Después de dos postergaciones que llevaron el sello de la Casa Rosada y con la elección porteña como telón de fondo, el Senado se dispone a tratar, a partir de las 11.30, el proyecto de ley de Ficha Limpia, que impide postularse a cargos electivos o ejercer puestos ejecutivos a quienes tengan una condena confirmada en segunda instancia por delitos vinculados a corrupción.
El proyecto fue aprobado a mediados de febrero por Diputados, por lo que se convertirá en ley si el Senado lo aprueba sin cambios. Cualquier modificación implicará el regreso a la Cámara baja y una demora que haría casi imposible que la norma pueda empezara a aplicarse este año.
A la sesión se llega en medio de un clima de sospechas hacia el Gobierno, sobre todo por el doble discurso que emanó de usinas oficialistas en las últimas horas, poniendo en duda la sanción de la iniciativa.
Así, mientras el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y voceros ligados a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, aseguraban que estaba todo dispuesto para convertir en ley Ficha Limpia, el asesor presidencial Santiago Caputo se encargó de agitar en las últimas 48 horas la versión, que filtró en varios medios de comunicación, de que no estaban los votos necesarios para aprobarla.
Esta dualidad de criterios no hizo más que alimentar las sospechas de los bloques de la oposición dialoguista, que ve una confluencia de intereses entre el Gobierno y el kirchnerismo para boicotear la sanción de la norma.
Es que al Gobierno no le conviene que se sancione una ley que el macrismo tomó como eje de su campaña para la elección legislativa porteña del próximo 18 de mayo. Además, tampoco ve con buenos ojos que Cristina Kirchner quede fuera del juego electoral a nivel nacional, sobre todo cuando la estrategia de la Casa Rosada es repetir en los comicios de octubre la fórmula que lo llevó al poder en 2023: polarizar con el kirchnerismo.
Mayoría absoluta
La Constitución exige mayoría absoluta (mitad más uno del total de los miembros) en ambas cámaras legislativas para aprobar una reforma electoral, como lo es Ficha Limpia. En el caso del Senado, se requieren de 37 votos afirmativos para convertirla en ley.
Con los 34 senadores del kirchnerismo alineados en un rechazo cerrado a la iniciativa por considerar que el proyecto sólo busca “proscribir” a Cristina Kirchner, quedarían 38 senadores dispuestos a dar quórum y votar el proyecto.
Sin embargo, el Gobierno se encargó de enviar señales ambiguas en las últimas horas. De hecho, fuentes parlamentarias confiaron a LA NACION que enviados de la Casa Rosada sondearon en las últimas horas la posibilidad de introducirle modificaciones a la iniciativa, una forma de demorar su sanción ya que el texto debería volver a Diputados en segunda revisión.
Desde el Senado se les recordó que el proyecto que ahora pretendían cambiar es el mismo que envió el Gobierno en febrero y que ya era tarde para introducir cambios, que la oportunidad fue cuando se discutió en comisión, a fines de febrero.
Mientras esto ocurría, a media tarde, el jefe del bloque libertario de la Cámara alta, Ezequiel Atauche (Jujuy), se reunía en la Casa Rosada con Eduardo “Lule” Menem, mano derecha de Karina Milei, para informarle que “estaban los votos” para sancionar el proyecto.
Apuntada por las sospechas de los bloques aliados, la bancada libertaria emitió el lunes un comunicado en el que ratificaba la voluntad del oficialismo de votar Ficha Limpia.
Pero el comunicado incluía, de manera extemporánea, un pedido para incluir en la sesión un proyecto, que todavía no había sido presentado, para congelar las dietas de los senadores. La jugada fue leída en el Senado como una forma de tratar de “embarrar la cancha”.
Sin embargo, el oficialismo no tocó el tema en la reunión de Labor Parlamentaria celebrada esta tarde, en la que se cambió el horario de la sesión, se lo pasó de las 14 a las 11.30, y se incluyó el tratamiento de un proyecto de ley que declara la emergencia en Bahía Blanca por las inundaciones de marzo pasado.
Hartos de las ideas y vueltas del oficialismo, los bloques dialoguistas decidieron reivindicar su apoyo sin cambios al proyecto, aún cuando en algunas bancadas hay cuestionamientos a su redacción, y apostar por ponerle a la novela un punto final en el recinto.
“Nosotros vamos a bajar al recinto a votar el proyecto sin cambios y que cada bloque se haga cargo en el recinto de cuál es su postura”, le dijo a LA NACION el vicepresidente del bloque Pro, Martín Goerling (Misiones).
Además del Pro, también confirmaron su apoyo a la iniciativa la UCR, los bloques provinciales de Santa Cruz, Chubut, Misiones y Río Negro. Según el comunicado difundido este lunes, también el oficialismo votará el proyecto.
“Oportunamente, impulsé el dictamen del proyecto de Ficha Limpia y dejé absolutamente clara mi posición, señalando que no había motivos para retrasar su tratamiento ni, mucho menos, para oponerse a sancionar esa herramienta fundamental en este año electoral, salvo que existiera un acuerdo para no tratar el proyecto”, afirmó la peronista cordobesa Alejandra Vigo, esposa del exgobernador Juan Schiaretti y miembro del interbloque Las Provincias Unidas.
El kirchnerismo insiste en que la norma tiene por finalidad “proscribir” a Cristina Kirchner. La expresidenta tiene una condena confirmada por la Cámara de Casación en la denominada causa Vialidad.
De sancionarse Ficha Limpia, Cristina Kirchner no podrá participar de las elecciones nacionales de octubre próximo, en la que se renovará la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado.