda aprovechar.
– ¿Qué significó para vos representar al país en la Copa Davis?
– Siempre fue un sueño para mí, porque, de hecho, juego al tenis por Argentina. Me siento muy patriota en ese sentido y siempre miraba la Copa Davis; era lo único que me mantenía frente al televisor. Poder hacerlo fue una sensación única. Cuando compito por Argentina, y encima compartiendo equipo, es la mejor expresión y la mejor sensación que me genera mi carrera, mi vida tenística. Así que poder culminar con la Copa Davis, después de haber comenzado desde chiquito con sudamericanos y mundiales en categoría junior, luego sudamericanos de los Juegos de Odesur, Panamericanos, Juegos Olímpicos, y ahora la Copa Davis, era lo único que me faltaba. Cerrar todo ese ciclo para mí fue espectacular, porque realmente siempre lo hice por los colores.
Sobre la desigualdad en el sistema de reparto de premios que existe en el circuito, Facundo expresó: “Es una lástima. Agradezco a quienes hacen todo lo posible para luchar por eso. Creo que la organización de jugadores, con Novak Djokovic a la cabeza, está haciendo mucha fuerza. Lamentablemente, tienen que adoptar una postura de confrontación con la ATP, ya que parece ser la única manera de ejercer presión para que los premios mejoren. Sin embargo, sí veo que los premios han subido un poco desde que comencé y espero que, el día que yo ya no juegue, la situación sea mucho mejor. Quiero que jugadores que estén en el puesto 1000 o 1500 en el mundo puedan vivir del tenis y no solo los 150 primeros, como ha sido hasta ahora”.
A pesar de casi dos décadas en el profesionalismo, el albiceleste siente que todavía tiene mucho por ofrecer en el circuito, siempre y cuando su físico se lo permita. Desea que su carrera no se vea empañada por un comportamiento que él considera de “veterano”. Sabe que los retiros no son fáciles, pero haber estado alejado de la competencia durante ocho meses le brindó la oportunidad de reflexionar y aclarar algunas cosas. Se siente agradecido y orgulloso de la carrera que construyó. En cuanto al saldo pendiente que le queda aún en el tenis es levantar un título ATP.
En cuanto a su futuro, una vez que se retire del profesionalismo, sostuvo: “No sé si ser entrenador es lo que menos me llama la atención, pero sí quiero estar vinculado al deporte. Sin duda, hay muchas cosas que me gustan y, en estos últimos meses en casa, he tenido tiempo no solo para ver y observar, sino también para prepararme un poco y descubrir lo que más me atrae y donde más disfruto. Seguro que será algo ligado al deporte”.