La práctica constante del truco del ascensor mejora su efectividad como parte de la rutina nocturna (iStock)

Dormir bien representa un desafío frecuente para millones de personas. A pesar del acceso a terapias, aplicaciones de relajación y hábitos saludables, muchos continúan enfrentando dificultades al momento de intentar conciliar el sueño. En ese contexto, algunas técnicas alternativas vuelven a captar la atención de especialistas en salud mental.

Entre las propuestas recientes, se encuentra el denominado “truco del ascensor”, una herramienta de visualización promovida por el psicólogo estadounidense Jeffrey Bernstein. Su objetivo es facilitar la transición del estado de vigilia al sueño mediante un ejercicio mental simple que no requiere recursos externos.

Bernstein explicó el método en una entrevista con la revista GQ, donde detalló los beneficios que este tipo de prácticas pueden aportar a quienes presentan insomnio leve o dificultades ocasionales para dormir.

Especialistas destacan que la visualización mental fomenta la autonomía en el proceso de descanso (Freepik)

La técnica consiste en cerrar los ojos e imaginarse dentro de un ascensor. En esa visualización, la persona observa cómo se cierran las puertas del elevador y comienza un descenso lento; cada piso que se atraviesa representa una etapa hacia un estado de relajación más profundo.

Según el psicólogo, este ejercicio permite al cuerpo entrar gradualmente en un ritmo más calmo, similar al que se experimenta durante los primeros minutos del sueño.

Los beneficios de la técnica de Bernstein

Bernstein sostiene que este descenso simbólico guarda relación con los procesos fisiológicos que ocurren cuando el sistema nervioso reduce su nivel de actividad. El ritmo cardíaco baja, los músculos se aflojan y las ondas cerebrales comienzan a alejarse del estado de alerta.

Al dirigir la atención hacia una imagen concreta, el cerebro desvía el foco de las preocupaciones cotidianas, lo que facilita un entorno mental propicio para dormir.

El ejercicio admite una frase complementaria que puede reforzar su eficacia. Mientras la mente sigue el recorrido del ascensor, se puede repetir internamente: “Cualquier pensamiento que estuviera dando vueltas en mi mente puede esperar a mañana”. Esa afirmación cumple un rol de contención frente a las rumiaciones o inquietudes que interrumpen el descanso nocturno.

La práctica constante del truco del ascensor mejora su efectividad como parte de la rutina nocturna (Freepik)

De acuerdo con Bernstein, las personas que incorporan la frase logran establecer una distancia temporal con sus preocupaciones, lo que les permite postergar las demandas mentales sin necesidad de reprimirlas.

La utilidad de los ejercicios de visualización

La propuesta no sustituye un tratamiento clínico ni reemplaza la consulta médica en casos de insomnio crónico o trastornos del sueño diagnosticados. Sin embargo, ofrece una herramienta accesible que puede incorporarse a la rutina nocturna sin necesidad de dispositivos electrónicos, suplementos ni condiciones especiales. Puede practicarse en la cama, en una habitación tranquila y con las luces apagadas, como parte de una preparación para el descanso.

Los especialistas que trabajan con terapias de relajación destacan la utilidad de los ejercicios de visualización como este. A diferencia de los estímulos externos, que pueden generar dependencia o perder efectividad con el tiempo, las imágenes mentales desarrollan un recurso interno. Esto permite mayor autonomía y control sobre el propio proceso de descanso.

Además, el enfoque progresivo del “truco del ascensor” favorece una sensación de descenso paulatino, en contraposición a las estrategias que exigen distracción o desconexión abrupta del entorno.

Bernstein recomienda practicar la técnica de forma constante, cada noche, hasta adquirir familiaridad con el proceso. La repetición permite que el cuerpo reconozca los pasos como parte de un ritual, lo que aumenta la eficacia de la herramienta con el tiempo. La técnica no depende de la sugestión sino de una secuencia que puede adaptarse a distintas personas y situaciones.

Frente al aumento de trastornos del sueño en contextos de estrés prolongado, herramientas como esta se presentan como alternativas válidas dentro de una rutina nocturna saludable. El “truco del ascensor” no promete soluciones milagrosas, pero ofrece un camino concreto para quienes buscan un modo de calmar la mente antes de dormir.