El senador centrista Rodrigo Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), y su compañero de fórmula, el exoficial de policía Edman Lara, asisten a una conferencia de prensa tras su victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Bolivia, el domingo, en La Paz, Bolivia, el 20 de octubre de 2025. (REUTERS/Claudia Morales)

El distanciamiento entre el presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz, y su vicepresidente electo, Edman Lara, ha cobrado notoriedad tras los recientes resultados electorales. “Ya no contesta las llamadas”, aseguró Lara sobre el comportamiento de su compañero de fórmula, exponiendo una creciente tensión en la cúpula que liderará el país, según informó El Deber.

Lara se expresó este domingo a través de una transmisión en TikTok, red social que fue el trampolín de su popularidad: “Antes hablábamos seguido, ahora es difícil hablar con Rodrigo Paz, ya no contesta las llamadas, ya no responde los mensajes, no sé qué está pasando, quiero pensar que está ocupado”, declaró el vicepresidente electo, recalcando el cambio en la comunicación entre ambos desde que se conocieron los resultados de la segunda vuelta electoral, celebrada la semana pasada.

Dirigiéndose directamente a Paz, el antiguo policía —conocido en las redes como “capitán Lara”— instó a su compañero a “no olvidar” que su triunfo no fue individual, sino un logro del binomio respaldado por la ciudadanía. Además, enfatizó públicamente su inquietud por las posibles consecuencias del poder en la figura presidencial, señalando: “Yo lo único que le pido a Dios es que ilumine la mente y el corazón de Rodrigo Paz para que no se deje emborrachar de poder, para que no le encapsulen porque ahorita todo el mundo se le está acercando y ya es medio complicado hasta hablar con él”.

Edman Lara, vicepresidente electo. (REUTERS/Claudia Morales)

En sus declaraciones, también recordó su propio compromiso con la transparencia y la integridad política, reiterando: “No va a defraudar a esa gente” que confió en él y advirtiendo que “no va a permitir que ningún funcionario, ningún ministro le robe a esta patria”. Su origen como capitán de policía, del que fue expulsado tras denunciar presuntos casos de corrupción entre sus superiores, cimentó parte de su imagen en la opinión pública.

El binomio Paz-Lara, que se presentó bajo las siglas del Partido Demócrata Cristiano, se impuso tanto en la primera como en la segunda vuelta electoral, logrando en esta última un 54,96 por ciento de los votos y superando al expresidente Jorge Tuto Quiroga. Para diversos analistas, el éxito de la fórmula reside en la conjunción entre la figura tradicional y familiar de Paz y la irrupción de Lara como representante de los ciudadanos comunes, impulsado por su presencia en plataformas digitales y su discurso anticorrupción.

Rodrigo Paz y Edman Lara saludan a sus seguidores tras el debate previo a la segunda vuelta electoral del 19 de octubre, en La Paz, Bolivia, el 12 de octubre de 2025. (REUTERS/Claudia Morales)

Durante la campaña, fue acusado de agredir verbalmente a periodistas y de mantener tensiones con Paz. En un mitin, frente a sus militantes lanzó una advertencia: “Yo voy a estar con ustedes y soy la garantía, yo no voy a permitir que ningún mentiroso quiera usurpar al pueblo, yo les he dicho, yo soy la garantía y si Rodrigo Paz no cumple yo lo enfrento, yo no voy a engañar a la gente”, marcando desde ese entonces distancia de su aliado político. Además, no descartó retirar su apoyo en caso de no estar de acuerdo con las alianzas establecidas.

El “capitán” prometió impulsar reformas estructurales para combatir la corrupción, junto con políticas sociales concretas: créditos accesibles para jóvenes emprendedores, incentivos tributarios para fomentar la formalización de negocios y un bono de jubilación de 300 dólares. Ahora, convertido en vicepresidente electo, Lara enfrenta el desafío de transformar su carácter combativo en una capacidad efectiva de gestión.

(Con información de Europa Press)