Diseñadores holandeses crean casas a partir de turbinas eólicas recicladas (Facebook)

Diseñadores en los Países Bajos han presentado una innovadora propuesta que desafía la noción tradicional de vivienda y pone el foco en la sostenibilidad: una casa pequeña, construida a partir de una góndola—la estructura ubicada en la cima de una turbina eólica—reciclada. La iniciativa, liderada por la empresa holandesa Blade-Made, toma como punto de partida los restos de aerogeneradores inservibles, transformándolos en hogares compactos, luminosos y elegantes bajo el nombre “Nestlé”. El proyecto abre la puerta para repensar el destino de toneladas de materiales que, de otro modo, terminarían en vertederos o serían incinerados.

A diferencia de las viviendas convencionales que priorizan el espacio y el lujo, la Nestlé se dirige a quienes buscan una alternativa pintoresca, económica y hasta portátil. Con sus 35 metros cuadrados, ofrece dos habitaciones en un espacio cuidadosamente diseñado para maximizar la luz y la funcionalidad. La estructura base, una góndola procedente de una turbina V80, sirve como esqueleto del hogar y representa una solución creativa ante el enorme desafío de la gestión de residuos en el sector energético.

Blade-Made: pioneros en reutilización de turbinas eólicas

La empresa Blade-Made transforma góndolas de aerogeneradores en viviendas sostenibles (Facebook)

Detrás de este proyecto se encuentra Blade-Made, una empresa dedicada a encontrar nuevos usos para elementos de turbinas eólicas que resultan imposibles de reciclar por métodos convencionales. Como explicó Jos de Krieger, representante de Blade-Made y socio del estudio de arquitectura Superuse Studios, la propuesta va más allá de una simple vivienda alternativa. Se trata de una declaración sobre el potencial del reciclaje creativo y una apuesta firme contra el desecho indiscriminado de materiales industriales.

“Todo en el entorno construido, todo lo que ves a tu alrededor, tiene un fin de vida”, declaró Jos de Krieger a CNN Style por videollamada. “Y necesitamos soluciones además de los residuos, los vertederos, la incineración o cualquier cosa sin valor” añadió.

Blade-Made centra su labor en la reutilización de componentes como las palas y góndolas de turbinas, tradicionalmente difíciles de reciclar debido a su alto contenido de fibra de vidrio. Estos materiales, tras décadas de funcionamiento, deben ser reemplazados, lo que ha resultado en una primera oleada masiva de desmantelamientos de estructuras eólicas en Europa. Cientos de miles de toneladas requieren una salida viable, y Blade-Made trabaja para convertir ese reto en una fuente de inspiración y recursos para la edificación, el mobiliario urbano y, en el caso de Nestlé, la vivienda.

Esto es básicamente lo más complejo que se puede hacer con él”, dijo De Krieger. “Así que todas las demás cosas menos complejas ahora son más fáciles de imaginar y de realizar, porque esto ya se ha hecho”.

El proceso de transformación implica la selección minuciosa de góndolas fuera de servicio, adecuándolas para su nueva función habitacional. La iniciativa ha cristalizado la visión de que incluso los residuos más complejos pueden tener una segunda vida, sirviendo como punto de partida para todo tipo de proyectos, desde bancos públicos hasta áreas de juego y, por supuesto, viviendas.

Diseño interior y colaboraciones multidisciplinarias

El diseño interior de las casas Nestlé prioriza la luminosidad y el confort con materiales reciclados (Facebook)

La creación de Nestlé es el resultado de un esfuerzo colaborativo entre varios socios. Woodwave se encargó del diseño interior, mientras que Superuse Studios y Reliving.nl lideraron el desarrollo arquitectónico. La participación de Business in Wind fue clave al suministrar la góndola de la turbina V80, retirada del servicio, para el primer modelo realizado gracias al patrocinio de la empresa eléctrica sueca Vattenfall.

El interior de la casa destaca por su ambiente cálido y acogedor. Los muros y muebles incorporan madera proveniente del norte de Europa, aportando una sensación de refugio y confort que refuerza el concepto de “nido” implícito en el nombre del proyecto. Este enfoque en los materiales y la luminosidad pretende cambiar la percepción de quienes consideran que residir en una estructura reciclada implica sacrificar estética o bienestar.

Cada detalle del diseño exalta el aprovechamiento eficiente del espacio, prueba de que la creatividad puede resolver limitaciones arquitectónicas. El resultado es una vivienda funcional que atrae por su singularidad y por los valores de sostenibilidad que representa.

El desafío ambiental de los residuos eólicos

El proyecto Nestlé abre el debate sobre el futuro de los residuos de energías renovables (Facebook)

Uno de los problemas más apremiantes en la industria de las energías renovables es la acumulación de componentes fuera de uso. La explosión inicial de parques eólicos ha desembocado, después de varias décadas, en una etapa donde los grandes aerogeneradores deben ser desmantelados y sus partes, gestionadas responsablemente.

El sector enfrenta millones de kilos de materiales compuestos, principalmente fibra de vidrio, que carecen de soluciones eficientes para el reciclaje convencional. Hasta ahora, el destino principal de estos residuos han sido los vertederos o la incineración. Proyectos como el de Blade-Made muestran que es posible crear valor a partir de lo que antes se consideraba desperdicio, abriendo el camino hacia una economía circular también en la industria eólica.

El propio Jos de Krieger señala que la Nestlé representa uno de los retos más complejos en la reutilización de estas estructuras, pero su materialización hace que otras aplicaciones, menos exigentes, sean actualmente más viables.

Recepción, certificación y proyecciones de futuro

El modelo de vivienda Nestlé ya ha sido certificado por las autoridades holandesas según los códigos nacionales de edificación, lo que posibilita su inserción en el mercado. Hasta la fecha, Blade-Made ha recibido pedidos para la fabricación de al menos diez de estas casas. Más allá de la venta, el proyecto ha contribuido a sensibilizar sobre la necesidad de abordar el final del ciclo de vida de las infraestructuras renovables con soluciones creativas y responsables.

Aunque parece improbable que cada góndola de turbina retirada se convierta en una vivienda, el modelo sienta un precedente para el desarrollo de políticas y prácticas de reciclaje efectivas, especialmente de cara al futuro próximo. Hacia 2050, se calcula que habrá que sustituir cientos de góndolas cada mes solo en Europa y otras tantas en el resto del mundo. Si una parte de ellas encuentran nuevo uso como hogar, se habrá logrado dar un paso crucial hacia una gestión más ética y sostenible de los materiales industriales.