
La tarde del sábado, cerca de 70 hinchas de Boca Juniors se concentraron en la ciudad chubutense de Trelew con la ilusión de viajar al barrio de La Boca para presenciar el Superclásico ante River Plate. Para muchos la expectativa era doble: algunos planeaban conocer la Bombonera por primera vez y otros tenían la chance histórica de vivir su primer Superclásico desde las tribunas.
Así, viajaron desde distintas localidades de Chubut, y también de fuera del país, como el caso de un hincha de Everton que llegó desde la ciudad chilena de Valparaíso, vestido con la camiseta de su club, emparentado con el Xeneize por los colores azul y amarillo.
Los hinchas, con sus bolsos listos y las camisetas puestas, esperaban su oportunidad de alentar a su equipo ante el rival tradicional. Los colectivos y una Traffic se encontraban preparados en el lugar, aunque la alegría poco a poco se desdibujó y la preocupación se hizo presente cuando los choferes anunciaron que el viaje no había sido pagado en su totalidad y que por esa razón no saldrían.
Frente a la sorpresa general y el desconcierto, el grupo intentó contactarse con el responsable de la agrupación a la que le habían abonado los viajes, pero no pudieron ubicarlo. A medida que pasaron las horas y aumentó la incertidumbre, las ilusiones se desmoronaron. Sin respuestas claras, muchos de ellos optaron por presentar una denuncia en la Comisaría Segunda de Trelew y luego regresaron -sin viaje ni partido- de vuelta a sus hogares.
Según el testimonio de Mario Barcala, una de las víctimas, el principal acusado es Edgardo Maximiliano Merlo, impulsor de la agrupación no oficial “Pasión Xeneize” de Trelew, que organiza este tipo de viajes para partidos de Boca y de la Selección argentina desde 2022.
Barcala relató a Diario Jornada que su hijo fue quien se encargó de abonar por las entradas y el viaje, sumando en total 1.300.000 pesos, aunque hubo damnificados que transfirieron hasta 800 mil pesos por cada boleto.
“Pagamos todo y a último momento avisaron que el viaje no estaba cubierto, los colectivos no salían porque no se completó el pago”, dijo el denunciante.

Las víctimas mencionaron que algunos abonaron a diferentes cuentas bancarias, según indicaciones de la organización, y terminaron perdiendo todo lo invertido. “Quiero que devuelvan la plata a todos, no solo a mi hijo, que se rompió el lomo para juntar lo que pagamos”, manifestó con bronca e impotencia Barcala.
Según señalaron las víctimas en distintos medios locales, los organizadores del viaje les pidieron más dinero a los pasajeros días antes de la fecha pautada, bajo el argumento de que necesitaban completar fondos para cubrir los gastos. Esto los llevó a sospechar de que algo raro pasaba.
Una coordinadora estuvo en el punto de partida junto al grupo de hinchas y terminó retirándose en un patrullero mientras la tensión escalaba. Otra persona involucrada, contaron los denunciantes, anunció que era socia de Merlo y prometió que devolverían lo aportado.
Fuentes judiciales consultadas por este medio indicaron que en la fiscalía local todavía no hay avances formales en la investigación, ya que las denuncias recién ingresadas en la comisaría suelen demorar varios días en llegar al área judicial. Solo después de ese proceso se designa fiscal a cargo y se inicia el expediente. Así las cosas, la situación está igual que al comienzo.
Mientras tanto, los damnificados siguen exigiendo el reintegro del dinero abonado.
El operativo policial del Superclásico

El partido en la Bombonera estuvo rodeado de un amplio operativo de seguridad desplegado por la Policía de la Ciudad. El dispositivo cubrió las inmediaciones del estadio y dejó como saldo 80 cuidacoches demorados, 340 actas contravencionales y 13 detenidos relacionados con infracciones a la ley de drogas, daños y resistencia a la autoridad.
El control contó con la intervención del Área de Flagrancia de la Unidad Fiscal Sur y agentes de tránsito, quienes remitieron cuatro colectivos por irregularidades.
En el tercer anillo de control se labraron actas por infracción al Código Contravencional. En detalle, fueron 266 por ingresar sin entrada, autorización o invitación; 19 por derecho de admisión vigente; 6 por ingresar sin autorización e incitar al desorden; 5 por ingresar sin entrada, perturbar filas o no respetar vallado; 3 por incitar al desorden; y 3 por ingresar artefactos pirotécnicos.