Una niña sudanesa llora en un campamento de desplazados en Sudán, en medio de la crisis humanitaria provocada por el conflicto entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).(REUTERS/El Tayeb Siddig)

Estados Unidos, Arabia Saudí, Egipto y Emiratos Árabes Unidos solicitaron este viernes una “tregua humanitaria” de tres meses en Sudán, escenario de una guerra civil desde abril de 2023 entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), donde el conflicto ha llevado al país a una de las peores crisis humanitarias a nivel mundial.

Los ministros de Exteriores de estas naciones, que han suscrito varios principios orientados a poner fin a la violencia, subrayaron que la tregua busca facilitar la “rápida” llegada de ayuda humanitaria a todo el territorio sudanés y conducir “de inmediato a un alto el fuego permanente”.

En su comunicado conjunto, señalaron que “posteriormente, se debería iniciar y concluir un proceso de transición inclusivo y transparente en un plazo de nueve meses para satisfacer las aspiraciones del pueblo sudanés de establecer sin contratiempos un gobierno independiente, dirigido por civiles, con amplia legitimidad y rendición de cuentas, lo cual es clave para la estabilidad a largo plazo”.

Al-Rasheed Al-Tahir, un sudanés desplazado que se reúne con sus hermanas, sobrinos y sobrinas, seca las lágrimas de la hija de su hermana fallecida, después de que la familia huyera de la devastada ciudad de Al-Fashir, mientras la situación humanitaria se deteriora en medio del conflicto en curso entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) y el Ejército sudanés, en un campamento de desplazados en Al Dabba, Sudán, el 6 de septiembre de 2025. (REUTERS/El Tayeb Siddig)

Asimismo, los cuatro países se comprometieron a “seguir de cerca la implementación” de estos compromisos y advirtieron que “no existe una solución militar viable al conflicto”, recordando que “el statu quo crea sufrimiento y riesgos inaceptables para la paz y la seguridad”. Por ello, instaron a todas las partes a garantizar el acceso de la ayuda y a proteger a la población civil.

El comunicado también denunció la participación militar de actores externos, advirtiendo que su “fin” resulta “esencial para poner fin al conflicto” porque lo “intensifica y prolonga”, además de “contribuir a la inestabilidad regional”.

En la misma línea, rechazaron cualquier intento de que el futuro del país sea condicionado por fuerzas extremistas, al afirmar que “el futuro de Sudán no puede ser dictado por grupos extremistas violentos que forman parte o están evidentemente vinculados a los Hermanos Musulmanes, cuya influencia desestabilizadora ha alimentado la violencia y la inestabilidad en toda la región”.

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En resumen, los cuatro países se comprometieron a “hacer todos los esfuerzos políticos para apoyar una solución negociada del conflicto con la participación activa” de las partes; a fomentar condiciones que aseguren la estabilidad regional; a combatir las amenazas transnacionales planteadas por organizaciones terroristas; y a negar espacio a actores desestabilizadores que busquen beneficiarse de la guerra.

La guerra civil en Sudán estalló en abril de 2023 por las tensiones sobre la integración del grupo paramilitar RSF en las Fuerzas Armadas, lo que frustró la transición abierta tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir en 2019. Este proceso ya estaba debilitado desde el golpe que destituyó al entonces primer ministro, Abdalá Hamdok.

El conflicto, marcado por la intervención de varios países en apoyo a las partes en guerra, ha sumido al país en una de las mayores crisis humanitarias a nivel mundial, con millones de desplazados y refugiados y ante la alarma internacional por la propagación de enfermedades y los daños sufridos por infraestructuras críticas, que impiden atender a cientos de miles de damnificados.

(Con información de Europa Press)