El interior del concesionario Kjellströms conserva autos, carteles y decoración de las décadas de 1980 y 1990

En una localidad del oeste de Suecia, un canal especializado en exploraciones automovilísticas descubrió un establecimiento sellado desde hace años. El youtuber Daniel Kolkowski, creador del canal Un canal libre de PK, documentó meses atrás con su cámara el interior de un antiguo concesionario, cuya estructura e inventario permanecieron prácticamente intactos desde mediados de los 2000.

Este lugar, conocido como Kjellströms Bil, funcionó como distribuidor oficial de Fiat y Alfa Romeo desde comienzos de los años 80. Según explicó un comerciante vecino, el concesionario mantuvo su condición de representante autorizado hasta aproximadamente 2005. Desde entonces, el edificio no registró modificaciones relevantes y conservó en su interior una considerable cantidad de automóviles, catálogos, mobiliario original y hasta plantas de plástico de época.

Una historia familiar con raíces en el siglo XX

El establecimiento Kjellströms fue fundado por Sven Kjellström, un mecánico local que inició su carrera a principios del siglo pasado. En sus comienzos, el taller se dedicó a la fabricación de implementos agrícolas. Durante las décadas posteriores, con la expansión del parque automotor sueco, la familia Kjellström decidió reorientar el negocio hacia la importación y venta de vehículos.

En la década de 1950, el hijo del fundador impulsó una reconversión total de la empresa. A partir de entonces, la firma se centró en el comercio de autos europeos, ganando notoriedad en el mercado regional. Kent Grahn, un empresario vinculado al sector automotriz, indicó que la sala de exposición de Kjellströms Bil se construyó en 1957, manteniendo el diseño característico de la época. En sus primeras etapas, vendían automóviles británicos. Con el paso del tiempo, se convirtieron en un referente local al representar marcas como Fiat y Alfa Romeo.

Durante varias décadas, el concesionario abasteció a numerosos municipios vecinos. La clientela viajaba hasta ese punto en busca de unidades nuevas y repuestos originales. El negocio logró sobrevivir a diferentes crisis económicas regionales, pero enfrentó dificultades cuando comenzó el nuevo milenio. El cambio generacional dentro de la empresa coincidió con una caída sostenida en las ventas. El hijo del propietario, que asumió la dirección, no logró revertir la tendencia.

El cierre y la preservación inesperada

En 2008, luego de casi sesenta años de actividad, Kjellströms Bil cerró sus puertas. Un coleccionista local adquirió la propiedad poco tiempo después, pero no le dio uso comercial. Su presencia en el lugar fue esporádica, y el espacio comenzó a llenarse de herramientas y artículos de recolección del nuevo dueño. No obstante, el concesionario y su contenido quedaron protegidos del deterioro ambiental por el propio edificio, que conservó su estructura en condiciones razonables.

Daniel Kolkowski filmó la exploración del lugar y mostró más de cien autos en distintas condiciones.

Tomas Malmström, actual responsable del inmueble, tomó posesión de la propiedad tras la quiebra del negocio. Según declaró, aunque no le dedicó tiempo al mantenimiento integral, sí conservó con aprecio la esencia del lugar. En sus palabras, el sitio se asemeja a un pequeño museo. Su intención es restaurar los vehículos y evaluar su comercialización durante 2025.

Los videos de Daniel Kolkowski documentaron no solo los automóviles preservados, sino también elementos del entorno que remiten directamente a los años 80 y 90: carteles publicitarios originales, señalización de marcas, escritorios, estanterías, catálogos, accesorios y manuales de mantenimiento.

Un fenómeno en redes sociales

La publicación del material en YouTube atrajo miles de visitas. Las imágenes recorrieron otras plataformas y medios especializados en automóviles clásicos, como CarUp, que entrevistó a Kolkowski y a Malmström para reconstruir el origen de esta historia. Las vistas del concesionario generaron entusiasmo entre entusiastas del automovilismo, coleccionistas y restauradores. Muchos resaltaron el valor patrimonial del hallazgo.

Entre los modelos hallados, se observaron unidades de BMW, Volvo, Fiat, Citroën, y varias versiones antiguas de Alfa Romeo, todos resguardados del exterior y en diversos grados de conservación. Algunos automóviles no contaban con registro de uso y mostraban el kilometraje original de fábrica.

El hallazgo de Kjellströms Bil se sumó a una serie de descubrimientos similares ocurridos en Europa durante los últimos años, donde propiedades cerradas durante largos períodos revelaron colecciones de vehículos vintage sin documentación clara ni inventarios públicos. En este caso, la ventaja residió en que el edificio conservó su estructura, techo y acceso principal sin mayores daños.

Planes de restauración y posible venta

Tomas Malmström confirmó que la colección incluye un número de vehículos superior a las cien unidades. Aunque no detalló los modelos exactos, afirmó que piensa poner a la venta aquellas unidades que se encuentren en condiciones razonables. Su intención es comenzar con el proceso de restauración hacia la primavera boreal de 2025.

Los coches que aún se encuentran en el garaje representan varias décadas de historia automotriz. Muchos ya pueden considerarse clásicos de colección. Las expectativas de potenciales compradores crecen en torno a las fechas en las que se publique un listado oficial o se organice alguna subasta.

Mientras tanto, el edificio sigue sin acceso al público. El material audiovisual publicado por Kolkowski constituye hasta ahora la única documentación disponible del interior. Los seguidores del canal de YouTube celebraron la preservación del sitio y destacaron la rareza de encontrar vehículos clásicos en estado original, sin modificaciones posteriores ni intervenciones mecánicas.

Tomas Malmström planea restaurar varios modelos y venderlos antes de que termine 2025

La historia de Kjellströms Bil generó impacto en medios regionales y portales de fanáticos de automóviles. La combinación de un negocio familiar, el paso del tiempo y el abandono silencioso convirtió al lugar en una especie de cápsula del tiempo. La cantidad de elementos originales hallados, tanto mecánicos como estructurales, refuerza su valor histórico.

Reacciones locales y memorias de otro tiempo

Kent Grahn, uno de los vecinos de la zona, compartió su visión sobre el cierre del concesionario. Recordó que Kjellströms funcionaba como un punto de encuentro para quienes buscaban autos nuevos o necesitaban mantenimiento. Según su testimonio, recorrer hoy ese lugar provoca una sensación de nostalgia, ya que el tiempo parece haberse detenido.

Algunos residentes expresaron su deseo de que el lugar se conserve como un museo o centro cultural vinculado a la historia del automóvil en la región. Sin embargo, por el momento, Malmström no anunció ningún proyecto de preservación institucional. Su prioridad se centra en recuperar los vehículos en mejor estado y venderlos a coleccionistas interesados.

Los expertos en restauración que comentaron las imágenes en redes sociales señalaron que muchas de las unidades podrían recuperar su funcionalidad con intervenciones moderadas. El hecho de haber permanecido bajo techo y sin exposición a la humedad favoreció su conservación.

El fenómeno generado por este hallazgo puso nuevamente en discusión el valor del stock no liquidado tras la quiebra de empresas familiares. Aunque en la mayoría de los casos este tipo de inventario se disgrega o termina destruido, ciertas excepciones como esta ofrecen una oportunidad inesperada para el rescate del patrimonio material asociado a una época industrial ya desaparecida.