El pleno del Senado durante una sesión realizada el corriente año (Fotos: Gustavo Gavotti)

La sugestiva jugada del kirchnerismo senatorial del martes último, cuando firmó en disidencia el dictamen para reglamentar con mayor estrictez los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), sembró un manto de dudas en la oposición “dialoguista” de cara a la renovación del 10 de diciembre próximo. El cristinismo, que volvió a impregnarse de cierta témpera peronista y ahora apuesta al histórico pragmatismo, abrió una ligera ventana de negociación a futuro con la Casa Rosada, que debe definir cuál será su política de acuerdos y tendrá que resolver, ya inflada en volumen parlamentario, cómo lidiar con la discusión trascendental del Presupuesto 2026 y con la nueva dilación sobre la Corte Suprema y el festín de pliegos judiciales, con globos de ensayo mágicos lanzados para confundir.

El duro traspié en los comicios nacionales aflojó aún más el celoso secretismo con el que suele manejarse el interbloque kirchnerista, que comanda el formoseño José Mayans. El intercambio de esta semana con varios consultados por Infobae dejó un panorama más que juguetón. Por caso, desde un encumbrado despacho señalaron: “Siempre estaremos en contra de su plan económico, pero -Javier- Milei no colonizó la justicia ni metió preso a nadie. No se enfoca en los juicios vigentes. Y, por momentos, habla nuestro idioma. Si pactamos, cumpliremos. Los otros demostraron no ser confiables. Es cierto que pasaremos de 34 a 28, pero para la Corte nos van a necesitar, siempre y cuando no se escapen traidores. Lo del DNU no es tan grave y creo iría al recinto el 19 o 20 de noviembre. Total, lo van a vetar. De hecho, ni siquiera lo empujamos primero, más allá de habernos plegado a los radicales y peronistas anti K. También me gustaría ver cómo sale el Presupuesto 2026, si es que ello ocurre. Los gobernadores no son tontos”. Resumen: éstos necesitan oír la frase celestial “la tuya está” a casi dos años de ajuste. Gloria y loor al eterno bolsillo del payaso, es decir, el de los contribuyentes.

Sí causó mucha gracia, en la Cámara alta, la proyección inicial que hizo el Ejecutivo para el Congreso en las eventuales sesiones extraordinarias de diciembre. Un experimentado legislador confió: “No sorprende que pocos se hayan dado cuenta que el dictamen de Presupuesto 2026 en Diputados caerá con el cierre de ordinarias. Ya nadie lee el reglamento. Entonces, que alguien explique cómo van a hacer para firmar despacho allá, aprobarlo y darle 15 días al Senado para el trámite correspondiente antes que termine el año. El desconocimiento y la venta de humo que se consume sin freno es monumental. Sólo resta que se diga que brindaremos el 31 con la reforma laboral”.

El jefe del kirchnerismo en la Cámara alta, José Mayans

En cuanto al último tema, un peronista que ganó en su provincia lanzó ante este medio una realidad desoladora para la oposición: “Cada vez que vuelvo, trato de tantear el clima en diversas localidades. Lo único que registro son intendentes que se piensan genios de la política y exponen sobre derechos de los trabajadores con camionetas de 30.000 dólares. ¿De qué me hablan? Si la economía informal es del 40% desde las administraciones kirchneristas. ¡Discutimos sobre derechos que ya no existen más para un grupo inmenso! La desocupación sube y baja, pero se mantiene a largo plazo. Lo que pretendo sincerar es que políticos, medios y otros tantos actores no logran decodificar ni un 25% de lo que piensan los laburantes, pymes y sectores varios de la cadena productiva que son, a fin de cuentas, el corazón del motor argentino. Ni hablar del campo. Ojalá que el trompazo electoral sirva para algo”. Letal.

Una apostilla extra sobre la Corte Suprema. Las opciones muy incipientes para 2026 implicarán un dilema para La Libertad Avanza. ¿Buscará nombrar a dos para completar el cupo de cinco y cerrar el asunto? ¿Esas potenciales postulaciones irán direccionadas hacia dos mujeres? Una le correspondería al Gobierno. Los más extasiados sueñan con alguien que protege en demasía cuestiones sensibles del primer mandatario. Un segundo sendero es reflotar la ampliación -siete la más viable, aunque no se descarta la de nueve- y contar con un margen de maniobra incrementado.

En la otra barcaza averiada aparecen los “dialoguistas”, si es que aún pueden denominarse de ese modo. O si viran de apodo. Un ínfimo lote de integrantes quizá sea el más racional que tenga el Congreso, aunque debe lidiar con internas delirantes dentro de sus partidos. No parece ser el mayor inconveniente ahora. Lo que muchos pretenden dilucidar es cómo será el trato con la Casa Rosada. A fin de cuentas y, antes de convertirse en opositores feroces, ayudaron a Milei -inobjetable esto- al inicio de su gestión. Es injusto olvidarlo.

Las piedras que se quieren quitar del zapato son dos: que haya un interlocutor único y se descarten los teléfonos descompuestos; y que si van a congeniar de forma más aceitada, que después no se “arregle” por atrás con mandatarios provinciales que le hacen más contra a La Libertad Avanza y a ellos que al propio kirchnerismo. En este sentido, una legisladora manifestó a Infobae: “Ayudo acá y luego me entero que el Ejecutivo ‘cierra’ con el gobernador, que es mi rival y también el de los libertarios en el plano local. ¿Aporto para que me llenen la cara de dedos en todos lados? Si no es serio esta vez, no cuenten conmigo”. Muy alejada de todo vínculo parece quedar Victoria Villarruel, que no encuentra mejor estrategia política y comunicacional que mensajes y videos en redes. Sus pocas actividades -encuentros con embajadores, etcétera- son a escondidas. Avisarlas ya es molestia.