El viernes por la noche, Majo Riera, la mamá de Lali Espósito, debutó como autora con la presentación de Fue un buen verano, un libro que narra en primera persona el proceso de enfrentarse a un diagnóstico de cáncer y la red de amor y apoyo que la ayudó a atravesar ese momento. La presentación se vivió como un encuentro cálido entre familiares, amigas, seguidores y colegas, y fue acompañada de mensajes emotivos tanto en el evento como en el mundo digital.

Lali no dudó en sumarse a la celebración y expresó su orgullo con palabras llenas de ternura: “Mi madre sacó un libro hermoso. Te felicito. Te admiro y te agradezco todo mamita mía”. En un video compartido en redes sociales, la cantante y actriz le pidió a su madre que dejara su sello en un ejemplar: “Discúlpame, ¿me firmás tu libro? Fue un buen verano, es un best seller. Para Lali. Poneme algo lindo, mirá qué famosa esta escritora, qué famosa esta escritora…”. La alegría del momento se multiplicó cuando Majo, emocionada, replicó el video en sus propios perfiles con un sincero “Te amo”.

La editorial encargada del lanzamiento del libro le dedicó en su sitio web un texto que captura la esencia de la obra y su mensaje transformador. “¿Puede un giro inesperado de la vida convertirse en la llave de la escritura?”, comienza la sinopsis, y define la obra como “un desafío al tiempo y un homenaje ineludible al linaje femenino”. Según la editorial, Riera redescubre que su historia personal “es un mapa colectivo” y que, detrás de su fortaleza, están todas las mujeres que la acompañaron. Palabras textuales del libro resumen la vivencia: “Mis amigas organizaron una pijamada que duró todo el verano. Ellas nunca dejaron, ni por un instante, de pensar que todo iba a estar bien y yo les creí. El dolor se transforma en un acto de conciencia y agradecimiento, donde las amigas se convierten en el centro del home office del amor y la amistad incondicional es la terapia”.

Lali estuvo presente en la presentación del libro de su mamá y le dedicó unas tiernas palabrsa en redes

De esta manera, Fue un buen verano se convierte en una invitación a restablecer el valor esencial de los vínculos y a devolver, con gratitud, el amor incondicional recibido. El libro es, como lo sintetiza la editorial, “un texto para quienes descubren que la historia personal solo cobra sentido cuando se celebra el amor del otro”.

La publicación de Majo Riera, acompañada por el orgullo de Lali y celebrada en redes y librerías, es mucho más que un testimonio de resiliencia: es una carta de amor y gratitud al círculo íntimo, una lección de sororidad y fortaleza y una invitación a encontrar belleza y sentido incluso en las épocas más complejas de la vida.

En contadas ocasiones, Riera habló del diagnóstico que recibió en el año 2020. En octubre del año pasado, en vísperas del Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer de Mama, Majo reveló detalles de ese difícil proceso en el programa de streaming PLP (Luzu TV) conducido por su hija mayor, Anita Espósito, junto a Flor Jazmín Peña y La Joaqui.

María José, quien también forma parte del equipo de trabajo de Lali, habló de cómo afrontó el diagnóstico en medio de otro momento personal complejo: la separación de su esposo, con quien estuvo casada 35 años. “Hice todo lo que tenía que hacer, incluido raparme y perder todo mi pelo”, explicó, aunque dejó en claro que no buscaba dar un mensaje exhaustivo sobre lo que implica el tratamiento oncológico. “Lo que quiero decir es que le den bola al cuerpo y a las emociones”, agregó.

Riera recuerda que en una conversación por Zoom desde España, donde Lali estaba viviendo, les contó su decisión de separarse, y la cantante le ofreció su casa para que pudiera establecerse mientras superaba este proceso. “Fui con una cafetera, la computadora y los libros, nada más. Y en esa casa se armó un espacio donde se vinieron a vivir todas mis amigas conmigo y se turnaban para cuidarme”, explicó sobre aquellos años. La mujer también recordó que cuando tuvo que raparse, no sintió miradas de lástima, sino de orgullo y aceptación.

Finalmente, la flamante autora recordó un emotivo momento al final de su tratamiento en el Hospital Austral. Después de terminar sus sesiones de radioterapia, pidió sacarse una foto con una copa de fútbol que estaba en el hospital, como símbolo de su victoria personal. “Yo la veía siempre arriba del escritorio de la secretaria y pensaba que el día que termine mis sesiones le iba a pedir la copa”, explicó y siguió con el relato: “El día que terminé levanté la copa, me saqué la foto y se la mandé a mis hijos”. “Y todos respiramos”, agregó su hija, Anita, totalmente conmovida y orgullosa de su madre.