Entre noviembre de 2023 y julio de 2025 se perdieron 182.800 asalariados y se crearon 123.600 monotributos.

El empleo formal en la Argentina se está transformando. De acuerdo con el último Monitor de Empleo Formal elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), sin considerar el monotributo social, el total de trabajadores registrados cayó un 0,2% en julio de 2025 en comparación con el mes anterior, lo que equivale a una pérdida neta de 20.000 puestos registrados.

El informe, elaborado por Nadin Argañaraz, detalla que la reducción en los puestos asalariados formales fue compensada parcialmente por el incremento en el número de monotributistas. Si se compara el panorama actual con el de noviembre de 2023, surge un cambio estructural en la composición del empleo: por cada diez trabajos asalariados que se perdieron, se crearon siete con monotributo.

Menos asalariados, más independientes

Según el documento, los asalariados privados cayeron 0,1% (9.000 puestos), mientras que los asalariados públicos no registraron variaciones. Por su parte, los autónomos descendieron 0,5% (2.000 casos) y los monotributistas disminuyeron 0,4% (9.000 casos) en julio. En contraposición, el monotributo social creció 9,9%, aunque este segmento no se incluye dentro del cómputo del empleo formal neto.

En el período comprendido entre noviembre de 2023 y julio de 2025, el total de trabajadores registrados —sin contar el monotributo social— descendió un 0,6%, lo que representa 76.400 puestos menos. Sin embargo, dentro de ese mismo lapso, los monotributistas aumentaron 6,1% (124.000 personas) y los autónomos 0,9% (3.400 personas).

(Fuente)

“Mientras los autónomos fueron disminuyendo mes a mes luego del salto inicial, los monotributistas mantuvieron una tendencia positiva”, destacó Argañaraz. Este comportamiento explica, en gran parte, el desplazamiento del empleo asalariado hacia modalidades más flexibles o de autoempleo, en un contexto de estancamiento de la demanda laboral privada y ajuste del gasto público.

Cambios en la estructura del trabajo registrado

El estudio del Iaraf advierte que la transformación del mercado laboral formal está modificando la importancia relativa de cada tipo de empleo. Los monotributistas pasaron de representar el 16% en noviembre de 2023 al 17,1% en julio de 2025, mientras que los asalariados privados bajaron del 50,1% al 49,4%. En tanto, los asalariados públicos redujeron su participación del 27,2% al 27%.

Este fenómeno, según el economista, refleja un proceso de “recomposición interna” del empleo formal, donde las formas de contratación más estables pierden terreno frente a esquemas más simples y de menor costo fiscal, como el monotributo. “Ha habido un aumento de la importancia relativa de los monotributistas y una disminución del resto”, indicó Argañaraz.

Qué pasó en el Gobierno de Milei

La comparación entre los asalariados registrados (privados y públicos) y los monotributistas muestra con claridad el desplazamiento que se dio durante los primeros 20 meses del gobierno de Javier Milei. El informe precisa que en julio de 2025 había 125.000 asalariados privados menos y 57.800 asalariados públicos menos que en noviembre de 2023, lo que representa una caída conjunta de 182.800 empleos asalariados registrados. Durante ese mismo período, el número de monotributistas aumentó en 123.600 personas.

Los monotributistas pasaron de representar el 16% al 17,1% del total de trabajadores registrados en la era Milei.

“La relación entre el aumento de monotributistas y la caída de asalariados registrados era, al mes de julio de 2025, de 0,7. Es decir, por cada diez trabajadores asalariados registrados menos, se crearon siete monotributos”, señaló Argañaraz. Un año atrás, esa relación era de 0,3: por cada diez asalariados menos, se creaban apenas tres monotributos. La proporción más alta se registró en junio de 2025, cuando el indicador alcanzó 0,8, lo que significa que casi un monotributo nuevo surgió por cada empleo formal perdido.

Un mercado laboral más atomizado

El análisis del Iaraf evidencia una tendencia hacia un mercado laboral formal más fragmentado. Si bien el número total de trabajadores registrados se mantuvo relativamente estable, la calidad y la composición de ese empleo cambiaron. La expansión del monotributo —un régimen que combina formalidad tributaria con flexibilidad laboral— sugiere que buena parte de los nuevos ocupados no ingresaron al sistema bajo relaciones de dependencia, sino como trabajadores por cuenta propia o prestadores de servicios individuales.

De esta manera, la era Milei muestra una dualidad: el empleo formal total no se derrumba, pero se transforma, con menos asalariados estables y más contribuyentes individuales. El fenómeno refleja tanto el impacto del ajuste en el sector público como la dificultad del sector privado para generar empleo de calidad en un contexto recesivo.