Abel Furlán, Hugo Moyano y Héctor Daer

La tensión interna en la CGT escaló en las últimas horas a niveles que insinúan una nueva fractura: el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, exigió a la cúpula cegetista que en forma urgente se discuta un plan de lucha “sostenido y escalonado” contra el ajuste y la “proscripción” de Cristina Kirchner.

“La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe encabezar una gran confluencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores golpeados por el ajuste”, dijo el jefe metalúrgico, una de las figuras del sindicalismo kirchnerista que presionó infructuosamente para que se declarara un paro general en favor de la ex presidenta.

El duro pronunciamiento de la UOM, difundido a través de las redes sociales, llegó 24 horas después de que un grupo de líderes de la CGT decidió dejar en “libertad de acción” a los sindicatos para ir al acto kirchnerista en la Plaza de Mayo sin hacer una convocatoria oficial.

El pronunciamiento de la UOM contra la CGT

En la reunión cegetista, realizada en la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA), la mayoría de los presentes criticó en fuertes términos al kirchnerismo por el “destrato” al que sometió durante años a casi toda la dirigencia sindical. Uno de los que tuvo una postura más enérgica fue Hugo Moyano (Camioneros), quien recordó que Cristina Kirchner y su hijo Máximo relegaron al sindicalismo y que incluso cuando el gobierno macrista “allanó 25 veces” su gremio “ni siquiera llamaron por teléfono a ver si necesitábamos algo”.

Como expresión de malestar, la CGT decidió no concurrir este martes a la reunión citada por el PJ para analizar la marcha por Cristina Kirchner por las “desprolijidades” en la convocatoria y ante el temor de que los K alentaran alguna agresión cuando llegaran a la sede partidaria.

El mapa sindical quedó definido nuevamente en las últimas horas entre un bloque antikirchnerista, o no kirchnerista, que es mayoritario, y un sector alineado con la ex presidenta, en minoría, que apunta a exponer a sus rivales como “complacientes” con el gobierno de Javier Milei y renuentes a defender a la jefa del PJ.

Héctor Daer, Octavio Argüello, Carlos Acuña y Hugo Moyano

Por eso fue significativo el pronunciamiento de Furlán contra la CGT, que, según fuentes de la UOM, no tendría el apoyo orgánico del Consejo Directivo del gremio, que deliberó el jueves pasado sobre la crisis de su obra social y ni habló sobre la CGT ni Cristina Kirchner.

La cúpula cegetista, que mantiene una mala relación con la ex mandataria y La Cámpora desde hace muchos años, difundió tras la reunión de ayer un comunicado de prensa en el que destacó que “los trabajadores estaremos al lado de nuestra compañera injustamente condenada” y anunció que “convoca por convicción, pertenencia y solidaridad a todos los gremios y trabajadores/as que quieran sumarse a la concentración para dar testimonio de acompañamiento».

“Aquellos sindicatos que hayan dispuesto acciones sindicales para manifestarse -destacó la central obrera- quedan liberados para realizar todas las medidas que estimen conducentes en función de cada una de las actividades que representen”.

Abel Furlán, en la Plaza de Mayo con la columna de la UOM

El texto de la CGT finaliza de esta forma: “Los trabajadores y trabajadoras tenemos memoria y vamos a manifestarnos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”.

Aun así, con el sello de la UOM y el título “La CGT debe actuar”, Furlán hizo una serie de severos planteos a la central obrera, que él integra como secretario del Interior. En el comienzo de la declaración, destacó que “el pueblo trabajador atraviesa una emergencia social, caída del salario real, desempleo y cierre de industrias, mientras el gobierno de Javier Milei aplica un plan de ajuste, endeudamiento y privatizaciones al servicio del poder económico y financiero”.

“A la par -agregó- se delegan superpoderes a las fuerzas de seguridad para vigilar y reprimir sin control judicial, criminalizando la protesta y hostigando a la ciudadanía en general. En este contexto avanza la condena arbitraria contra Cristina Fernández de Kirchner, sin pruebas, con jueces designados a Dios y validada por los medios hegemónicos. No es un hecho aislado, es el capítulo más grave del lawfare para proscribir al liderazgo popular e intimidar a quienes luchan».

La CGT, en la mira de la UOM

A continuación, la UOM advirtió: «“La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe encabezar una gran confluencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores golpeados por el ajuste”.

Luego, el gremio metalúrgico exigió a la conducción de la CGT tres puntos “con carácter de urgencia”:

“1) Convocar a un Comité Central Confederal para debatir la situación nacional y coordinar una respuesta común y federal del conjunto del movimiento obrero.

“2) Lanzar un plan de lucha nacional sostenido y escalonado con movilizaciones plenarias regionales y paros generales, articulado con todos los sectores populares afectados.

“3) Pronunciarse firmemente en defensa de la absolución y plena reivindicación política de Cristina Fernández de Kirchner, el rechazo contundente al lawfare como herramienta de disciplinamiento político y social, la protección de las libertades democráticas y la derogación de los superpoderes represivos otorgados a las fuerzas de seguridad”.

“Es tiempo de transformar la preocupación en acción colectiva -añadió-. Convocamos a la CGT a asumir el rol de conducción que la historia demanda e impulsar junto con todos los sectores populares un plan de lucha que frene el ajuste y la persecución en la entrega de patrimonio y soberanía de fin de la democracia, los derechos conquistados y el futuro del pueblo organizado”.

Cristina Kirchner y Pablo Moyano, reunidos el viernes pasado en la casa de la ex presidenta

Hoy, en la CGT quedó conformado un ala no kirchnerista que integran los cotitulares de la CGT Héctor Daer (Sanidad), Octavio Argüello (Camioneros) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), más los independientes Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), a quienes se suman aliados como Julio Piumato (judiciales), Rodolfo Daer (Alimentación), Jorge Sola(seguro) y Sergio Romero (UDA), entre otros. Hugo Moyano, miembro de la mesa chica de la CGT, también pertenece a este sector.

En la vereda de enfrente, la fracción kirchnerista está integrada por Furlán, Santa María, Moser, Ricardo Pignanelli (SMATA), Sergio Palazzo (bancarios), Omar Plaini (canillitas), Norberto Di Próspero (personal legislativo), Pablo Flores (AFIP), Graciela Aleñá (viales) y Carlos Minucci (jerárquicos de energía), entre otros. De este sector ya renunciaron a la CGT por diferencias con sus líderes Mario Manrique (SMATA) y Pablo Moyano (Camioneros), quien el viernes pasado reapareció en una visita a Cristina Kirchner para darle el “apoyo” de Camioneros (algo que no fue oficial) y diferenciarse nuevamente de la postura de su padre, Hugo.

¿Habrá una oleada de más renuncias de los K a la CGT para vaciarla y apurar su renovación? Este tablero incidirá en el congreso cegetista que deberá elegir sus nuevas autoridades, en la primera quincena de octubre. Aun sin definiciones sobre la grilla de autoridades, lo único seguro es que se perfila un clima de fractura.