
El ministro de Asuntos Exteriores de Estonia, Margus Tsahkna, denunció el aumento de los incidentes provocados por Rusia en la frontera y advirtió de que las fuerzas estonias dispararían contra cualquier militar ruso que la cruzara, después de que la semana pasada se registraran varios episodios de este tipo en la zona fronteriza de Narva.
Tsahkna explicó que en distintas ocasiones se había detectado la presencia de militares rusos sin distintivos en sus uniformes, a quienes denominó como “hombrecillos verdes”, una referencia habitual a tropas encubiertas. “Que nos pongan a prueba”, desafió el ministro, al tiempo que recalcó que Estonia también actuaría contra cualquier aeronave que violara su espacio aéreo. “Lo digo sin rodeos. Si esos hombrecillos verdes cruzan nuestra frontera, les dispararemos”, afirmó el jefe de la diplomacia estonia en una entrevista publicada ese miércoles por el portal de noticias polaco O2.
El ministro reconoció que la presencia de estos efectivos no era un hecho aislado. “No era la primera vez que los veíamos”, señaló Tsahkna, quien precisó que el episodio no fue considerado “nada grave”. No obstante, como medida preventiva, las autoridades optaron por cerrar temporalmente el paso fronterizo de Narva. “Les vigilamos constantemente”, añadió.

Según informó Estonia, los incidentes se produjeron después de que un aerodeslizador con agentes fronterizos rusos cruzara el río Narva y se aproximara al muelle de la localidad estonia de Vasknarva. Tres de los ocupantes descendieron en el rompeolas del río Narva, avanzaron sobre la estructura y, tras la intervención de las fuerzas locales, retornaron a la orilla rusa.
El Gobierno estonio informó de que la Policía y la Guardia Fronteriza detectaron el cruce alrededor de las 10:00 de la mañana, hora local, gracias a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad que vigilan la zona. En un comunicado difundido por el Ministerio de Asuntos Exteriores, explicaron que los tres agentes rusos traspasaron la línea divisoria temporal establecida entre ambos países y accedieron a la parte estonia del río, un área sometida a vigilancia permanente debido a su especial sensibilidad.
El Ministerio de Exteriores añadió que tras constatar el cruce no autorizado, Estonia inició investigaciones internas y solicitó explicaciones formales a las autoridades de Moscú. Esta petición fue acompañada de una exigencia expresa de respeto a la integridad territorial del país y a los acuerdos internacionales vigentes en materia de delimitación fronteriza.

El incidente se produjo en un contexto de crecientes tensiones a lo largo de la frontera entre Estonia y Rusia. Esta reciente incursión se sumó a un antecedente ocurrido en mayo pasado, cuando las autoridades de Tallin denunciaron la retirada no consentida por parte de Rusia de boyas instaladas en el río Narva, dispositivos destinados a delimitar con claridad la frontera fluvial. En aquella ocasión, el Gobierno estonio interpretó la acción como parte de una serie de provocaciones procedentes de Moscú en el marco de la situación europea.
Además, Rusia propuso modificar los límites de sus aguas territoriales en el mar Báltico, poco después de la controversia por las boyas, provocando reacciones inmediatas en Finlandia y Lituania. El proyecto, que podría implementarse el próximo año, planteó una redefinición de la frontera marítima en torno a las islas bajo control ruso en el golfo de Finlandia y en el área de Kaliningrado.
Helsinki se pronunció sobre la iniciativa rusa, interpretada por funcionarios finlandeses como una supuesta estrategia híbrida destinada a generar confusión regional e influir en los países vecinos. Por su parte, Vilna calificó el plan de provocación y consideró que su finalidad sería intimidar a los Estados vecinos.
(Con información de Europa Press)