El vicepresidente de Bolivia, Edmand Lara, instó este miércoles al presidente Rodrigo Paz a dejar atrás los desencuentros surgidos en las primeras semanas de Gobierno y a retomar el trabajo conjunto. El llamado llegó horas después de que el propio Lara declarara en TikTok que ya no se consideraba integrante del Ejecutivo, en un episodio que intensificó la atención sobre la relación entre ambos dirigentes.
Lara hizo su apelación a la unidad durante un acto con dos organizaciones indígenas del departamento de Oruro, que le expresaron su apoyo y le entregaron un bastón de mando simbólico. El vicepresidente afirmó que “la patria es más grande que nuestras discrepancias” y sostuvo que el momento político “no admite distancias”, en referencia a las recientes tensiones con Paz, según informó EFE desde La Paz.
Los roces entre ambos se remontan a la campaña electoral y se hicieron visibles poco después de la investidura. Uno de los puntos de fricción ha sido la creación del Viceministerio de Coordinación Legislativa, una instancia que, a juicio de Lara, resta atribuciones a la figura del vicepresidente, históricamente encargada de presidir la Asamblea Legislativa Plurinacional y de facilitar acuerdos parlamentarios.
Otra controversia surgió tras el cierre del Ministerio de Justicia y la destitución de su titular, Freddy Vidovic, propuesto por Lara. La decisión se tomó después de que se confirmara que el ministro tenía una condena previa de tres años de prisión, un antecedente que generó críticas públicas y llevó al Ejecutivo a removerlo de inmediato.

La tensión escaló cuando Lara recurrió a TikTok para expresar sus desacuerdos. Desde esa plataforma, que considera su canal directo con la ciudadanía, difundió críticas sobre decisiones gubernamentales, nombramientos y promesas que, a su juicio, no se habían cumplido. En uno de esos mensajes, afirmó que no participaría en las decisiones del Ejecutivo si el empresario Samuel Doria Medina “seguía controlando” al presidente.
En el acto de este miércoles, Lara recibió un fuerte respaldo de la nación indígena Jatun Killaka Asanajaqi Jakisa y de la Federación Sindical Originaria Regional Caracollo. Antes de la entrega del bastón de mando, se realizó una ceremonia tradicional en honor a la Pachamama, en la que el vicepresidente participó con ofrendas de coca y alcohol. Durante la ceremonia, el dirigente indígena Virgilio Mamani expresó apoyo al vicepresidente y destacó su origen rural, de acuerdo con lo informado por la agencia EFE.
Las organizaciones que lo respaldaron también insistieron en la necesidad de un acuerdo político regional de cara a las elecciones subnacionales previstas para el 22 de marzo, en las que se elegirán gobernadores, alcaldes y otras autoridades locales. Ese punto revela que la disputa interna no solo tiene un componente institucional, sino también un trasfondo de poder territorial.
Lara reafirmó ante las comunidades su compromiso con la unidad nacional y destacó la importancia de tender puentes entre “la Bolivia blanca y la Bolivia mestiza, popular e indígena”. También defendió la continuidad del Estado Plurinacional, denominación vigente desde la Constitución de 2009, y advirtió que no aceptará intentos de modificarlo.
El episodio agrega presión sobre un Gobierno que aún no completa su primer mes y que enfrenta una oposición fragmentada pero activa. Las tensiones internas, expuestas de manera inusual en redes sociales, abren interrogantes sobre la cohesión del Ejecutivo y el rumbo de una administración que prometió estabilidad tras las últimas crisis políticas del país.