Esteban Bullrich, ex senador y referente del PRO

Esteban Bullrich, ex senador y referente del PRO, rechazó el acuerdo electoral entre su partido y La Libertad Avanza (LLA), liderada por el presidente Javier Milei. Desde sus redes sociales, Bullrich marcó distancia con la actual conducción partidaria y sostuvo: “Teníamos la humildad de saber que en democracia el principal objetivo debe ser el de alcanzar acuerdos. El PRO que fundamos bajo el liderazgo de Mauricio y Ricardo hace más de 20 años tenía infinitas diferencias con LLA”.

En su mensaje, Bullrich enumeró aspectos de la gestión y el comportamiento partidario que, a su juicio, distancian a la actual conducción del PRO del espíritu original: “No habríamos propuesto a Lijo para la Corte. No insultábamos opositores. No insultábamos periodistas. No insultábamos a los que pensaban diferente. Creíamos en un Estado inteligente que invertía en educación como garantía de un futuro mejor”. Estos señalamientos apuntan, de forma directa, hacia decisiones y actitudes observadas dentro de La Libertad Avanza y las posiciones del Ejecutivo nacional.

El ex ministro de Educación remarcó la existencia de diferencias de fondo sobre el rol del Estado, la calidad del debate interno y la construcción política dentro de los partidos. “El PRO que fundamos hace más de veinte años está vivo en algún lugar, pero LLA no lo representa”, sostiene Bullrich en un pasaje de su declaración.

El tuit de Esteban Bullrich

La reacción del dirigente se suma al intercambio de posturas en la cúpula histórica del espacio y evidencia un momento de fuerte introspección interna. El debate acerca de la identidad, el rumbo a seguir y las alianzas estratégicas atraviesa a la estructura partidaria.

El acuerdo electoral entre PRO y La Libertad Avanza encuentra resistencia no sólo en Bullrich, sino en otros nombres de peso del partido. María Eugenia Vidal, diputada nacional y referente del sector, exteriorizó su mirada crítica respecto de la alianza, aunque confirmó que votará a favor del entendimiento.

En una entrevista brindada a Radio Mitre, Vidal puso en valor la necesidad de mantener un PRO fuerte, autónomo y con agenda propia dentro del escenario político, mientras acompaña, según su visión, las medidas del presidente Milei que considera favorables para la gobernabilidad. “La mejor alternativa hoy es que haya un PRO que acompañe al presidente como lo hicimos en el último año y medio en el Congreso. Defendimos el equilibrio fiscal, el programa económico y bajamos la inflación. Pero también debemos ser una oposición que marque límites, que diga en voz alta que no hay presupuesto en la Argentina y defienda las instituciones”, planteó la diputada.

La diputada nacional, María Eugenia Vidal (Fotografía: Jaime Olivos).

El planteo de Vidal detalla dos focos de tensión: el de la convivencia dentro de una coalición amplia, y el del perfil que el PRO aspira a mantener. Vidal reconoció la importancia de una fuerza política con capacidad de articular y también de limitar, desde la función de oposición responsable. “Gran parte de los problemas que tiene el presidente en el Congreso es por falta de presupuesto”, expuso la legisladora y argumentó que la discusión sobre la obra pública merece honestidad y rigor técnico. Mencionó el caso de la obra del arroyo El Gato, en La Plata, al citar un ejemplo en el que la intervención estatal resultó clave para evitar catástrofes.

La diputada también relató su posición acerca del grado de autonomía que conserva el PRO dentro de la alianza electoral. “No comparto ese acuerdo, pero no creo que una alianza electoral defina la existencia de un partido. El PRO tiene más de 20 años. Va con LLA en diez provincias, pero en las otras catorce no. El PRO sigue de pie y defendiendo sus ideas”, manifestó durante el reportaje. Ella también advirtió sobre la importancia de consolidar una fuerza política comprometida con el equilibrio fiscal y el fortalecimiento de la institucionalidad, dos banderas del partido desde sus orígenes.

En el contexto del debate interno, la figura de Esteban Bullrich toma relevancia por el peso simbólico que representa su legado dentro del PRO y por la referencia a una época de consensos y diálogo transversal. Su crítica, aunque personal, aparece en sintonía con las discusiones abiertas en sectores tradicionales del partido respecto al rumbo adoptado desde la firma del acuerdo con La Libertad Avanza.