El Mossad ha revelado recientemente un archivo de casi 2.500 documentos, grabaciones y objetos personales pertenecientes al espía israelí Eli Cohen, quien fue ejecutado en Siria hace sesenta años. Según informó Haaretz, esta operación se llevó a cabo en colaboración con un servicio de inteligencia extranjero aliado, aunque no se ha especificado cuál.
El archivo incluye grabaciones y documentación de los interrogatorios de Cohen por parte del servicio secreto sirio, detalles de sus contactos, cartas manuscritas a su familia en Israel, fotografías de sus operaciones en Siria y pertenencias personales incautadas tras su arresto.
La captura de Cohen por la inteligencia siria sigue siendo un misterio, con varias teorías sobre cómo fue descubierto. Una de ellas sugiere que los sirios ya vigilaban a una persona de interés que se reunió con Cohen.
Otra teoría indica que su hábito de fotografiar ubicaciones estratégicas en los Altos del Golán levantó sospechas. Una tercera versión sostiene que sus transmisiones en código Morse fueron interceptadas por equipos avanzados proporcionados a Siria por la Unión Soviética y Alemania del Este.
El Mossad espera que el análisis de estos documentos ayude a esclarecer cómo la inteligencia siria logró desenmascarar al agente conocido como ‘Nuestro Hombre en Damasco‘, quien se infiltró con éxito en los niveles más altos del Partido Ba’ath y el régimen sirio.
Desde la ejecución pública de Cohen en la plaza central de Damasco el 18 de mayo de 1965, el Mossad ha mantenido un esfuerzo global para localizar y recuperar sus restos para su entierro en Israel. A pesar de los recursos extensos dedicados a esta misión, estos esfuerzos no han tenido éxito hasta ahora.
Además de intentar recuperar los restos de Cohen, el Mossad y otras agencias de inteligencia israelíes han trabajado para recuperar todos los objetos conocidos asociados con él. En julio de 2018, la agencia logró recuperar su reloj de pulsera personal, un artículo de lujo que utilizó para reforzar su cobertura como un empresario adinerado y ganar la confianza de sus contactos sirios.
El Mossad había estado al tanto de que la inteligencia siria poseía un archivo completo de Cohen en sus archivos. A lo largo de los años, se hicieron múltiples esfuerzos para obtenerlo, incluyendo intentos de sobornar a altos funcionarios sirios dentro del régimen de Assad para que ayudaran a sacar el archivo hacia Israel, pero sin éxito.
Una nueva oportunidad pareció surgir en 2015, cuando Rusia desplegó su ejército en Siria para salvar al régimen de Assad de las facciones rebeldes durante la guerra civil.
Para evitar enfrentamientos entre los aviones de combate rusos y la Fuerza Aérea Israelí, que operaba con frecuencia contra objetivos iraníes en Siria, se estableció un mecanismo de coordinación. Este sistema de desconflicto incluyó una línea de comunicación directa entre el cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) en el complejo Kirya en Tel Aviv y la base rusa en Khmeimim cerca de Latakia. Como resultado, la cooperación militar y de inteligencia entre Israel y Rusia se profundizó.
Representantes del Mossad se reunieron con funcionarios de inteligencia rusos desde 2014 y solicitaron que persuadieran al dictador sirio Bashar Assad para que transfiriera el archivo de Cohen a Israel. A cambio, el Mossad ofreció una compensación monetaria significativa, apoyo de inteligencia y asistencia general, tanto a Rusia como, potencialmente, incluso a Siria.
Sin embargo, Assad se negó repetidamente, considerando a Cohen como un símbolo potente de humillación para Siria.
Con el colapso del régimen de Assad y el ascenso repentino de Ahmad al-Sharaa, se presentó una nueva oportunidad para el Mossad. Al-Sharaa, quien asumió el poder con el apoyo de Turquía y es considerado un aliado del presidente Recep Erdoğan, mostró una postura más moderada y expresó interés en establecer relaciones pacíficas con países vecinos, incluyendo Israel. Sin embargo, el gobierno de derecha del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu desestimó sus propuestas.
En las últimas semanas, se han reportado reuniones entre funcionarios del establecimiento de seguridad de Israel y enviados de Al-Sharaa, posiblemente del Mossad y la Unidad 504 de Inteligencia Militar. Estas reuniones se habrían llevado a cabo tanto en Israel como en la región de Quneitra en el sur de Siria. Es plausible que el nuevo gobierno sirio haya transferido voluntariamente el archivo a Estados Unidos o Arabia Saudita, alineándose con el objetivo estratégico de Siria de mejorar las relaciones con estas naciones y asegurar ayuda financiera.
Según un informe de Reuters, el liderazgo sirio aprobó la entrega de las pertenencias de Cohen a Israel como un gesto de buena voluntad hacia el presidente estadounidense Donald Trump.
Durante la guerra civil siria, Siria se convirtió en un punto caliente para la actividad de inteligencia extranjera, con agencias de espionaje de varios países operando dentro de sus fronteras.
Dado que el Mossad mencionó la cooperación con un “servicio de inteligencia extranjero aliado”, parece poco probable que el socio fuera Rusia o Turquía. Rusia, distraída y debilitada por su guerra en Ucrania, ha perdido gran parte de su influencia en Siria. Turquía sigue siendo antagonista hacia Israel, y la colaboración de inteligencia entre ambos sigue siendo limitada. Por lo tanto, los candidatos más plausibles para ayudar al Mossad en la adquisición del archivo de Cohen son la CIA de Estados Unidos o la Presidencia de Inteligencia General de Arabia Saudita.
La relación cercana entre el Mossad y la CIA es bien conocida. Además, en los últimos años, ha habido relatos creíbles de una colaboración secreta de larga data entre la inteligencia israelí, liderada por el Mossad, y la inteligencia saudita. Esta cooperación incluyó reuniones entre cada director del Mossad en las últimas tres décadas y sus homólogos sauditas, así como reuniones de alto nivel entre altos miembros de la realeza saudita y primeros ministros israelíes.
El anuncio del Mossad sobre la adquisición del archivo de Cohen se produjo poco después de una reunión sin precedentes en Arabia Saudita entre el presidente interino de Siria, al-Sharaa, y el presidente estadounidense Donald Trump.
Este momento puede indicar cómo se transfirieron finalmente los materiales, ya sea directamente o a través de intermediarios, con el archivo de Cohen teniendo un valor principalmente histórico para Israel y un profundo significado emocional para la viuda de Cohen, Nadia, y su familia.
A pesar de que numerosos operativos del Mossad y soldados de fuerzas especiales han sido asesinados o heridos en el cumplimiento del deber, Eli Cohen ocupa un lugar singular en la memoria colectiva de Israel. Hasta el día de hoy, es el único agente del Mossad cuya captura y ejecución la agencia ha reconocido oficialmente.