Pocas cifras logran captar la dimensión de un cambio profundo en una región. En el Valle del Cauca, un porcentaje se ha convertido en motivo de conversación: en 2024, el departamento se consolidó como el segundo con menor pobreza multidimensional de Colombia.
En 2015, el 15.7% de los habitantes del Valle vivían en condiciones de pobreza multidimensional. Esta situación no solo implicaba limitaciones en el ingreso familiar, sino que abarcaba la falta de agua potable, obstáculos en el acceso a servicios de salud y desafíos en educación y condiciones de la vivienda, según datos de la Gobernación del Valle del Cauca.
Diez años después, el índice descendió hasta el 6.2%, un porcentaje considerablemente inferior al promedio nacional, que se ubica en 11.5%, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Este descenso representa a más de 400.000 familias que han superado esta condición. “Más que cifras, son familias: detrás de cada punto porcentual reducido, hay historias de oportunidades”, señala Dilian Francisca Toro, gobernadora del Valle del Cauca.
¿Qué significa pobreza multidimensional (IPM)?
El IPM mide carencias simultáneas en áreas clave como salud, educación, empleo, vivienda y acceso a servicios. No basta con considerar el ingreso: una persona puede tener un empleo y, aun así, carecer de agua potable, electricidad o acceso a la educación para sus hijos.
De acuerdo con el DANE, en Colombia, el IPM se compone de cinco dimensiones y quince indicadores; cuando un hogar acumula privaciones en al menos un tercio de esos indicadores, se considera pobre en términos multidimensionales.
Valle del Cauca reduce la pobreza multidimensional
En ese contexto, la estrategia aplicada en el Valle del Cauca se basó en la identificación precisa de las variables que integran el índice y en la focalización de recursos para abordarlas. Así lo explica Adrián Zamora, director de la Corporación para el Desarrollo del Valle del Cauca, Corpovalle: “Para lograrlo, se analizó el índice de pobreza multidimensional, se identificaron las variables que lo componen y dentro de los planes de desarrollo se incluyeron presupuestos y acciones dirigidas a enfrentar cada una de esas variables”.
Proyectos en el Valle del Cauca
El Plan Departamental de Aguas es uno de los proyectos que han marcado la diferencia. Con una inversión superior a 341.000 millones de pesos, cerca de dos millones de habitantes cuentan ahora con agua potable y servicios de saneamiento. Municipios como Yumbo y Buga destacan por la construcción de nuevas Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), lo que se traduce en mejores condiciones de vida para la población.
Por otra parte, el acceso a la salud ha registrado un avance significativo: la dificultad para acceder a servicios sanitarios se redujo en un 82.4%.
“Imaginen un hogar donde ir al médico era una odisea. Hoy, esa barrera prácticamente ha desaparecido. La inversión en la red de salud pública logró una reducción en la dificultad de acceso a servicios sanitarios. Eso no es una estadística; es la tranquilidad de saber que cuando un hijo se enferma, hay un centro de salud listo para atenderlo”, comenta Zamora.
En educación, se instalaron 672 Centros Digitales en zonas rurales, lo que permitió acceso a internet gratuito en más de 661 sedes educativas y comunidades apartadas. De acuerdo con la Gobernación, esta conectividad contribuyó a la reducción del trabajo infantil en un 77.3% y a una mejora del logro educativo cercana al 20%.
Los resultados de este proceso se reflejan en la vida diaria: agricultores con acceso a crédito y tecnología, madres que acompañan a sus hijos en el trayecto escolar y jóvenes que estudian en instituciones públicas conectadas al mundo digital.
En Valle del Cauca, tanto los datos como las experiencias individuales evidencian una región en transformación y con una tendencia sostenida a la reducción de brechas sociales.