
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Brasil formalizó cargos contra Eduardo Bolsonaro, hijo del ex presidente Jair Bolsonaro, por presuntamente obstaculizar desde el extranjero la causa judicial por intento de golpe de Estado en la que está implicado su padre, quien comenzó a cumplir una condena de más de 27 años de prisión esta semana tras agotar las instancias de apelación.
La decisión judicial responde a una acusación presentada por la Fiscalía, que vincula al diputado federal por San Pablo y al bloguero Paulo Figueiredo con acciones desde Estados Unidos orientadas a desacreditar a las instituciones brasileñas y al juez Alexandre de Moraes, instructor del caso, con el objetivo de favorecer al ex presidente.
En agosto, como resultado de estas acciones, el juez decretó arresto domiciliario para Jair Bolsonaro, medida que precedió a su sentencia por intento de golpe de Estado. La acusación señala además que Eduardo Bolsonaro promovió, según sus propias declaraciones, la aplicación de sanciones estadounidenses contra funcionarios brasileños, incluido De Moraes.
El magistrado sostuvo que estas acciones buscaban generar un ambiente de intimidación dirigido a quienes tienen la responsabilidad de juzgar tanto a Jair Bolsonaro como a los involucrados en el caso relacionado con el intento de golpe de Estado.

A pesar de los supuestos esfuerzos del hijo contra el TSJ, Jair Bolsonaro se convirtió en el cuarto ex mandatario brasileño en ser encarcelado tras el retorno a la democracia en 1985. Previamente, también fueron privados de libertad Luiz Inácio Lula da Silva, quien ocupó la presidencia entre 2003 y 2010 y nuevamente desde 2023, y Fernando Collor de Mello, quien gobernó de 1990 a 1992, ambos involucrados en procesos por corrupción.
Junto a Bolsonaro, otros siete sentenciados, entre ellos ex jefes militares y ex ministros de su administración, ingresaron en prisión tras la decisión del Supremo Tribunal Federal. El ex mandatario empezó a cumplir su condena en instalaciones de la Policía Federal, adonde fue trasladado el pasado sábado. Hasta ese momento, permanecía bajo arresto domiciliario tras incumplir varias medidas cautelares y haber intentado manipular su tobillera electrónica.
La reacción de Lula da Silva a la condena contra Bolsonaro
Por su parte, el actual presidente de Brasil calificó la ejecución de la sentencia a 27 años de prisión contra su antecesor como “una lección de democracia para el mundo”.
En su primera declaración pública sobre el caso, Lula aseguró que la confirmación de la condena representa un avance significativo para la democracia brasileña. Desde esta perspectiva, subrayó que la Justicia actuó con independencia frente a presiones externas y calificó el proceso como riguroso.
Lula remarcó que las acusaciones presentadas en el proceso provinieron de integrantes del propio grupo implicado en la tentativa de golpe, y no de la oposición política.
Frente a los hechos, mencionó que, por primera vez en la historia del país, un ex presidente y altos cargos militares cumplen prisión por intentar alterar el orden democrático, lo que, según afirmó, evidencia que las leyes y la democracia se aplican de manera igualitaria.
El mandatario expresó satisfacción no por las condenas, sino porque considera que Brasil demostró madurez institucional al preservar el Estado de derecho.
(Con información de Europa Press y EFE)