Un grupo de más de seiscientos ex altos funcionarios de seguridad israelíes, incluyendo ex jefes del Mossad, Shin Bet y del Ejército, hicieron un llamado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que intervenga y obligue al primer ministro Benjamin Netanyahu a poner fin a la guerra en Gaza.
Entre los firmantes destacan figuras de peso: Tamir Pardo (ex jefe del Mossad), Ami Ayalon (ex director del Shin Bet) y Matan Vilnai (ex subjefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel), quienes anunciaron este domingo que habían enviado una carta a Trump “solicitando que obligara al primer ministro Benjamin Netanyahu a poner fin a la guerra actual”.
Estos veteranos pertenecen al grupo Commanders for Israel’s Security (CIS), conformado por más de 600 ex altos funcionarios del aparato de seguridad, incluidos ministerios de Relaciones Exteriores y policía, que han llamado a Trump para que utilice su influencia en favor de un cese inmediato del conflicto.
La carta, dirigida al presidente estadounidense, utiliza un tono contundente: “¡Alto a la Guerra de Gaza! En nombre de CIS, el grupo más grande de Israel de ex generales de las FDI y equivalentes de Mossad, Shin Bet, Policía y Cuerpo Diplomático, le instamos a poner fin a la guerra de Gaza. Lo hiciste en el Líbano, es hora de hacerlo también en Gaza”.
Según CIS, “las FDI han logrado durante mucho tiempo los dos objetivos que podrían lograrse por la fuerza: desmantelar las formaciones militares y la gobernanza de los terroristas de Hamas. El tercero, y más importante, solo se puede lograr a través de un acuerdo: traer a todos los rehenes a casa”.
El grupo sostiene que el propósito inicial de la operación —neutralizar a Hamas— ya se cumplió: “Hamas ya no representa una amenaza estratégica para Israel, y nuestra experiencia nos dice que Israel tiene todo lo necesario para lidiar con sus capacidades terroristas residuales”. “Más objetivos solo pueden alcanzarse mediante un acuerdo.”
La misiva recalca que Trump goza de una credibilidad notable entre los israelíes, lo que aumenta su capacidad para influir sobre Netanyahu. “Su credibilidad con la gran mayoría de israelíes amplifica su capacidad para guiar al primer ministro y su gobierno en la dirección correcta: poner fin a la guerra, regresar a los rehenes, detener el sufrimiento y forjar una coalición regional‑internacional”.
Esta no es la primera vez que CIS presiona al gobierno israelí. En mayo de 2025, más de 550 ex funcionarios suscribieron un comunicado similar, apelando a Trump durante su visita a Medio Oriente para promover un alto el fuego y un intercambio de prisioneros, argumentando que la guerra ya no servía los objetivos de seguridad nacional de Israel.
El contexto internacional ha evolucionado rápidamente. El enviado estadounidense Steve Witkoff se reunió recientemente con familias de rehenes y funcionarios israelíes, afirmando que trabaja en un plan global junto a Netanyahu para poner fin al conflicto, incluyendo negociaciones con Hamas y reconstrucción de Gaza.
El presidente Trump ha llamado públicamente a reactivar esfuerzos diplomáticos: en declaraciones recientes expresó su preocupación por la crisis humanitaria en Gaza, especialmente el hambre infantil, y pidió a Netanyahu “asegurarse de que reciban los alimentos”.
En junio, el ex jefe del Mossad Tamir Pardo calificó la guerra de “inútil”, señalando a The Atlantic que no contribuye a alcanzar los objetivos declarados y pone en peligro la vida de rehenes, soldados y civiles.
Por su parte, Ami Ayalon, ex director del Shin Bet, ha participado en debates como el evento organizado por el Carnegie Endowment, donde subrayó fallas estructurales en el aparato de seguridad israelí, incluida la falta de cuestionamiento interno que derivó en el ataque del 7 de octubre de 2023.
El surgimiento de estas críticas representa una de las manifestaciones más amplias de disenso por parte del estamento militar retirado en tiempos recientes. En abril y mayo de 2025, cientos de reservistas de inteligencia y pilotos firmaron cartas similares, pidiendo que se privilegiara la liberación de rehenes sobre la continuidad de las operaciones militares.
El gobierno de Netanyahu ha resistido estas solicitudes. Ha rechazado propuestas de alto el fuego que incluyan el papel del liderazgo palestino moderado y de la Autoridadd Palestina en una futura gobernanza de Gaza, argumentando que supone concesiones inaceptables frente a Hamas.
Mientras tanto, Witkoff confirmó que sigue trabajando en un plan integral con Netanyahu, pero reconoció que las conversaciones están estancadas debido a diferencias fundamentales: Hamas exige la retirada total de Israel y un fin definitivo de la guerra, mientras que Israel demanda la desmilitarización y el exilio del grupo terrorista palestino, condiciones que los palestinos rechazan.
El llamado de CIS coloca a Trump en una encrucijada política. Por un lado, su figura sigue gozando de peso entre los israelíes, por el otro, su postura frente a Netanyahu y los rehenes ha cambiado desde su primera administración.
El mensaje central del grupo militar destaca un cálculo profesional: las metas armadas se cumplieron hace meses. Solo queda la ruta diplomática para lograr el objetivo más humano, cerrar la crisis humanitaria y salvar vidas retenidas como rehenes.
El pronunciamiento del CIS representa una ruptura notable entre el liderazgo militar retirado y el gobierno en funciones.
En última instancia, la pregunta clave es si Trump aceptará este alineamiento profesional y cambiará la ecuación de presión sobre Netanyahu.