Checo Pérez y Max Verstappen en su gloriosa etapa en Red Bull (AP Foto/Moisés Castillo)

Checo Pérez volvió a poner en el centro de discusión uno de los debates más intensos en la Fórmula 1 de los últimos años: la dificultad de ser compañero de equipo de Max Verstappen en Red Bull. Tras su salida de la escudería, el piloto mexicano compartió una visión directa sobre los desafíos internos que enfrentan quienes son el compañero del cuatro veces campeón de la Máxima, y remarcó que tanto el entorno como el monoplaza están completamente adaptados al estilo del neerlandés, lo que complica el rendimiento de cualquier otro conductor que se ponga frente al volante.

Durante una entrevista que le concedió a la cadena Sky Sport F1 durante el Gran Premio de México, Pérez sostuvo que la situación en la estructura austríaca va más allá del talento individual. “No hay ningún piloto que pudiera sobrevivir allí. No importa si traes a Hamilton o a Leclerc. Todos tendrían problemas enormes”, afirmó el piloto de nacido en Guadalajara, quien compartió equipo con Verstappen durante cuatro temporadas. Según su experiencia, la presión interna es tan alta que, tras confirmarse su salida, pensó en la dificultad que enfrentaría su sucesor. “Obviamente, estar al lado de Max es muy complicado. Pero estar al lado de Max en Red Bull es algo que la gente no entiende. Hay muchas cosas que podría contarles sobre eso, pero, simplemente, es un trabajo muy difícil para un piloto».

A su vez, el ganador de seis carreras en la F1 remarcó que la clave del escenario de la escudería es la forma en que Red Bull estructura su trabajo. El mexicano explicó que el monoplaza se desarrolla “completamente al gusto de Max”, con una puesta a punto adaptada sin concesiones para el estilo de conducción del neerlandés. “Tienes que adaptarte constantemente a sus necesidades, así de simple”, señaló Checo. Esa política interna que se produnfizó con el paso de los años bajo la órbita del ex CEO Christian Horner, fue un obstáculo insalvable no solo para el mexicano, sino también para otros pilotos que ocuparon el segundo asiento del equipo como Pierre Gasly y Alex Albon (hoy en Alpine y Williams, respectivamente), quienes tampoco lograron igualar el rendimiento de Super Max.

El paso de Pérez por Red Bull estuvo marcado por grandes actuaciones y un final lejos de lo esperado en una temporada complicada para el equipo como lo fue en 2025. En 2023 se alzó con el subcampeonato por detrás del neerlandés y juntos lideraron al Campeonato de Constructores, sin embargo, la temporada siguiente resultó mucho más complicada: el mexicano no sumó victorias y finalizó en la 8° posición 2024, lo que precipitó su salida de la escudería.

Los autos de Verstappen y Checo Pérez durante la F1 2024 /Massimo Pinca/Pool via REUTERS)

La situación del compañero de Verstappen en Red Bull es un desconcierto de cara al 2026. Es que después de la salida de Pérez, Liam Lawson pasó del equipo satélite (Racing Bulls) a la escudería principal, pero luego de sólo las primeras dos carreras de la presente campaña, fue degradado a su lugar original y la butaca quedó en poder de Yuki Tsunoda, que tomó el volante a partir del GP de Japón, en Suzuka.

Rumbo al próximo año, muchos son los rumores sobre quién acompañará a Max. Es más, hasta la propia Fórmula 1 analizó que entre el propio piloto nipón, Isack Hadjar, Lawson y Arvid Lindblad (joven figura de la F2), saldrá el segundo corredor de la estructura de la bebida energizante.

A pesar de las dificultades y de la sensación particular que le produjo asistir al Gran Premio de México sin competir, el piloto de 35 años está esperanzando con su futuro. Durante su paso por el Autódromo Hermanos Rodríguez, reconoció que presenciar la carrera desde fuera del paddock resultó una experiencia inusual. “Es raro, porque sabes, estar aquí, especialmente hablando contigo, con la gente de la Fórmula 1, es como… estar fuera del paddock, venir a la Ciudad de México en un fin de semana de Gran Premio y no estar en el paddock. Sí, se siente extraño. No sé cómo explicar lo que siento, pero se siente raro. Pero bueno, el domingo voy a ver la carrera desde mi sofá”, relató en la entrevista con la cadena británica de TV.

De cara a 2026, Checo Pérez se prepara para regresar a la F1 como piloto del nuevo equipo Cadillac donde compartirá garaje con Valtteri Bottas. El mexicano expresó su entusiasmo por esta nueva etapa y su convicción de que aún puede aportar mucho a la categoría. “Estoy muy emocionado, porque creo que todavía tengo mucho que dar a la Fórmula 1”, declaró. Además, destacó que aunque tuvo una trayectoria afortunada, su objetivo es terminarla en lo más alto y demostrar su verdadero potencial en un entorno diferente. “La gente se sorprenderá de lo competitivo y lo bien que estaré en mi regreso”, anticipó.

El programa de preparación para 2026 incluye una primera sesión de pruebas en noviembre en Imola, donde Pérez rodará durante dos días con un Ferrari de dos años de antigüedad. El objetivo será fortalecer la relación con el equipo técnico y recuperar el ritmo competitivo antes de las pruebas oficiales. El calendario de pretemporada contempla tres sesiones de pruebas en el invierno europeo: la primera del 26 al 30 de enero en el Circuit de Barcelona-Catalunya, seguida de dos tandas en el Bahrain International Circuit, del 11 al 13 y del 18 al 20 de febrero. El campeonato mundial arrancará el 8 de marzo con el GP de Australia bajo un reglamento técnico completamente renovado que genera expectativa en la Máxima.