El Telescopio James Webb detecta por primera vez el despertar de agujeros negros dormidos en galaxias cubiertas de polvo (Archivo)

Por primera vez, astrónomos del MIT lograron observar cómo gigantescos agujeros negros que estaban inactivos despiertan al destruir estrellas cercanas, en un proceso que libera intensas cantidades de energía.

Este hito científico fue posible gracias a la sensibilidad infrarroja del Telescopio Espacial James Webb (JWST), que permite ver a través del polvo que oscurece muchas galaxias y acceder a secretos del universo antes invisibles. El hallazgo abre una ventana inédita al estudio del crecimiento de los agujeros negros y, con ello, a la comprensión de la evolución galáctica.

Tradicionalmente, la astrofísica sospechaba que muchos agujeros negros supermasivos, esos “gigantes dormidos” que habitan en el centro de las galaxias, podían ocultar actividad, pero la presencia de polvo hacía imposible observar sus señales con telescopios ópticos o de rayos X convencionales. Gracias al JWST y su visión infrarroja, ahora es posible detectar la energía producida cuando un agujero negro inactivo “despierta” y comienza a absorber materia estelar en galaxias antes invisibles para la ciencia.

¿Qué ocurre cuando una estrella se acerca a un agujero negro dormido?

Astrónomos del MIT observan cómo agujeros negros inactivos absorben materia estelar y liberan energía infrarroja (Europa Press)

El fenómeno clave observado recibe el nombre de evento de disrupción de marea (TDE). Sucede cuando una estrella se aproxima demasiado a un agujero negro: la inmensa gravedad la destruye y parte de su material es absorbido rápidamente, generando un destello de energía.

Hasta hace poco, los científicos solo podían captar estos destellos en galaxias poco polvorientas, ya que el polvo absorbía la luz visible y los rayos X donde suelen producirse las señales. El JWST cambió este paradigma: logró detectar TDEs ocultos en cuatro galaxias repletas de polvo, y entre ellas el más cercano registrado hasta hoy, en la galaxia NGC 7392, ubicada a unos 130 millones de años luz de la Tierra.

El análisis a través de señales infrarrojas reveló emisiones químicas y huellas dactilares únicas en el polvo caliente, que evidencian la destrucción de la estrella y el proceso complejo por el que el material cae en el agujero negro. Así, el JWST amplía el espectro de fenómenos observables y permite descubrir detalles antes inaccesibles para la ciencia.

Agujeros negros activos vs. dormidos: claves para entender su papel galáctico

Cuando una estrella se acerca demasiado a un agujero negro, no desaparece sin dejar rastro, deja una firma luminosa que hoy la ciencia comienza a descifrar.
(Imagen Ilustrativa Infobae)

El estudio muestra que los TDEs detectados no suceden en agujeros negros activos, aquellos que devoran material de manera constante y forman potentes núcleos galácticos, conocidos como AGN (Núcleos Galácticos Activos).

En realidad, los eventos ocurren en agujeros negros inactivos o “dormidos”, que solo despiertan cuando una estrella errante se acerca lo suficiente y es destruida.

Mapas detallados obtenidos con el JWST permitieron visualizar la distribución del polvo y la energía liberada en estos casos, identificando diferencias importantes respecto a ambientes galácticos activos.

Estos datos ofrecen nuevas pistas sobre cómo los agujeros negros “dormidos” pueden crecer y transformar su entorno de manera repentina y puntual, impactando en la evolución de las galaxias y en el ciclo de vida estelar a lo largo del universo.

Impacto para la evolución de las galaxias y el futuro de la astronomía

El hallazgo permite estudiar el crecimiento de agujeros negros y su impacto en la evolución galáctica (NOIRLAB/NSF/AURA/J. DASILVA/M. ZAMANI)

Una de las revelaciones más importantes de este hallazgo es que los TDEs son mucho más frecuentes de lo que se creía. Durante años, los astrónomos subestimaron el número de estos sucesos simplemente porque el polvo bloqueaba señales que no podían detectarse con tecnología anterior.

Sin embargo, el polvo, lejos de ser únicamente un obstáculo, actúa como un “espejo” que, al calentarse con la energía liberada en estos eventos, reemite esa energía en el espectro infrarrojo, donde el JWST tiene su mayor sensibilidad.

Así, los expertos pueden medir el crecimiento de los agujeros negros y calcular el impacto real que estos “despertares” tienen sobre la galaxia. Observar cómo estos acontecimientos afectan la estructura galáctica ayudará a reescribir los modelos actuales sobre el origen y la vida de las galaxias, así como resolver el misterio de la “energía faltante” en estudios anteriores, que inquietaba a la comunidad científica.

Las próximas preguntas y el papel de los telescopios infrarrojos

Lo que antes se creía invisible, hoy revela patrones de energía y materia en los entornos más extremos del universo.
NASA/JPL-CALTECH

Gracias al JWST, los científicos pueden distinguir con precisión señales químicas, emisiones de silicato y el comportamiento del polvo implicado en los TDEs. Herramientas como el JWST y el telescopio infrarrojo NEOWISE serán clave para continuar la búsqueda de eventos ocultos en otras galaxias. Analizar más TDEs permitirá a los expertos comprender mejor cómo evoluciona el entorno de los agujeros negros tras cada destrucción estelar y fortalecer los modelos científicos sobre la vida y el crecimiento de estos objetos extremos.

Esta investigación, apoyada por proyectos de la NASA, el MIT y publicada en revistas especializadas como Nature, marca un hito en la manera en que la humanidad observa el cosmos.

La capacidad de ver energía oculta, la distinción entre agujeros negros activos e inactivos y la posibilidad de ver a través del polvo galáctico abren caminos novedosos para la astronomía y el conocimiento sobre el origen y destino de las galaxias.

Este avance refuerza el poder de la ciencia para revelar los misterios más profundos del cosmos y demuestra cómo, con nuevas herramientas, la humanidad sigue ampliando los horizontes de lo conocido.