El supertifón Ragasa deja al menos tres muertos, miles de evacuados y daños graves en Filipinas mientras avanza hacia China (John Dimain / AFP)

Al menos tres personas murieron y nueve resultaron heridas en las últimas horas en Filipinas debido al impacto del supertifón Ragasa, considerada la tormenta más fuerte registrada en lo que va del año en la región. Además, cinco personas continúan desaparecidas tras el paso del ciclón, que tocó tierra el lunes en el norte del archipiélago y obligó a las autoridades locales a desplegar amplios dispositivos de evacuación y emergencia.

El Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres notificó que 17.562 habitantes tuvieron que abandonar sus hogares como medida preventiva. Ragasa provocó extensas inundaciones, deslizamientos de tierra y severos daños a la infraestructura en localidades del norte filipino, especialmente en la provincia de Cagayan, donde se reportaron los primeros efectos críticos.

Según los reportes oficiales, el supertifón llegó acompañado de vientos sostenidos de 215 kilómetros por hora y ráfagas que superaron los 265 km/h. La Agencia Meteorológica de Filipinas (PAGASA) informó este martes que, si bien Ragasa había perdido algo de intensidad, mantenía vientos considerables, con máximas de hasta 230 km/h, lo que seguía representando una amenaza para las zonas por las que transitaba. En ese contexto, las autoridades implementaron la suspensión de clases presenciales por segundo día consecutivo en decenas de provincias aún afectadas por lluvias intensas y riesgos de nuevos deslaves.

El fenómeno meteorológico también obligó a la evacuación de residentes en otras áreas del sudeste asiático. Las autoridades de Taiwán activaron la alerta y desplazaron a más de 7.600 personas de regiones en peligro.

El tifón Ragasa ha generado lluvias intensas y vientos que representan una seria amenaza para la seguridad de la población; trabajamos para minimizar el impacto”, indicaron voceros de emergencias taiwaneses.

A medida que Ragasa se desplazaba este martes hacia el sur de China, las autoridades de la ciudad de Shenzhen organizaron una evacuación preventiva de 400.000 personas en áreas identificadas como de alto riesgo. Adicionalmente, se suspendieron todos los servicios ferroviarios y aéreos en la zona metropolitana, junto con la interrupción de las clases en el distrito. Los especialistas informaron que el sistema mantiene vientos sostenidos de hasta 260 km/h y lluvias que podrían acumular hasta 300 milímetros, cifras que han activado los más altos niveles de alerta y coordinación de emergencias en la región. Las predicciones apuntan a que podría tratarse del tifón más destructivo para la ciudad desde 2018.

Los impactos de Ragasa reviven la memoria reciente de fuertes desastres naturales en el sudeste asiático. En 2023, seis tormentas tropicales consecutivas azotaron Filipinas en menos de un mes, con un saldo oficial mínimo de 164 víctimas mortales y más de 10 millones de afectados. La cadena de ciclones llevó a la evacuación de más de 650.000 habitantes de zonas vulnerables, según documentación oficial.

La trayectoria de Ragasa coincide con la temporada de lluvias del archipiélago, que se extiende desde junio hasta noviembre o diciembre y en la que Filipinas suele enfrentar alrededor de veinte tifones o tormentas tropicales cada año. El paso del supertifón se produjo en un momento de especial tensión en el país, donde las movilizaciones sociales se intensificaron tras denuncias de corrupción relacionadas con proyectos millonarios para el control de inundaciones. Varias de estas obras habían sido anunciadas como concluidas por las autoridades, pero investigaciones recientes revelaron que se encontraban inacabadas o presentaban fallos significativos de construcción.

Mientras la tormenta continúa su ruta hacia el continente asiático, los equipos de emergencia en Filipinas y China mantienen operativos de búsqueda, asistencia humanitaria y monitoreo del clima. Las autoridades insisten en que la población permanezca alerta ante las recomendaciones oficiales y que priorice su seguridad para reducir el número de afectados y evitar nuevas tragedias en la primera línea del avance de Ragasa.

(Con información de EFE)