Amanda nació en el mes de enero y las redes de Macarena se convirtieron en un diario de su crecimiento (Foto: Instagram)

Amanda flota sobre los brazos de su padre, suspendida entre la risa y la luz. No hay artificios: solo una bebé de mejillas rosadas y ojos vivos, vestida con un enterito claro, lanzada al cielo íntimo de su casa. Y él, Federico Hoppe, recostado boca arriba, la sostiene con fuerza serena. La imagen es breve, pero late.

Desde el otro lado de la escena, Macarena Rinaldi observa. Pero no solo eso: siente, piensa, escribe. “Estoy enamorada de esta etapa de la vida. De esta aventura de cuidar y criar a Amanda, de lo que somos capaces de hacer juntos”, confiesa en una historia de Instagram. Y lo que sigue es una declaración honda, íntima, dulce, que desarma toda pretensión y habla desde la verdad que solo conocen quienes han tocado con la piel la fragilidad de un recién nacido.

A veces la veo parecida a Fede, a veces parecida a mí, pero es ELLA, única”, dice. Esa frase resume una revelación universal: los hijos llegan como espejos, pero acaban siendo misterios. No se parecen a nadie, y, sin embargo, nos contienen a todos. La imagen, que etiquetó también al histórico productor de Marcelo Tinelli, muestra un interior blanco, de líneas limpias, con luz que entra por persianas como un susurro. No hay colores estridentes, ni poses forzadas. Todo es real y Amanda sonríe con total libertad.

Macarena agrega: “De lo gratificante que puede ser correrse un poco para brindar ese amor de mamá que tenía latente”. Es una frase sencilla pero cargada de sentido. Criar no es solo cuidar: es también dejar de ser solo una, para volverse refugio. “Todo pasa, todo cambia, todo se mueve”. Es cierto. La infancia no se detiene. Por eso ella concluye con una sentencia que suena a plegaria: “Disfrutar, estar… porque las etapas son solo una vez”.

Desde que la pequeña llegó al mundo, las redes sociales de la bailarina se convirtieron en un diario íntimo de su faceta como madre. “Un pedacito de la canción que invente para ella”, escribió Rinaldi para presentar el video. En las imágenes se la ve a la bailarina sosteniendo a su hija con un brazo, mientras filmaba con su celular con el otro. En ese contexto, se escucha cómo Macarena le canta a Amanda: “Y me trepo en sus cachetes, que son como las nubes. Y desde allí me lanzo por su espalda en tobogán”.

Luego, la joven continuó con las demás estrofas, al tiempo que la bebé seguía sus pasos y su voz: “La invitó a bailar inventando pasitos, sus piernas y bracitos se mueven sin parar. Y pedimos deseos mirando a las estrellas para que siempre tenga amor y felicidad”. La tierna y dulce escena generó todo tipo de comentarios positivos por parte de sus seguidores, quienes destacaron su creatividad y el amor que siente por la pequeña.

Tal es la felicidad que están transitando en esta nueva etapa de su vida, que, a semanas de ser mamá, Macarena cumplió años y la reflexión que hizo por sus 38 años de vida estuvo ligada a la pequeña Amanda. “Los 38 empezaron dulces”, escribió Maca para acompañar una postal del desayuno con el que comenzó el día. Pero la frase bien puede referenciar a una idea que sobrevoló durante toda la celebración y a la ternura que envolvió a la beba en todo momento, quien se terminó convirtiendo involuntariamente en la protagonista de la velada.

A la hora de las formalidades, la familia eligió un festejo íntimo, con la compañía de Ángel y Laura, los padres de la bailarina. La foto que queda para el recuerdo es de esas tantas que valen más que mil palabras, con esa sonrisa calma y espontánea que sintetiza lo más parecido a la felicidad. Además, como muestra del nuevo estado de situación, la cumpleañera se permitió una broma. Subió una foto junto a Fede y a Amanda antes de soplar las velitas. “Empieza el desafío de lograr una foto en la que los tres tengamos los ojos abiertos, que miremos a cámara y que Amanda no llore. Feliz cumple a mí”, rubricó con ironía, graficando lo que transmitía la postal.