Rafael Arce Mosqueira está en el centro de la polémica en Bolivia

Rafael Arce Mosqueira, el hijo menor del presidente boliviano Luis Arce, accedió a un crédito millonario para comprar miles de hectáreas en Santa Cruz, el departamento más extenso y productivo del país, que luego deforestó y quemó parcialmente para convertirlas en cultivos de soja y maíz, según reveló una investigación periodística de una alianza de medios liderados por la plataforma Connectas.

Según documentación oficial, Arce Mosqueira compró el predio “Adán y Eva” en un área de bosque de protección por 3,3 millones de dólares en noviembre de 2021, cuando tenía 25 años. Desde entonces, aceleró la conversión del terreno en extensos cultivos agrícolas pese a que pertenecen a una zona de conservación y uso sostenible de la tierra.

Según la investigación, Arce Mosqueira obtuvo permiso de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) para ampliar los desmontes y las imágenes satelitales confirman que desaparecieron varias hectáreas de bosque.

El hijo del presidente tampoco habría acatado la “pausa ambiental” que dictó el Gobierno de su padre en 2024 para prohibir las quemas cuando el país estaba literalmente en llamas. En la peor etapa de los incendios forestales, que consumieron en menos de un año una superficie comparable a la de todo Nicaragua, una tercera parte del predio Adán y Eva registró quemas.

Imagen del predio Adán y Eva en el departamento de Santa Cruz, Bolivia. 25 de marzo de 2025. Foto: Connectas.

El terreno tiene una superficie de 2.187 hectáreas y está ubicado en la transición de los bosques serrano, chaqueño y andino entre dos municipios del departamento agropecuario de Bolivia. Si bien está superpuesto a un área de conservación, el reportaje aclara que su deforestación no comenzó cuando lo compró el hijo del presidente, pero “se intensificó en sus manos”. En 2011, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) clasificó la propiedad como “empresarial y agrícola” y se la entregó por “dotación y adjudicación” a unos privados, bajo una figura que ha sido cuestionada por expertos que la consideran ilegal.

En 2017 se aprobó en favor de los propietarios un “Plan de Ordenamiento Predial (POP)” que les permitió “establecer un sistema agrosilvopastoril en 721,2 hectáreas (32,9 %), donde el desmonte debía hacerse de forma manual o con motocultor y había que conservar los árboles mayores de un metro y medio de altura”, señala la investigación. La norma no autorizaba la agricultura a escala comercial y menos aún la conversión del bosque a monocultivos.

Dos semanas después de que el hijo del presidente comprara el predio, solicitó la modificación del POP a través del cual, en una semana, obtuvo licencia para ampliar los desmontes e implementar allí un sistema agrosilvopastoril, una técnica de producción que combina árboles, cultivos y ganado en una misma unidad. En paralelo, la ABT le autorizó eliminar la unidad de “Bosque de Protección de Laderas”, que figuraba en el anterior POP y cuyo propósito era proteger 260 hectáreas.

A los cambios de normativa se suma otro beneficio que Arce Mosqueira presuntamente obtuvo del Estado: la construcción de un puente a 15 kilómetros de su propiedad. Hace varios años que los pobladores pedían que se construya la obra y solo fue tras la llegada del hijo del presidente que el deseo se concretó: 148 metros de construcción financiados por Unidad de Proyectos Especiales (UPRE) del Ministerio de la Presidencia. Fue estrenado en marzo de 2025.

El puente construido a 15 kilómetros del predio Adán y Eva (Foto: Connectas)

Quemas en plena pausa ambiental

El año 2024 fue el de mayor devastación ambiental en Bolivia. Según un informe reciente de la Fundación Tierra, ese año se perdieron más de 12 millones de hectáreas por incendios forestales, la mayoría provocados. Los meses más críticos fueron septiembre y octubre, cuando el país estuvo sumido bajo una capa de humo gris que obligó incluso a suspender las clases y actividades públicas al aire libre para evitar complicaciones de salud.

El Gobierno decretó entonces una “pausa ambiental” que prohibió las quemas, pero Arce Mosqueira no se inmutó: según la investigación, y en base a imágenes satelitales, varias hectáreas del predio Adán y Eva ardieron entre octubre y noviembre. Un análisis de deforestación, basado en imágenes Planet con 3,5 metros de resolución espacial, indica que solo en 2024, “Adán y Eva” perdió 182,6 hectáreas de bosque.

A más de una semana de que se destapara el caso, nadie en el Gobierno ha dado explicaciones. Infobae envió solicitudes de información a dos ministerios, de la Presidencia y de Medioambiente, y a la ABT, pero ninguna instancia accedió a dar una entrevista como tampoco lo hicieron con Connectas. El único funcionario que hizo referencia al caso fue el ministro de Obras Públicas que durante una rueda de prensa fue consultado sobre el tema y dio una respuesta irrisoria: comparó al hijo del presidente con Steve Jobs, el fundador de Apple, al decir que no le llama la atención que una persona joven haga negocios millonarios.

Rafael Arce Mosqueira, el hijo menor del presidente de Bolivia, Luis Arce, acusado de haber comprado tierras en un área protegida para implementar monocultivos con favores del Estado.

El caso ha provocado una ola de críticas. Entre ellas la de la senadora de oposición Cecilia Requena, que calificó el caso como “un escándalo de devastación y corrupción en medio del desastre ecológico de Bolivia” y anunció que se hizo denuncia ante la Justicia. “Todos los pasos han implicado favoritismo, tráfico de influencias y asociación delictuosa de servidores públicos”, agregó en una entrevista radial.

Rafael no es el único de los hijos de Arce que está envuelto en polémica. El hijo mayor, Luis Marcelo, fue acusado -con fotografías y correos electrónicos filtrados de por medio- de haber participado en negociaciones personales con empresas extranjeras para la industrialización del litio.

Ante ambos casos, el presidente Arce y su entorno han optado por el silencio. Salvo en una ocasión, el primer mandatario se refirió a los “ataques” hacia sus hijos y dijo que ni él ni su familia son corruptos. Más allá de esa declaración, nadie ha dado explicaciones sobre la participación de sus hijos los contratos del litio ni en la compra y quema de un bosque para monocultivos en un área de protección.

Imagen del predio Adán y Eva en el departamento de Santa Cruz, Bolivia. 25 de marzo de 2025 (Foto: Connectas)

La investigación liderada por Connectas fue parte de una alianza con Aristegui Noticias, El Espectador, La Nación y La Prensa Gráfica. Puedes leer el reportaje completo aquí.