Diversas investigaciones demuestran que la alimentación incide no solo en la salud física, sino también en el funcionamiento del cerebro. La memoria, la concentración, el estado de ánimo y otras funciones cognitivas pueden potenciarse con la inclusión de ciertos alimentos en la dieta. En este contexto, una consulta realizada a la inteligencia artificial ChatGPT permitió identificar tres comidas que se repiten con frecuencia en los hábitos alimenticios de personas con alto desempeño intelectual.

Enterate cuáles son los alimentos que favorecen el funcionamiento acorde del cerebro

Estas elecciones no son fortuitas. Cada una está respaldada por estudios científicos que evidencian su impacto positivo en el cerebro. Aunque no existe una dieta única para aumentar la inteligencia, sí se observó que algunos alimentos pueden contribuir significativamente al bienestar cognitivo.

Pescado azul: fuente de omega-3 y salud cerebral

El consumo de pescados como el salmón, el atún, la caballa y las sardinas es común entre quienes priorizan el funcionamiento óptimo del cerebro. Todos ellos pertenecen al grupo del pescado azul, rico en ácidos grasos omega-3, especialmente en las formas EPA y DHA.

El consumo de pescados como el salmón, el atún, la caballa y las sardinas es común entre quienes priorizan el funcionamiento óptimo del cerebro

Un estudio publicado en la revista Neurology en 2012 encontró que las personas que incluyen estos ácidos grasos en su dieta presentan un mayor volumen cerebral y un envejecimiento cognitivo más lento. Adicionalmente, investigadores de la Universidad de Harvard concluyeron que quienes mantienen niveles adecuados de omega-3 obtienen mejores resultados en pruebas de razonamiento abstracto y planificación.

Chocolate amargo: antioxidantes que favorecen la concentración

El chocolate amargo, especialmente el que contiene un alto porcentaje de cacao, se asocia con beneficios cognitivos relacionados con la atención y la resolución de problemas. La clave está en sus flavonoides, compuestos antioxidantes que mejoran el flujo sanguíneo cerebral.

El chocolate amargo contiene un alto porcentaje de cacao, se asocia con beneficios cognitivos relacionados con la atención y la resolución de problemas

La Journal of Cardiovascular Pharmacology publicó una investigación en la que se demuestra que el consumo de cacao eleva el rendimiento cognitivo al incrementar el suministro de sangre al cerebro durante tareas exigentes. Además, se vincula el consumo moderado de este alimento con un menor riesgo de deterioro cognitivo con el paso del tiempo.

Frutos secos: energía prolongada y protección neuronal

Las nueces, almendras y avellanas no solo son una opción práctica para quienes estudian o trabajan por largas horas, también contienen nutrientes que contribuyen al cuidado del cerebro. Estos frutos secos aportan proteínas, grasas insaturadas, vitamina E, zinc y magnesio.

Los frutos secos contienen nutrientes que contribuyen al cuidado del cerebro

Una revisión sistemática titulada Nut Consumption for Cognitive Performance concluyó que las personas que incluyen frutos secos en su alimentación habitual presentan mejoras en la memoria y en las habilidades verbales. En particular, las nueces se destacan por su contenido en ácido alfa-linolénico, una forma vegetal de omega-3 que se relaciona con la prevención del deterioro mental.

Un patrón alimenticio más allá del rendimiento físico

Las personas con alto rendimiento intelectual suelen prestar atención no solo al tipo de alimentos que consumen, sino también a sus horarios, proporciones y combinaciones. Prefieren productos frescos y naturales, evitan los ultraprocesados y priorizan la estabilidad energética durante el día para mantener su nivel de concentración.

La inteligencia artificial coincide con las evidencias científicas al destacar que una alimentación consciente y estratégica puede beneficiar el desempeño cognitivo. Estas comidas, lejos de ser soluciones milagrosas, forman parte de un estilo de vida que favorece la claridad mental, el enfoque sostenido y el equilibrio emocional.

El ejercicio ayuda a combatir el sedentarismo y las enfermedades aparejadas, además de potenciar el funcionamiento cognitivo del cerebro (imagen ilustrativa)

Finalmente, la elección de alimentos por parte de personas con alta capacidad intelectual refleja un enfoque más amplio sobre la salud. Se trata de decisiones integradas a una rutina que también incluye ejercicio regular, descanso adecuado y gestión del estrés, todos elementos que, junto con la nutrición, aportan al desarrollo integral de la mente.

*Por Elim Johana Alonso Dorado