El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia dio este jueves ‘luz verde’ a la candidatura del presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, a las elecciones presidenciales del país latinoamericano, que se celebrarán el 17 de agosto.
El tribunal emitió un total de tres resoluciones sobre el proceso electoral, de las cuales dos de ellas favorecen a la candidatura de Rodríguez, mientras que una tercera volvió a bloquear el objetivo político del ex presidente Evo Morales, según informó el diario El Deber.
Rodríguez será así el candidato presidencial de Alianza Popular, como parte del partido político boliviano de centroizquierda Movimiento Tercer Sistema (MTS), después de que el tribunal aplazara hasta en dos ocasiones los juicios sobre la validez legal para los comicios.
Andrónico Rodríguez ha emergido como uno de los rostros más visibles de una nueva generación de líderes en Bolivia, encarnando tanto el relevo político como la continuidad del movimiento popular que marcó las últimas décadas. Ampliamente visto como el heredero natural de Evo Morales, su ascenso como presidente del Senado consolidó su perfil nacional, y las encuestas más recientes lo ubican como el principal contendiente para las elecciones del 17 de agosto. Para algunos analistas, su triunfo en elecciones podría representar un punto de inflexión: el retiro definitivo de figuras históricas de la izquierda boliviana.
Este protagonismo creciente ha convertido a Rodríguez en un bien codiciado dentro del ajedrez político nacional. Diversos actores de poder, conscientes de su capital simbólico y electoral, intentan capitalizar su imagen y su legitimidad para mantenerse relevantes en una escena política en transformación.
Con 36 años, Andrónico Rodríguez combina el arraigo en las bases cocaleras con una formación académica que le ha permitido proyectarse políticamente. Su figura comenzó a consolidarse a nivel nacional en 2019, en medio del vacío de liderazgo que dejó la abrupta salida de Evo Morales. En ese momento crítico, Rodríguez se erigió como una voz central de la resistencia frente al Gobierno interino de Jeanine Áñez, posicionándose como un referente dentro del bloque popular.
Seis años después, el ciclo parece repetirse. En un contexto marcado por el desgaste del Movimiento Al Socialismo (MAS), sumido en una pugna interna entre Morales y el actual presidente Luis Arce, Rodríguez vuelve a ocupar un lugar clave. Esta vez, sin embargo, el vacío de poder en la izquierda boliviana podría llevarlo no solo a representar la resistencia, sino a asumir directamente el liderazgo presidencial.
Rodríguez nació en 1988 en la localidad de Sacaba, en el departamento de Cochabamba, en un hogar de productores agrícolas en el que sus padres participaban activamente en el movimiento sindical del trópico cocalero. Desde niño acompañaba a su padre a las reuniones con los campesinos y pronto se dio cuenta de la necesidad de tener educación formal. “A mi padre le faltaba un poco de conocimiento y pensé que debía superar eso. Debo leer, debo estudiar y ver cómo colaborar con mi comunidad con mayor sabiduría académica”, manifestó en una entrevista.
En su juventud, Rodríguez alternó la política con la cultura popular y el entretenimiento: conducía un modesto programa de radio donde sonaba reguetón, mientras comenzaba a involucrarse paulatinamente en las actividades sindicales de su entorno familiar. Tras completar la escuela secundaria, se trasladó a la ciudad de Cochabamba para estudiar Ciencias Políticas en la universidad pública, un espacio donde la influencia del movimiento cocalero también se hacía sentir, especialmente en los centros estudiantiles.
Su ascenso dentro del entramado sindical fue rápido. A los 24 años fue elegido presidente de las juntas universitarias de las Seis Federaciones Cocaleras del Trópico, y cuatro años después asumió la vicepresidencia de las propias federaciones, consolidándose como la figura más prominente después de Evo Morales en el bastión político y social del movimiento cocalero.
El salto a la escena nacional ocurrió en marzo de 2019, cuando Morales lo mencionó públicamente como uno de los jóvenes con las credenciales necesarias para liderar el proyecto político del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el futuro. Apenas diez días después, “Andrónico” —como se lo conoce ampliamente en Bolivia— hizo su debut en horario estelar en una de las principales cadenas de televisión del país, en una entrevista en la que fue presentado, sin matices, como “el heredero” del exmandatario.
El legislador de 36 años dijo recientemente en un video publicado en sus redes sociales que tomó la decisión de competir por la Presidencia luego de valorar la “corrupción” en el Gobierno, el “golpe moral” de la inhabilitación de Morales y después de recibir el apoyo de más de un centenar de organizaciones sociales.
(Con información de Europa Press)